La recompensa por el trabajo es una de las muchas bendiciones que Dios otorga a los seres humanos. La Biblia establece claramente que el trabajo es un don de Dios y que debemos aprovecharlo al máximo. Dios nos recompensará conforme a lo que hagamos y no conforme a lo que hayamos recibido.
Qué dice en la Biblia sobre el trabajo
La Biblia dice mucho sobre el trabajo. En general, el trabajo es algo bueno y necesario. Dios creó al hombre para que trabajara (Génesis 2:15). Dios también nos instruye a trabajar con diligencia y de buena voluntad (Colosenses 3:23).
El trabajo nos ayuda a mantenernos ocupados y nos aleja de la tentación de hacer el mal (1 Timoteo 5:8). También nos ayuda a mantenernos saludables y a proveer para nuestras propias necesidades y las necesidades de nuestras familias (1 Timoteo 5:8).
Aunque el trabajo es bueno, la Biblia también nos advierte contra el trabajo excesivo. En Eclesiastés 4:9, se dice: “Más vale tener dos manos ocupadas que dos manos llenas de sueño”. También nos dice que debemos descansar un día de cada siete (Éxodo 20:8-11).
Dios quiere que disfrutemos de nuestro trabajo. En Eclesiastés 3:13, se dice: “Todo lo que el hombre haga, lo haga con toda su fuerza. Porque ni a comer ni a beber ni a ninguna otra cosa viene el trabajo del hombre, sino sólo para que trabaje”.
Dios bendice el trabajo honesto. En Proverbios 12:11 se dice: “El hombre que trabaja honradamente tiene pan para comer, pero el que anda en busca de cosas malas, carece de entendimiento”.
La Biblia también nos enseña a no robar (Éxodo 20:15). Debemos ser honestos en nuestro trabajo y en todas las cosas que hacemos.
En resumen, la Biblia nos enseña que el trabajo es bueno y necesario, pero debemos equilibrar el trabajo y el descanso. El trabajo nos ayuda a mantenernos alejados del mal y nos provee para nuestras necesidades. Dios quiere que disfrutemos de nuestro trabajo y nos bendice cuando trabajamos de manera honesta.
Qué quiere decir Colosenses 3 23
Colosenses 3:23 dice: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres».
Esto significa que debemos hacer todo lo que hagamos, de todo corazón, como si estuviéramos haciéndolo para Dios y no para los hombres. Debemos ser motivados por el amor y la gloria de Dios, y no por el reconocimiento o la aprobación de los hombres.
Este versículo nos llama a seguir a Cristo de todo corazón, y nos recuerda que Él es el único Señor y Salvador. Debemos buscar su voluntad y glorificarlo en todo lo que hagamos.
Qué dice el libro de Eclesiastes sobre el trabajo
El libro de Eclesiastés es una colección de reflexiones sobre la vida, y el trabajo es una parte importante de esa vida. En general, el libro enseña que el trabajo es bueno, y que es necesario para vivir una vida significativa y satisfactoria.
Sin embargo, el libro también enseña que el trabajo tiene sus límites. No podemos trabajar todo el tiempo, y no podemos esperar que el trabajo nos dé todo lo que necesitamos. Necesitamos tiempo para descansar, para disfrutar de la vida, y para estar con los que amamos.
En resumen, el libro de Eclesiastés enseña que el trabajo es una parte importante de la vida, pero que no es la única parte. Debemos buscar un balance entre el trabajo y el descanso, y no dejar que el trabajo nos consuma por completo.
¿Qué recompensa trae servir a Dios?
«Recompensa» es un término que se usa a menudo en la Biblia, especialmente en las cartas de Pablo. La idea general detrás de la recompensa es que Dios recompensa a aquellos que le sirven fielmente. Esto no significa que Dios nos da una lista de tareas que debemos completar para ganar su favor; significa que aquellos que hacen la voluntad de Dios de todo corazón y viven una vida de obediencia a él, pueden esperar recibir bendiciones de parte de Dios.
En Mateo 6:4, Jesús dice: «No sea así como los hipócritas, porque ellos les gusta orar a voz en cuello en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que la gente los vea. De verdad les digo que ellos ya han recibido su recompensa». Jesús enseña aquí que aquellos que buscan la atención y el reconocimiento de los hombres en lugar de la de Dios, ya han recibido su recompensa. En otras palabras, han recibido todo lo que van a obtener de ese tipo de servir.
En Mateo 5:12, Jesús dice: «Alégrense y gócense, porque su recompensa es grande en los cielos». Jesús enseña aquí que aquellos que están dispuestos a sufrir por hacer la voluntad de Dios y vivir una vida piadosa, pueden esperar recibir una gran recompensa de parte de Dios.
En Mateo 10:41-42, Jesús dice: «El que recibe a un profeta porque es un profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es un justo, recibirá recompensa de justo. Y cualquiera que da a uno de estos pequeños tan sólo un vaso de agua fría, porque es mi discípulo, de verdad les digo que no perderá su recompensa». Jesús enseña aquí que aquellos que sirven a otros, especialmente a los más necesitados, recibirán una recompensa de parte de Dios.
En Filipenses 3:14, Pablo dice: «Sigo adelante hacia el objetivo, al Premio del llamamiento celestial de Dios en Cristo Jesús». Pablo enseña aquí que él personalmente se esfuerza por vivir de tal manera que sea merecedor de la recompensa que Dios promete a aquellos que le sirven.
En 2 Juan 1:8, Pablo dice: «No obstante, es necesario que tengamos cuidado, para que, mientras anhelamos recibir esta recompensa completa, no caigamos en pecado, y el pecado nos impida recibirla». Pablo enseña aquí que debemos cuidar de no caer en el pecado, ya que el pecado nos impedirá recibir la recompensa que Dios nos promete.
En resumen, la Biblia enseña que Dios recompensa a aquellos que le sirven fielmente. Esto no significa que Dios nos da una lista de tareas que debemos completar para ganar su favor; significa que aquellos que hacen la voluntad de Dios de todo corazón y viven una vida de obediencia a él, pueden esperar recibir bendiciones de parte de Dios.
La Biblia nos enseña que todo trabajo tiene su recompensa. No importa lo que hagamos, si lo hacemos con amor y dedicación, seremos recompensados. Dios recompensará nuestro trabajo con éxito y prosperidad.