En este articulo reflexionaremos sobre las palabras de Jesucristo en Mateo 22:14, «Muchos son los llamados y pocos los escogidos». Reflexionaremos sobre lo que significan estas palabras y sobre su aplicacion a nuestras vidas.
Cuáles son los llamados y cuáles son los escogidos
En la Biblia, el término «llamado» se usa de dos maneras diferentes. A veces se refiere a aquellos que han sido invitados a participar en el plan de Dios para la humanidad. En otras ocasiones, se refiere a aquellos que han respondido a esa invitación y han aceptado a Jesucristo como su Salvador y Señor.
Los «escogidos» son aquellos que han sido seleccionados por Dios para un propósito específico. Esta selección es completamente de su gracia y misericordia, y no tiene nada que ver con el mérito o las acciones de la persona.
La Escritura deja claro que todos los seres humanos han sido llamados a aceptar a Jesucristo como Salvador. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16).
Sin embargo, no todos los seres humanos responden a ese llamado. «Pero todos aquellos a quienes oíron, les dieron el mismo argumento: Se fueron, unos a sus labores, y otros a sus negocios; pero los que escucharon, a una lo tomaron como broma, y se fueron» (Lucas 14:18-19).
Aquellos que responden al llamado de Dios y aceptan a Jesucristo como Salvador son los «escogidos». «Porque sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28).
«Porque él nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos e inmaculados ante él en amor; predestinándonos para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el good piadoso de su voluntad» (Efesios 1:4-5).
Los «escogidos» son aquellos que han sido seleccionados por Dios para un propósito específico. Esta selección es completamente de su gracia y misericordia, y no tiene nada que ver con el mérito o las acciones de la persona.
Que nos enseña la parabola del gran banquete
La parabola del gran banquete nos enseña la invitación de Cristo a todos los hombres a arrepentirse y aceptar el Evangelio. Nos muestra que la Salvación es un don gratuito de Dios, y que todos los que la rechazan serán castigados. También nos enseña que la verdadera felicidad está en seguir a Cristo.
Qué dice Mateo 22 14
«Porque el reino de los cielos es como un hombre, que fue a un país lejano, para casarse con una princesa, a quien envió un mensaje, diciendo: ‘Ven, que te voy a dar mi hija por esposa.’ Pero los siervos del hombre, tomaron a la princesa y la violaron. Y cuando el hombre oyó esto, enojado, envió a sus ejércitos para que mataran a los violadores y quemaran el país. ‘Pero’ -dijo- ‘los invitados no son culpables. Salgan de aquí ahora, para que no compartan el castigo de los malvados.'»
¿Qué es el llamado?
Según la Biblia, el llamado es el propósito de Dios para la vida de una persona. Cada persona tiene un llamado de Dios, y es nuestro deber seguir ese llamado.
El llamado de Dios es algo que Él nos da, y es nuestra responsabilidad aceptarlo y seguirlo. No podemos seguir el llamado de Dios si no lo aceptamos primero. Aceptar el llamado de Dios es una decisión que tomamos, y es un acto de obediencia.
Una vez que aceptamos el llamado de Dios, debemos seguirlo. Seguir el llamado de Dios significa vivir de acuerdo a Su propósito para nosotros. Seguir el llamado de Dios requiere obediencia y fe. Debemos estar dispuestos a obedecer lo que Dios nos dice, incluso si no entendemos Su plan. También necesitamos tener fe en que Dios nos guiará y nos dará la sabiduría necesaria para seguir Su llamado.
El llamado de Dios es algo que Dios nos da, y es nuestra responsabilidad aceptarlo y seguirlo. Aceptar el llamado de Dios es una decisión que tomamos, y es un acto de obediencia. Seguir el llamado de Dios significa vivir de acuerdo a Su propósito para nosotros. Seguir el llamado de Dios requiere obediencia y fe. Debemos estar dispuestos a obedecer lo que Dios nos dice, incluso si no entendemos Su plan. También necesitamos tener fe en que Dios nos guiará y nos dará la sabiduría necesaria para seguir Su llamado.
Esta es una idea que se menciona varias veces en la Biblia, y es algo que nosotros también podemos ver en nuestra vida. Dios llama a muchos, pero sólo algunos responden a Su llamado. Esto es porque Dios no nos obliga a servirle, sino que nos da la libertad de elegir. Él nos ama tanto que nos da el libre albedrío de decidir si queremos seguirle o no. Así que, cuando vemos que muchos son los llamados y pocos los escogidos, es porque la gente generalmente no quiere seguir a Dios. Prefieren seguir su propio camino en lugar de dejar que Dios les guíe.