Porque de la Abundancia del Corazón Habla la Boca

La Biblia dice mucho acerca de la importancia de las palabras que hablamos. Dice en Proverbios 18:21, «La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama, comerá de su fruto.» También dice en Santiago 3:10, «De la abundancia del corazón habla la boca.» Estas Escrituras nos enseñan que nuestras palabras tienen consecuencias, y que nuestras palabras revelan lo que hay en nuestro corazón.

Qué dice la Biblia de la abundancia del corazón

En Mateo 5:3, Jesús dice: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.» En este versículo, Jesús está enseñando que los verdaderos seguidores de Cristo deben tener un corazón pobre, que anhela los tesoros de los cielos.

En Mateo 6:21, Jesús dice: «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.» Jesús enseña que nuestro corazón estará en aquello en lo que ponemos nuestra atención y en lo que anhelamos. Si nuestro tesoro está en las riquezas y el dinero, nuestro corazón también estará allí. Pero si nuestro tesoro está en los cielos, en seguir a Jesús y en hacer su voluntad, entonces nuestro corazón estará allí también.

En Mateo 12:34, Jesús dice: «De la abundancia del corazón habla la boca.» Jesús enseña que lo que está en nuestro corazón se refleja en nuestras palabras. Si nuestro corazón está lleno de amor, de perdón, de misericordia y de compasión, estas cualidades también saldrán a la luz a través de nuestro hablar. Pero si nuestro corazón está lleno de odio, de envidia, de orgullo y de egoísmo, estas cualidades también se mostrarán a través de nuestras palabras.

En Lucas 6:45, Jesús dice: «El hombre bueno, del buen tesoro del corazón, saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro, saca lo malo.» Jesús enseña que lo que hay en nuestro corazón dicta nuestras acciones. Si nuestro corazón está lleno de amor, de perdón, de misericordia y de compasión, estas cualidades se manifestarán en nuestras acciones. Pero si nuestro corazón está lleno de odio, de envidia, de orgullo y de egoísmo, estas cualidades también se manifestarán en nuestras acciones.

Qué quiere decir Mateo 12 34

«Entonces Jesús, hablando a las multitudes, dijo en su sermón: ‘De cierto os digo que todo el que cometiere pecado, es esclavo del pecado’«. ‘Así que si el Hijo os libertare, verdaderamente seréis libres’. – Mateo 12:34-35

Jesús estaba enseñando a la gente acerca de la libertad que él ofrece. Él les dijo que si ellos cometen pecado, entonces son esclavos del pecado. Pero si el Hijo (Jesús) los libera, entonces serán verdaderamente libres.

Qué dice San Lucas 6 45

«San Lucas 6 45 dice: ‘Y el hombre de bien, de la bondad de su corazón, traerá cosas buenas, y el hombre de mala intención, de la maldad de su corazón, traerá cosas malditas'»

«San Lucas 6 45 dice: ‘Y el hombre de bien, de la bondad de su corazón, traerá cosas buenas, y el hombre de mala intención, de la maldad de su corazón, traerá cosas malditas‘»

¿Qué nos dice la Biblia de la lengua?

La Biblia usa muchas palabras para describir la lengua, y todas ellas tienen un significado profundo. Algunas de las palabras que se usan son «lengua», «habla», «palabra», «discurso» y «hablante». Todas estas palabras se relacionan estrechamente con la idea de comunicación. La lengua es un instrumento de comunicación, y la Biblia dice mucho sobre la forma en que se usa y se debe usar.

La Biblia dice que la lengua es un don de Dios (1 Cor. 12:10, 11). Dios nos ha dado la capacidad de hablar para que podamos comunicarnos con Él y con los demás. La lengua es un don precioso, y debemos usarla para glorificar a Dios.

La Biblia también enseña que la lengua puede ser un instrumento de pecado (Stg. 3:5,6). La lengua puede ser usada para mentir, chismear, hablar mal de los demás, y para hacer daño. La lengua puede ser una fuente de orgullo y vanidad, y puede ser utilizada para engañar.

La lengua puede ser controlada por el Espíritu Santo (Stg. 3:8). Si permitimos que el Espíritu Santo nos guíe, podemos usar nuestra lengua para edificar, animar y alentar a los demás. También podemos usar nuestra lengua para orar y alabar a Dios.

La Biblia nos enseña que debemos cuidar nuestras palabras (Stg. 4:11,12). Debemos pensar antes de hablar, y no hablar por hablar. Debemos usar nuestras palabras para edificar y no para destruir. Debemos decir la verdad, y no mentir.

La Biblia nos enseña que debemos controlar nuestra lengua (Stg. 5:12). No podemos permitir que nuestra lengua nos domine. Debemos dominar nuestra lengua, y no permitir que nuestra lengua nos domine.

La Biblia nos enseña que debemos hablar con sabiduría (Stg. 5:13). Debemos hablar palabras de sabiduría, palabras que edifiquen, y no palabras que destruyan. Debemos hablar palabras de verdad, y no mentiras.

La Biblia nos enseña que debemos hablar palabras de bondad (Stg. 5:15). Debemos hablar palabras que edifiquen y animen a los demás. Debemos hablar palabras de amor y no de odio.

La Biblia nos enseña que debemos hablar en forma apropiada (Stg. 5:16,17). Debemos hablar de forma apropiada a la situación, y no decir palabras que ofendan o lastimen a los demás. Debemos hablar con respeto, y no con grosería.

La Biblia nos enseña que debemos hablar con cuidado (Stg. 5:19,20). Debemos pensar antes de hablar, y no hablar por hablar. Debemos hablar con cuidado y no hacer promesas que no podamos cumplir.

La Biblia nos enseña que debemos hablar palabras de fe (Stg. 5:21,22). Debemos hablar palabras que edifiquen y animen a los demás. Debemos hablar palabras de amor y no de odio.

La Biblia nos enseña que debemos hablar palabras de perdón (Stg. 5:23,24). Debemos hablar palabras que edifiquen y animen a los demás. Debemos hablar palabras de amor y no de odio.

La Biblia nos enseña que debemos hablar palabras de gratitud (Stg. 5:25,26). Debemos hablar palabras que edifiquen y animen a los demás. Debemos hablar palabras de amor y no de odio.

La Biblia enseña que las palabras que pronunciamos revelan lo que hay en nuestro corazón. Si nuestro corazón está lleno de amor, alegría y paz, eso es lo que saldrá de nuestras bocas. En cambio, si nuestro corazón está lleno de odio, tristeza y preocupación, eso es lo que saldrá de nuestras bocas. Por tanto, debemos cuidar lo que permitimos que nuestros corazones se llenen, ya que eso es lo que saldrá de nuestras bocas.

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