Ya no Os Llamo Siervos Sino Amigos

Desde el inicio de los tiempos, Dios ha establecido una relación personal con el ser humano. Esta relación se estableció en el jardín del Edén, cuando Dios caminó con Adán y Eva. Aunque la relación se vio interrumpida por el pecado, Dios no abandonó su propósito de establecer una relación de amistad con el ser humano. A lo largo de la historia, Dios ha establecido un pacto con su pueblo, y ha enviado a su Hijo, Jesucristo, para restaurar la relación. En el Evangelio de Juan, Jesús dice: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Os llamo amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre, os las he dado a conocer» (Juan 15:15). Jesús estaba llamando a sus seguidores a una relación de amistad, en la que él les habría dado a conocer todo lo que él había oído de su Padre. Esta es la misma relación de amistad que Dios desea establecer con nosotros hoy.

Qué me dice la frase Ya no os llamo siervos sino amigos

En el Evangelio según Juan, capítulo 15, Jesús hace una comparación entre los seguidores del antiguo pacto y los del nuevo. En el antiguo pacto, Dios era el Rey y los israelitas eran sus súbditos. En el nuevo pacto, Dios es el Padre y los creyentes son sus hijos. Jesús dice: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Os llamo amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre os las he dado a conocer» (Juan 15:15).

Jesús estaba diciendo que los seguidores del nuevo pacto no eran simplemente súbditos de Dios, sino amigos. Él les había dado a conocer todo lo que Dios le había dicho. Los seguidores del nuevo pacto tenían una relación de amistad con Dios, una relación mucho más íntima que la de un simple súbdito con su rey. Jesús les había dado el mismo conocimiento que Dios le había dado a él.

La idea de que Dios es nuestro amigo nos lleva a muchas conclusiones importantes. En primer lugar, nos da esperanza. Si Dios es nuestro amigo, podemos confiar en que él nos quiere lo mejor. En segundo lugar, nos da motivación. Si Dios es nuestro amigo, queremos agradarle y hacer lo que él quiere que hagamos. Y en tercer lugar, nos da consuelo. Si Dios es nuestro amigo, sabemos que él está a nuestro lado en todas las circunstancias de la vida, incluso en las más difíciles.

Qué dice Juan 15 15

«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer.

El que no permanece en mí, será echado fuera como el pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Como el Padre me amó, así también yo os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído a mi Padre os las he dado a conocer.

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Esto mando yo a vosotros, que os améis unos a otros.»

Qué dice Jesús acerca de la amistad

Jesús dice muchas cosas acerca de la amistad a lo largo de la Biblia. En Mateo 5:44, él dice: «Pero yo les digo: amen a sus enemigos y rezan por los que los persiguen.» También en Juan 15:12-13, él dice: «Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros, así como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.»

En Lucas 6:27-28, él dice: «Pero yo les digo a ustedes los que me oyen: amen a sus enemigos, hagan bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oran por los que los insultan.»

En Juan 13:34-35, él dice: «Un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros. Como yo los he amado, así también deben ustedes amarse los unos a los otros. En esto todos sabrán que son mis discípulos, si tienen amor los unos por los otros.»

Jesús también habla sobre la importancia de la amistad en Santiago 2:23, donde dice: «Y si hubiera cumplido toda la ley pero fallado en un solo punto, sería culpable de todos.»

En resumen, Jesús enseña que la amistad es importante, y que debemos amar a nuestros enemigos y hacer el bien a todos, sin importar quienes sean.

¿Cómo se llama el amigo de Dios?

«El amigo de Dios» es una figura bíblica que representa a aquellos que están en una relación íntima y de amor con Dios. En la Biblia, el término «amigo de Dios» se usa para referirse a personas como Abraham, Moisés, Elías, Salomón y Job, quienes vivieron en estrecha relación con Dios y eran fieles a Él. La amistad con Dios se caracteriza por la confianza, la lealtad y el compromiso. Los amigos de Dios son aquellos que le sirven de todo corazón, lo buscan de todo corazón, y lo siguen de todo corazón. Buscan estar en su presencia y en su voluntad. Son obedientes a sus palabras y buscan agradarlo en todo. Los amigos de Dios son aquellos que están dispuestos a dar todo por Él. Están dispuestos a seguirle a Él a cualquier lugar que Él les llame, y a hacer cualquier cosa que Él les pida. Los amigos de Dios son aquellos que son fieles a Él, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. No le temen a la muerte, porque saben que si mueren, mueren en Cristo y que estarán con Él para siempre. Los amigos de Dios son aquellos que son justos e integros, y que viven sus vidas de acuerdo a Sus principios. Los amigos de Dios son aquellos que son perdonados y que tienen una relación personal con Él. Los amigos de Dios son aquellos que son enriquecidos por Él, y a quienes Él les da todas las cosas. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les dice todo. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les confía todo. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su amor. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su paz. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su alegría. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su gracia. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su bendición. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su gloria. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su poder. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su fuerza. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su protección. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su guía. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su misericordia. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su perdón. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su amistad. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su hermandad. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su comunión. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su compañía. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su familia. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su iglesia. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su reino. Los amigos de Dios son aquellos a quienes Él les da Su Patria.

Esta es una frase que Jesús dijo a sus discípulos, y significa que él los considera más que simplemente sirvientes. Los considera amigos. Esto es un gran cumplido, y nos muestra lo mucho que Jesús nos quiere. Debemos tratar de ser sus amigos, y no solo sus sirvientes.

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