Nacer de Nuevo del Agua y del Espíritu

En el Evangelio de Juan, Jesús dice que hay que «nacer de nuevo del agua y del Espíritu» para entrar en el Reino de Dios. Esto significa que, después de darnos el Espíritu Santo, Dios nos limpia de nuestros pecados para que podamos empezar una vida nueva.

Qué significa el que no naciere de agua y del Espíritu

¿Qué significa el que no naciere de agua y del Espíritu? En Juan 3:5, Jesús dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.

Algunos creen que esto significa que debemos ser bautizados para ir al cielo, pero eso no es lo que dice la Escritura. En Juan 3:3-4, Jesús dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

Jesús hablaba aquí del nacimiento espiritual, no del nacimiento natural. En Juan 1:13 dice: “Los que son de la carne, de la carne nacen; y los que son del Espíritu, del Espíritu nacen”. Todos nacemos naturalmente de padre y madre, pero para ir al cielo, debemos nacer del Espíritu.

¿Cómo nacemos del Espíritu? Juan 3:7 dice: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”. Y Juan 3:8 dice: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, mas ni sabes de donde viene, ni a donde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu”.

Así que, el nacimiento del Espíritu es algo que Dios hace en nosotros. No es algo que podamos hacer por nosotros mismos. Es algo que sucede cuando le pedimos a Dios que nos perdone y nos dé el Espíritu Santo.

En Hechos 2:38, Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Así que, el nacimiento del Espíritu es un don de Dios que recibimos cuando nos arrepentimos y le pedimos que nos perdone.

Entonces, ¿por qué Jesús dijo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios?

En Juan 3:5, Jesús no estaba hablando del nacimiento natural, sino del nacimiento espiritual. Y él mismo dijo en Juan 3:6: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”.

Así que, el nacimiento de agua y del Espíritu es el nacimiento natural y el nacimiento espiritual.

Todos nacemos naturalmente de padre y madre, pero para ir al cielo, debemos nacer del Espíritu. Y eso es algo que Dios hace en nosotros cuando le pedimos que nos perdone y nos dé el Espíritu Santo.

Qué significa nacer en el Espíritu

Nacer en el Espíritu significa que Dios te ha dado una nueva vida a través de Su Espíritu. Esta nueva vida está marcada por la fe en Jesucristo y es un don gratuito de Dios. Al nacer en el Espíritu, recibes el Espíritu Santo como un sello de tu salvación, y comienzas una vida nueva guiada y transformada por el Espíritu Santo. La Biblia dice que todos los creyentes han nacido de nuevo (Juan 3: 3-7), y este es un evento que ocurre en el momento en que aceptas a Cristo como tu Salvador personal.

La vida en el Espíritu es una vida de comunión continua con Dios. El Espíritu Santo habita en los creyentes y los guía en toda la verdad (Juan 16: 13). El Espíritu Santo también produce frutos en la vida de los creyentes, que son evidencia de una vida espiritual saludable (Gálatas 5: 22-23). Los frutos del Espíritu Santo son amor, gozo, paz, longanimidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Los creyentes que viven en el Espíritu Santo están en un constante proceso de cambio a la imagen de Cristo.

La vida en el Espíritu es una vida de oración. El Espíritu Santo intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios (Romanos 8:26-27). Los creyentes también pueden orar en el Espíritu, lo que significa que oran de acuerdo con la mente de Dios y la guía del Espíritu Santo (Efesios 6:18). La oración en el Espíritu es una forma de comunión con Dios que nos ayuda a caminar en obediencia a Su voluntad.

La vida en el Espíritu es también una vida de testimonio. El Espíritu Santo da a los creyentes el poder para testimoniar del Evangelio de Cristo (Hechos 1: 8). Testimoniar del Evangelio es una forma de servir a Dios y a los demás, y es una forma de vida que está llena de propósito y significado. Todos los creyentes tienen el privilegio y la responsabilidad de ser testigos del Evangelio, y el Espíritu Santo está dispuesto a ayudar a todos los que lo buscan con un corazón sincero.

Qué es el Evangelio del agua y el Espíritu Santo

El Evangelio del agua y el Espíritu Santo es un término que se utiliza para referirse a la doctrina de la Iglesia de la Santísima Trinidad. En esta doctrina, se enseña que el agua representa la purificación y el Espíritu Santo representa el don de la vida eterna. Esta doctrina se basa en los siguientes versículos bíblicos:

«De cierto, de cierto os digo, el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino por otra parte, es ladrón y roba. Pero el que entra por la puerta, es pastor de las ovejas. A éste da el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca fuera. Y cuando ha sacado todas sus propias, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños» (Juan 10:1-5).

«En verdad, en verdad os digo: El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Juan 3:5).

De acuerdo con estos versículos, Jesús enseñó que el agua representa la purificación y el Espíritu Santo representa el don de la vida eterna. Por esta razón, la Iglesia de la Santísima Trinidad enseña que el Evangelio del agua y el Espíritu Santo es la doctrina de la salvación. En otras palabras, esta doctrina enseña que la única manera de entrar en el reino de Dios es a través de la purificación del agua y el don del Espíritu Santo.

¿Qué representa el Espíritu del agua?

El Espíritu del agua es una figura que se encuentra en varios lugares de la Biblia. En general, se usa como una imagen del Espíritu Santo. De hecho, el agua es una de las principales imágenes que se usan para describir al Espíritu Santo. Esto se debe a que el agua es esencial para la vida, y el Espíritu Santo es esencial para la vida espiritual.

El Espíritu del agua también se usa como una imagen de la purificación. En la Biblia, el agua se usa a menudo como una imagen de la limpieza. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, Dios ordenó que se construyeran fuentes para el lavado ceremonial. De la misma manera, en el Nuevo Testamento, Jesús se bañó en el Jordán antes de comenzar su ministerio (Mateo 3:13-17). Así, el agua se usa como una imagen de la purificación, tanto física como espiritual. De hecho, en el Nuevo Testamento, el bautismo se entiende como una purificación espiritual mediante el agua (Hechos 22:16; Tito 3:5).

En resumen, el Espíritu del agua es una figura que se usa para describir al Espíritu Santo. El agua es esencial para la vida, y el Espíritu Santo es esencial para la vida espiritual. El agua también se usa como una imagen de la purificación, tanto física como espiritual.

Para nacer de nuevo, necesitamos el agua de la Palabra de Dios y el Espíritu Santo. El agua nos lava de nuestros pecados y nos da vida eterna. El Espíritu Santo nos da el poder para vivir una vida nueva. Con el agua y el Espíritu, somos nacidos de nuevo y tenemos una nueva vida.

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