El que no Ama a su Hermano

La religión cristiana enseña que todos los seres humanos son hermanos y hermanas en Cristo. Sin embargo, existe el peligro de que las personas no amar a sus hermanos y hermanas en la fe. El que no ama a su hermano está en contra de los mandamientos de Dios y de la voluntad de Cristo.

Quién no ama a su hermano versiculo

«Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y odia a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos de él: El que ama a Dios, también ame a su hermano» (1 Juan 4:20-21).

Quién no ama a su hermano es un mentiroso

1 Juan 4:20 dice: «Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, ese es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.»

Esto quiere decir que si alguien dice amar a Dios pero no ama a su hermano o hermana, entonces esa persona es un mentiroso. Dios es amor, y si amas a Dios, también amarás a los demás. No podemos decir que amamos a Dios si no amamos a las personas que Él nos ha dado.

Esto es muy importante, porque muchas personas piensan que pueden decir que aman a Dios sin amar a otras personas. Pero esto no es verdad. Si no amas a los demás, no puedes amar a Dios. Dios es amor, y si no amamos a los demás, no estamos viviendo en el amor.

Si quieres amar a Dios, entonces debes amar a todos, sin importar quiénes son. Debes amar a tus enemigos, y debes amar a los que no te caen bien. Debes amar a todos, porque Dios nos ama a todos. Él nos ama tanto que dio a su Hijo unigénito para que muriera por nuestros pecados.

Dios nos ama, y nosotros debemos amarlo. Debemos amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, y con todas nuestras fuerzas. Y debemos amar a los demás, porque Dios nos ama.

Quién no ama a su hermano es un homicida

«¿Quién no ama a su hermano es un homicida?» – 1 Juan 3:15

Esta es una pregunta muy importante que debemos considerar seriamente. La Biblia nos enseña claramente que el amor es un mandamiento de Dios y que es la base de toda la ley. Si no amamos a nuestro prójimo, entonces estamos cometiendo pecado.

La pregunta que debemos hacernos es, ¿por qué Dios nos mandó amar a nuestro prójimo? La respuesta es simple: porque Él nos ama. Dios nos amó tanto que envió a su Hijo para que muriera por nuestros pecados. Si Dios nos ama tanto, entonces nosotros también debemos amar a los demás.

El amor es una de las virtudes más importantes que podemos tener. El amor es paciente, bondadoso y no tiene envidia. El amor es algo que debemos practicar todos los días de nuestras vidas.

Si amamos a nuestro prójimo, entonces estaremos cumpliendo con uno de los mandamientos más importantes de Dios. Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si hacemos esto, entonces estaremos siguiendo el ejemplo de Cristo.

¿Quien ama a su hermano permanece en la luz?

1 Juan 3:14 – Y nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.

La Escritura nos dice que el amor es el principio fundamental de toda la Ley. Y nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama, permanece en la muerte.

El amor es el vínculo de la perfecta unidad. Y todos sabemos lo que es amar, porque Dios es amor. Debemos, pues, amar a nuestros hermanos, si queremos andar en la luz. El amor es paciente, es benigno el amor. No es enviciado el amor, no es presumido el amor, no es jactancioso el amor.

El amor no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. El amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca deja de ser. Y si algunas de las virtudes faltaran, el amor sería la última en quedar, y aun quedaría. Esta es la fuerza que sostiene al universo.

1 Juan 4:20 dice: «Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso. El que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.»

En esta Escritura se nos llama a amar a nuestros hermanos, y se nos dice que si no podemos amar a nuestros hermanos, entonces no podemos amar a Dios.

La Biblia nos llama a amar a nuestros hermanos, y esto es especialmente cierto para aquellos de la misma familia.

Dios nos da el ejemplo de amar a nuestros hermanos, y esto es lo que debemos hacer.

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