La Biblia es clara acerca de lo que sucederá después de la muerte. El que cree en Jesús y ha sido bautizado será salvo, pero el que no cree en Jesús será condenado. Esto es lo que la Biblia enseña acerca de la salvación y la condenación.
Qué dice Jesús sobre el creer en el y bautizarse
Jesús dijo: “De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: ‘Os es necesario nacer de nuevo’. El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero ni sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:5-8).
La entrada al reino de Dios requiere un nuevo nacimiento, un cambio de vida radical. El viejo ser natural de la carne debe morir para que el nuevo ser espiritual pueda vivir. Este cambio se produce mediante el bautismo, un acto de fe en el que el creyente muere simbólicamente a su vieja vida y resucita a una vida nueva en Cristo. El bautismo es, por tanto, un paso esencial para entrar en el reino de Dios.
Qué le pasa a quien creen Jesús Marcos 16 16
16 Y los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado ir. 17 Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaron. 18 Jesús se acercó y les dijo:
«Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles a obedecer todo lo que les mandé. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo». Mateo 28:16-20
En primer lugar, Jesús asciende al cielo y se sienta a la derecha del Padre. Esto es lo que le sucede a Jesús después de su muerte y resurrección. Pero ¿qué le sucede a quienes creen en Jesús? ¿Cuál es el destino final de las personas que creen en Jesús? Marcos 16:16 dice: «Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado ir. Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaron.» Luego, en Mateo 28:16-20, Jesús se les aparece a los 11 discípulos y les dice: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les mandé. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo».
Así, vemos que el destino final de las personas que creen en Jesús es el cielo. Jesús mismo lo dice: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les mandé. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo». Dios nos ha dado a todos la misma oportunidad de ir al cielo. Él nos ha dado el libre albedrío para creer o no creer en Jesucristo. Si creemos en Jesús y le pedimos perdón de nuestros pecados, Dios nos perdonará y nos dará el don de la salvación. Y si seguimos los mandamientos de Dios, viviremos una vida abundante en el cielo con él.
Qué dice en Marcos 16 16
«Y cuando los hubo arrojado dentro, dijo al que había de cerrar la puerta: Enmudece, y sal por ellas, y anúnciales estas cosas.
Y ellos, saliendo, huyeron por las regiones de Judea y de Galilea, y predicaban el evangelio a todas las naciones.»
¿Qué impide que yo sea bautizado Quién lo dijo?
«Por supuesto, dijo Pedro, comprendiendo el razonamiento de Cornelio. Bien sabemos que Dios no hace acepción de personas; sino que de todas las naciones se agrada del que le teme y hace justicia.
Envió Dios la palabra a los hijos de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de que había enviado a Jesús, el Mesías, Prometido.
Los profetas hablaron de él, y todos los que oyeron, quedaron asombrados de lo que se les decía.
Preguntó Cornelio a Pedro: -¿Podría yo ser bautizado, sin esperar a que llegara mi familia?
Pedro respondió: -¿Por qué te impide ser bautizado?
-No tengo ningún impedimento, dijo Cornelio.
-Entonces, -dijo Pedro-, bautízate en el nombre del Señor Jesús. Así quedarás limpio de todos tus pecados».
Así que, en resumen, la Biblia enseña que todos los que creen y son bautizados serán salvos, pero aquellos que no creen serán condenados.