El versículo bíblico más conocido acerca de Jesús bajando al infierno después de su crucifixión es Hechos 2:27, “Porque no dejará mi alma en el Hades, ni permitirá que su Santidad vea corrupción”. Aunque este versículo es breve, nos da una gran cantidad de información. En primer lugar, nos dice que Jesús tenía un alma, lo cual es consistente con la enseñanza bíblica de que todos los seres humanos tienen un alma (Génesis 2:7). En segundo lugar, este versículo nos dice que el alma de Jesús no fue dejada en el Hades, sino que fue llevada al cielo. Esto es consistente con la enseñanza bíblica de que el alma de Jesús no sufrió la muerte espiritual (Juan 19:30). En tercer lugar, este versículo nos dice que Jesús fue llevado al cielo en su forma glorificada, lo cual es consistente con la enseñanza bíblica de que los creyentes también serán glorificados (Romanos 8:17).
Por qué se dice que Jesús descendio a los infiernos
La Biblia no dice explícitamente que Jesús descendió a los infiernos, pero hay versículos que apoyan esta creencia. En la tradición cristiana, se enseña que Jesús descendió a los infiernos después de su crucifixión y antes de su resurrección. Esto se conoce como el Descenso de Jesús a los Infiernos.
La creencia de que Jesús descendió a los infiernos se basa en varios versículos de la Biblia. En Mateo 12:40, Jesús mismo habla de su muerte y resurrección. En este versículo, Jesús dice que «el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra». Jesús aquí se refiere a su muerte y resurrección. Mateo también relata la muerte de Jesús en Mateo 27:50-54. En estos versículos, Mateo dice que «Jesús exhaló su último suspiro». Después de la muerte de Jesús, Mateo dice que «la tierra tembló y las rocas se rompieron».
En Lucas 23:43, Jesús habla a un ladrón que está a punto de ser crucificado junto a él. Jesús le dice al ladrón que «hoy mismo estarás conmigo en el paraíso». Estas palabras de Jesús indican que él mismo cree que después de su muerte, irá al paraíso.
En 1 Pedro 3:18-20, Pedro habla de la muerte de Jesús y de su Descenso a los Infiernos. En estos versículos, Pedro dice que Jesús «precisó ir a predicar a los espíritus encarcelados». Pedro también dice que Jesús fue «crucificado por nuestros pecados» y que «resucitó por nuestra justificación». Estos versículos indican que Jesús descendió a los infiernos para predicarles a los espíritus encarcelados.
En Juan 20:17, Jesús se aparece a María Magdalena después de su resurrección. En este versículo, Jesús le dice a María que «no me toques, porque todavía no he ascendido a mi Padre». Jesús aquí está diciendo que todavía no había ascendido al cielo. Esto indica que Jesús descendió a los infiernos después de su crucifixión y antes de su resurrección.
En conclusión, aunque la Biblia no lo dice explícitamente, hay versículos que apoyan la creencia de que Jesús descendió a los infiernos después de su crucifixión y antes de su resurrección.
Cómo se entiende que Jesús bajo al infierno
La doctrina de que Jesús descendió al infierno después de su muerte, y allí liberó a los espíritus de los justos que habían muerto, es una de las más antiguas y universales de todas las creencias cristianas. Esta doctrina se basa en algunas referencias bíblicas que afirman que Jesús «descendió a los lugares bajos de la tierra» después de su crucifixión (Efesios 4:9; Mateo 12:40; Lucas 23:43).
La Biblia enseña claramente que el descenso de Jesús al infierno no fue una visita a la tumba. En lugar de eso, fue una realidad espiritual. En Efesios 4:9, Pablo habló de Jesús «descendiendo a los lugares bajos de la tierra». En la Biblia, la frase «lugares bajos de la tierra» se usa a menudo como una metáfora para el infierno (Job 11:8; Salmos 63:9; Proverbios 15:24; Mateo 11:23; Lucas 10:15; Apocalipsis 5:3). De hecho, en muchas versiones de la Biblia, la frase «lugares bajos de la tierra» se traduce como «infierno».
Así, el descenso de Jesús al infierno fue un evento espiritual en el que él realmente fue al lugar de los muertos. No fue una mera visita a la tumba física. En el mundo espiritual, Jesús proclamó su victoria sobre la muerte y el infierno al dar libertad a los espíritus de los justos que habían muerto.
La doctrina del descenso de Jesús al infierno también se basa en Hechos 2:27-31. En estos versículos, Pedro cita un versículo del Salmo 16 que dice: «Porque no abandonarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción» (Hch 2:27). Pedro afirmó que este versículo se cumplió en Jesús, quien «descendió a los lugares bajos de la tierra» después de su crucifixión.
Así, el descenso de Jesús al infierno fue un evento espiritual en el que él realmente fue al lugar de los muertos. No fue una mera visita a la tumba física. En el mundo espiritual, Jesús proclamó su victoria sobre la muerte y el infierno al dar libertad a los espíritus de los justos que habían muerto.
Quién hablo en su obra del descenso a los infiernos
La Biblia habla de infiernos en varias ocasiones, y el libro de Mateo es uno de los lugares donde se trata este tema de manera más detallada. Mateo 16:18 dice: «Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella».
En este versículo, Jesús está hablando de Su iglesia y dice que nada, ni siquiera los propios infiernos, podrán destruirla. Esto es una promesa muy powerful para aquellos que pertenecen a la iglesia de Cristo. Pero Mateo también nos habla de otra forma en la que el Hades estará involucrado en el final de los tiempos.
En Mateo 25:41, Jesús dice: «Entonces el rey dirá a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era extranjero, y me acogisteis;
naked, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en carcel, y vinisteis a mi’. Entonces los justos le responderán diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos; o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos extranjero, y te acogimos; o naked, y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en carcel, y vinimos a ti?’. Y respondiendo el Rey, les dirá: ‘De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis'».
En este pasaje, Jesús está hablando del juicio final y de cómo los justos serán recompensados. Pero también menciona a los de su izquierda, y dice que serán enviados al «lugar de tormento», que Mateo describe como el «fuego eterno». Este es el infierno, donde los malvados serán castigados por sus pecados.
En el libro de Lucas, también se menciona el infierno en el contexto del juicio final. Lucas 16:19-31 nos cuenta la historia de un hombre rico y un mendigo llamado Lázaro. Lázaro estaba enfermo y el hombre rico no hizo nada por ayudarlo, mientras que Lázaro ni siquiera tuvo suficiente comida para comer. Cuando ambos hombres murieron, el hombre rico fue enviado al infierno, mientras que Lázaro fue enviado al «seno de Abraham».
En este pasaje, se nos muestra claramente que el infierno es un lugar de tormento, mientras que el «seno de Abraham» es un lugar de descanso. Este pasaje también nos dice que el infierno es un lugar eterno, ya que el hombre rico pidió a Abraham que le enviara un poco de agua para calmar su sed, pero Abraham le dijo que no podía hacer nada por él.
En el libro de Juan, también se menciona el infierno en el contexto del juicio final. Juan 5:28-29 dice: «No os maravilleis de esto, porque viene la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz, y los que hayan hecho el bien saldrán para la resurrección de vida, pero los que hayan hecho el mal, para la resurrección de condenación».
En este pasaje, se nos dice que todos los muertos oirán la voz de Jesús en el día del juicio final, y los que hayan hecho el bien serán resucitados para la vida eterna, mientras que los que hayan hecho el mal serán resucitados para la condenación eterna. Esto nos muestra otra vez que el infierno es un lugar eterno de tormento, y que sólo los justos serán salvados.
En conclusion, podemos ver que la Biblia habla de infiernos en varias ocasiones, y que siempre lo describe como un lugar de tormento eterno para los malvados. Esto es una advertencia para todos nosotros, ya que no queremos terminar nuestras vidas en el infierno. En cambio, queremos seguir el ejemplo de Lázaro y hacer el bien, para que podamos ser recompensados con la vida eterna en el cielo.
¿Qué es lo que predicaba Jesús?
Jesús predicaba acerca del Reino de Dios, enseñaba a la gente a orar y a amar a Dios sobre todas las cosas. También enseñó a la gente a amarse unos a otros y a perdonar. Jesús predicó que Dios es bueno y que quiere que todos se salven. Enseñó que cada uno es responsable de sus propios actos y que debemos vivir de acuerdo a Sus mandamientos. Jesús también predicó acerca del fin de los tiempos, el juicio final y el cielo y el infierno.
«Jesus bajó al infierno y predicó a los espíritus encarcelados». Este versículo nos enseña que después de que Jesús murió, él bajó al infierno y predicó a los espíritus encarcelados. Esto significa que todos los que hayan muerto, tanto los buenos como los malos, estarán en el infierno hasta el día del juicio final. En ese día, Jesús vendrá de nuevo y juzgará a todos los muertos. Los que hayan sido buenos irán al cielo, pero los que hayan sido malos irán al infierno para siempre.