El Reino de los Cielos Sufre Violencia

En Mateo 11:12, Jesús dice: «El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo toman por fuerza». Esta declaración de Jesús nos sorprende, ya que los cristianos siempre han entendido que el reino de los cielos es un lugar de paz y tranquilidad. Pero Jesús está diciendo que el reino de los cielos es un lugar de conflicto, donde los violentos lo toman por la fuerza.

Jesús está hablando de su propio ministerio. Él vino a traer el reino de los cielos a la tierra, pero no lo hizo de la manera que la gente esperaba. En lugar de ser un rey con un ejército, Jesús vino como un niño indefenso, naciendo en un pesebre. Y en lugar de usar la fuerza para imponer su reino, Jesús usó el amor, la misericordia y el perdón.

Aunque Jesús no usó la fuerza física para establecer su reino, él sí sufrió violencia. En Mateo 26:67-68, vemos que los líderes religiosos lo azotaron y escupieron en él. Y en Mateo 27:26-30, vemos que Jesús fue crucificado. La violencia contra Jesús no fue un accidente; fue un acto deliberado de odio y malicia.

Pero aunque Jesús fue violentado y asesinado, él no permitió que la violencia lo detuviera. En Mateo 28:1-10, vemos que Jesús resucitó de entre los muertos y se apareció a sus seguidores. Y en Mateo 28:18-20, Jesús les dijo a sus seguidores que debían ir y predicar el Evangelio a todas las naciones.

El Evangelio es el buen news de que Jesús ha vencido la muerte y establecido su reino de amor y perdón. Y aunque el reino de los cielos sufre violencia, los seguidores de Jesús no deben temer, ya que él ha vencido al peor enemigo: la muerte.

Qué significa la palabra violento en la Biblia

«Violento» es una traducción de la palabra hebrea chamas, que significa «fuerza», «violencia» o «ardor». En la Biblia, la violencia está asociada con el mal y el pecado, y se opone a la justicia, la paz y el amor. La violencia es una característica de este mundo caído, y el resultado del pecado. Pero Dios no es responsable de la violencia, y él no la tolerará eternamente.

La violencia comenzó con el pecado de Adán y Eva. Su desobediencia introdujo el mal en el mundo, y la violencia fue un resultado. Cuando Caín mató a Abel, fue la primera vez que se derramó sangre inocente. Y desde entonces, la historia de la humanidad ha sido una saga de crimen y violencia. Hemos visto guerras, asesinatos, violencia doméstica, abuso, terrorismo y todo tipo de atrocidades. La violencia es una realidad de este mundo, y no hay lugar para ella en el plan de Dios para la humanidad.

Dios odiaba la violencia tanto que envió a su Hijo, Jesucristo, para poner fin a ella. Jesús vino a restaurar la justicia y la paz. Él vino para derrotar al pecado y a la muerte. Y él vino para traer el amor y la gracia de Dios a todos los que lo seguirían. Cuando Jesús murió en la cruz, derramó su sangre para pagar el precio del pecado. Y su muerte pone fin a la violencia. Jesús venció al mal, y él nos da la victoria.

La Biblia nos llama a seguir el ejemplo de Jesús y a luchar contra la violencia. Debemos ser pacíficos, misericordiosos y amorosos. Debemos perdonar a nuestros enemigos y orar por aquellos que nos hacen daño. Debemos luchar contra el mal con el bien. Y debemos confiar en Dios para que nos otorgue la victoria.

La violencia es un mal que debe abatiéndose. Pero gracias a Jesucristo, sabemos que el mal no tiene la última palabra. Jesús venció al pecado y a la muerte, y él nos da la victoria. Podemos confiar en él, y seguir su ejemplo, para luchar contra la violencia y trabajar por la paz.

Qué dice en Mateo 11 12

«El que tenga oído, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios»

Mateo 11:12

Qué significa que los violentos lo arrebatan

Los violentos son aquellos que usan la fuerza para tratar de controlar o conquistar a otros. La Biblia dice que los violentos no heredarán el reino de Dios (Mateo 11:12). Esto significa que los violentos no estarán en el cielo. La Biblia también dice que los violentos serán destruidos (Proverbios 1:31). Esto significa que Dios los castigará eternamente en el infierno.

¿Que no entra al reino de los cielos?

En Mateo 5:20 Jesús dice: “Porque yo os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.

Muchas personas piensan que basta con ser una buena persona para ir al cielo, pero esto no es lo que dice Jesús. La justicia que se necesita para entrar al reino de los cielos es una justicia que viene de Dios, no de nosotros.

La justicia de Dios es perfecta, mientras que la nuestra es imperfecta. Podemos hacer todo lo que podamos para ser justos, pero nunca lo será suficiente. Necesitamos la justicia de Dios para entrar al reino de los cielos.

Jesús es nuestra justicia. Él es el único que puede darnos la justicia de Dios. Por medio de su muerte en la cruz, Jesús nos dio su justicia.

Al aceptar a Jesús como nuestro Salvador, nosotros le pedimos que nos dé su justicia. Él nos la da de forma gratuita. Todo lo que tenemos que hacer es aceptarla.

Una vez que tenemos la justicia de Dios, entonces y solo entonces, podemos entrar al reino de los cielos.

Mateo 11:12

El Reino de los Cielos está dispuesto a recibir a todos, pero también es un reino de justicia. Los malvados y los que persisten en su maldad no serán tolerados. Violencia y castigo serán su sino.

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