Amado Yo Deseo que Seas Prosperado en Todo

Desde la primera vez que leímos la Biblia, probablemente nos haya llamado la atención el hecho de que Dios desea que seamos prosperados. ¿Por qué? La respuesta es simple: Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros.

En Jeremías 29:11, Dios mismo dice: “Porque yo sé los planes que tengo para ustedes —declara el SEÑOR—, planes de prosperidad y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”

Dios quiere que tengamos éxito en todo lo que hagamos, porque sabe que eso es lo mejor para nosotros. Él nos ama y quiere que seamos felices.

Prosperidad significa mucho más que tener dinero. Prosperidad significa estar en paz, tener salud, tener una buena familia, tener amigos, tener un buen trabajo, en fin, prosperidad significa estar rodeado de las bendiciones de Dios.

Si deseamos prosperar en todo, debemos orar y pedirle a Dios que nos guíe y nos dé sabiduría. Debemos seguir Sus mandamientos y vivir una vida de fidelidad a Él. Si hacemos esto, podemos estar seguros de que Dios nos bendecirá y nos prosperará en todo.

Quién dice Amado yo deseo que seas prosperado

El libro de Proverbios dice, «El Señor aborrece el sacrificio de los malvados, pero acepta el de los que se arrepienten y hacen lo correcto. El Señor rechaza las oraciones de los que siguen el mal, pero escucha las oraciones de los que hacen lo correcto. El Señor está lejos de los malvados, pero escucha las oraciones de los justos. El Señor es justo y bueno, y escucha las oraciones de los que lo invocan. El Señor protege a los que lo temen, y les responde cuando lo buscan. El Señor protege a los que lo temen, y les da un lugar seguro donde vivir. Busca al Señor y su poder, Busca su rostro siempre.»

El libro de Proverbios también dice, «El Señor es bueno con los que lo buscan, con los que lo buscan de todo corazón. Tiene misericordia con los que lo temen, y les responde cuando lo invocan. Guarda a los que lo aman, y los libra de todo mal. El Señor protege a los que lo temen, y les da un lugar seguro donde vivir. Busca al Señor y su poder, Busca su rostro siempre.»

Así que, si buscas al Señor de todo corazón, Él te responderá y te dará prosperidad.

Qué quiere decir 3 Juan 1 2

En la primera parte de la carta de Juan, el apóstol anima a Gaius a perseverar en la fe y a vivir una vida de amor fraternal. En la segunda parte de la carta, Juan se enfoca en la importancia de reconocer y apoyar a los líderes de la iglesia que predican el evangelio. En 3 Juan 1: 2, Juan dice: «Querido hermano, es mi deseo que en todo te vaya bien y que tengas salud, tanto como prosperas espiritualmente.»

Juan desea que Gaius tenga éxito y prosperidad en todo, tanto en cuanto a su salud física como a su vida espiritual. Juan reconoce que la salud física es importante, pero que la salud espiritual es lo más importante. Desea que Gaius tenga una vida llena de propósito y significado, una vida en la que glorifique a Dios.

Juan insta a Gaius a perseverar en la fe y a vivir una vida de amor fraternal porque sabe que esto es lo que le dará alegría y satisfacción verdaderas. Juan sabe que la vida es un don de Dios y que debemos aprovecharla al máximo. Debemos buscar la voluntad de Dios y vivir de acuerdo a ella. Esto nos llevará a la plenitud de la vida que Dios tiene para nosotros.

Que todo lo que hagas prospere versiculo

«Todo lo que hagas, hazlo de todo tu corazón, como para el Señor y no como para los hombres» (Colosenses 3:23).

«Y no se preocupen por lo que van a comer o beber. No se preocupe el corazón por eso.
Porque todo lo que los hombres necesitan, la vida y la salud, ese es el don de Dios» (Proverbios 3:7-8).

«Porque el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas, en la tierra que vas a poseer como heredad» (Deuteronomio 15:18).

«El Señor está conmigo; no temeré. ¿Qué pueden hacerme los hombres?
El Señor es mi ayuda; miraré con desprecio a mis enemigos» (Salmos 118:6-7).

«¿Acaso no os basta el trabajo diario para ganar el pan que coméis? ¿O tenéis que andar en malas acciones para conseguir lo que necesitáis?
¡No! ¡Trabajad duro y honradamente para ganar el pan que comeréis!
Así tendréis para dar de comer a los que no tienen trabajo y para compartir con los necesitados.
¡Entonces tendréis mucho sobre qué bendecir!
¡No seréis maldecidos porque compartáis lo que Dios os ha dado!» (Eclesiastés 5:13-16).

«No te canses de hacer el bien. Recuerda que el Señor te recompensará por todo lo que hagas» (Gálatas 6:9).

«Y el Señor te bendecirá en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas.
Él te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da, como él prometió.
Te bendecirá en tu granidad, en tus hijos, en tu ganado y en todo lo que hagas.
La bendición de Jehová será sobre tu cabeza, sobre ti y sobre tu descendencia para siempre» (Deuteronomio 28:6-8).

¿Cómo pues invocar a aquel en el cual no han creído?

Porque, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les hable? Romanos 10:14

La invocación es el acto de dirigirse a Dios en oración, pidiéndole ayuda y alcanzando su gracia. La Escritura nos enseña que debemos invocar a Dios de todo corazón, con fe y sin duda alguna. Sin embargo, antes de que podamos hacer esto, debemos creer en él. Debemos creer que él es quien dice ser y que tiene el poder de hacer todas las cosas que ha prometido. Debemos creer que él nos ama y que quiere ayudarnos. Si no creemos estas cosas, no podremos invocarlo de todo corazón y no recibiremos su ayuda.

Pero, ¿cómo podemos creer en algo que no hemos oído? La Escritura nos dice que debemos oír la palabra de Dios para que podamos creer. Pero, ¿cómo podemos oír la palabra de Dios si nadie nos la ha hablado? Debemos buscar a aquellos que sí creen y que están dispuestos a compartir el Evangelio con nosotros. Debemos buscar a aquellos que puedan hablarnos de la bondad y el amor de Dios. Si hacemos esto, podremos oír la palabra de Dios y creer en él. Y si creamos en él, podremos invocarlo de todo corazón y recibir su ayuda.

Envía, Jehová, el que prospera, y desde Sion nos libre. – Salmo 53:6

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