La Biblia no dice mucho explicitamente sobre los familiares muertos, pero hay algunos pasajes que nos dan una idea de lo que piensa Dios sobre ellos. En general, la Biblia enseña que los muertos están separados de Dios y que no hay nada que podamos hacer para cambiar eso. Los familiares muertos no pueden interceder por nosotros ante Dios, y no debemos tratar de contactarlos mediante el espiritismo o la adivinación.
Qué dice la Biblia cuando se muere un ser querido
«Entonces dijo: No ruegues más por este pueblo. No oren por ellos, pues no escucharé sus gritos cuando tengan que clamar a mí a causa de su calamidad. Cuando coman lo que les da su sudor y beban su propia orina, será porque han abandonado al SEÑOR, el fuente de agua viva. Jeremías 15:1-4
La muerte es una parte natural de la vida, pero eso no significa que sea fácil de aceptar. Cuando se pierde a un ser querido, es normal sentir dolor, tristeza y ansiedad. La Biblia ofrece una esperanza y un consuelo para aquellos que están sufriendo.
«Entonces Jesús dijo: Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera». Mateo 11:28-30
Jesús promete aliviar nuestro sufrimiento y darnos descanso. Él entiende lo que estamos pasando porque también sufrió. Él fue traicionado, rechazado y murió en una cruz, pero resucitó y venció la muerte. En nuestra aflicción, podemos acudir a Jesús y encontrar consuelo en su amor.
«Porque sabemos que si nuestra casa terrestre, este cuerpo que habitamos, se destruye, tenemos un edificio eterno en el cielo, hecho no por manos humanas, sino por Dios. Y en este momento lloramos, pero estamos llenos de esperanza, porque sabemos que aunque en este cuerpo no podamos estar con Jesús, él nos ha preparado un lugar en su morada eterna». 2 Corintios 5:1-2
La muerte es un puente que nos lleva a la vida eterna. Aunque nos separamos de nuestros seres queridos cuando mueren, sabemos que nos encontraremos de nuevo con ellos. Podemos tener esperanza porque Jesús nos ha prometido un hogar eterno con él.
Qué pasa después de la muerte según la Biblia Reina Valera 1960
La muerte es el fin de la vida en este mundo, pero no es el fin de todo. La Biblia enseña que después de la muerte hay un juicio, y después del juicio, hay una eternidad en el cielo o en el infierno.
La Biblia Reina Valera 1960 es clara en cuanto a lo que sucede después de la muerte. En primer lugar, hay un juicio. Todos los que han vivido en este mundo tendrán que comparecer ante Dios para rendir cuentas de sus vidas. Dios será el juez, y él determinará si las personas han sido justas o injustas.
Después del juicio, las personas que han sido justas irán al cielo, donde estarán para siempre con Dios. En el cielo, las personas disfrutarán de una vida eterna de felicidad, paz y amor.
Por otro lado, las personas que han sido injustas irán al infierno, donde estarán para siempre separados de Dios. En el infierno, las personas sufrirán un castigo eterno por sus pecados. El infierno es un lugar de tormento y dolor, y es un lugar para los malvados.
La Biblia enseña que la muerte no es el final de todo, sino que es el comienzo de una eternidad en el cielo o en el infierno. Las personas que han aceptado a Jesucristo como su Salvador están seguras de ir al cielo, pero las personas que no han aceptado a Jesús están condenadas al infierno.
Qué dice la Biblia sobre los familiares
La Biblia no dice mucho sobre el concepto de «familia» como lo entendemos hoy. Sin embargo, hay algunas referencias a los familiares en la Escritura. Por ejemplo, en Mateo 10:21, Jesús le dice a Sus seguidores: «No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.» Jesús aquí enfatiza que la verdadera familia es aquella que está unida en Cristo. La Biblia también dice que los miembros de la familia de Dios deben amarse los unos a los otros (Juan 13:34-35).
En 1 Timoteo 5:8, Pablo instruye a los creyentes: «Si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un infiel.» Pablo aquí enfatiza la responsabilidad que tenemos de cuidar de nuestros familiares. La Biblia también dice que debemos honrar a nuestros padres (Éxodo 20:12).
En conclusión, la Biblia enseña que debemos amar a nuestros familiares, cuidar de ellos y honrarlos. Sin embargo, la verdadera familia es aquella que está unida en Cristo.
¿Qué veremos en el Cielo?
Aunque muchos creyentes tienen expectativas diferentes de lo que veremos en el cielo, la Biblia nos da una idea bastante clara de lo que nos espera.
Primero, veremos a Jesús. Después de todo, él es el motivo de nuestra esperanza (1 Pedro 1: 3-5). No solo veremos su rostro, sino que también tendremos la oportunidad de estar en su presencia. Esto es algo que muchos creyentes anhelan profundamente.
También veremos a nuestros seres queridos que han fallecido. Aunque la Biblia no dice mucho sobre este tema, podemos estar seguros de que nuestros seres queridos que han aceptado a Jesús estarán allí. No solo veremos sus caras, sino que también tendremos la oportunidad de abrazarlos y estar con ellos para siempre.
Otra cosa que veremos en el cielo es la ciudad de Dios. La Biblia describe la ciudad de Dios como un lugar hermoso, sin oscuridad, sin enfermedad y sin dolor (Apocalipsis 21: 1-4). También tendremos un cuerpo perfecto y una mente perfecta. No tendremos que preocuparnos por nada en la ciudad de Dios.
En resumen, el cielo será un lugar hermoso y perfecto. No podemos imaginar lo que nos espera, pero sabemos que será mucho mejor de lo que podemos imaginar.
En general, la Biblia no dice mucho acerca de los familiares muertos. Sin embargo, hay algunos versículos que nos dan una idea de lo que Dios piensa acerca de ellos. Por ejemplo, en Eclesiastés 9:5, leemos: «Porque los muertos no saben nada, ni tienen ya recompensa; pues su memoria es olvidada». Esto parece indicar que, para Dios, los muertos son como si no existieran. No obstante, en Lucas 16:22-31, Jesús nos cuenta la historia de un hombre que muere y va al Hades. Esto parece indicar que, aunque los muertos no están conscientes de lo que sucede en este mundo, todavía existen en otro lugar.