Donde esta tu Tesoro esta tu Corazon Lucas

¿Cuántas veces te has preguntado qué es lo que realmente te motiva en la vida? ¿Qué es lo que te impulsa a hacer lo que haces? ¿Cuál es tu «tesoro»?

En el Evangelio de Lucas, capítulo 12, Jesús nos enseña que nuestro «tesoro» es lo que realmente nos importa en la vida. Si nuestro tesoro está en las riquezas materiales, buscaremos con afán acumular más y más. Pero si nuestro tesoro está en los seres queridos, en la salud, en el trabajo, o en cualquier otra cosa, eso será lo que nos importará y lo que tendremos en mente.

Jesús nos dice que nuestro «corazón» está donde está nuestro tesoro. En otras palabras, lo que más nos importa es lo que va a tener el control de nuestra vida. Entonces, ¿dónde está tu tesoro? ¿Qué es lo que realmente te motiva?

Dónde está tu tesoro está tu corazón versículo bíblico


Mateo 6:21

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Qué quiere decir dónde está tu tesoro está tu corazón

En Mateo 6:19-21, Jesús dice: «No acumulen para sí mismos tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones pueden romper y robar. Más bien, acumulen para ustedes mismos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido destruyen, y donde los ladrones no pueden romper ni robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón».

En este pasaje, Jesús está diciendo que la gente no debe preocuparse por acumular bienes materiales en esta vida, porque todo lo que se acumula en la tierra eventualmente será destruido o robado. En cambio, Jesús dice que la gente debe enfocarse en acumular tesoros en el cielo, ya que ese es el único lugar donde los tesoros verdaderamente duran para siempre. Jesús enfatiza esta verdad al decir que «donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón». Jesús quiere decir que nuestros corazones estarán en el mismo lugar que nuestros tesoros. Si buscamos acumular tesoros en la tierra, nuestros corazones estarán en la tierra. Pero si buscamos acumular tesoros en el cielo, nuestros corazones estarán en el cielo.

¿Cómo podemos aplicar este principio a nuestras vidas hoy? En primer lugar, debemos reconocer que todos los bienes de este mundo son temporales. Nada de lo que poseemos en esta vida durará para siempre. Debemos tener los ojos puestos en las verdaderas riquezas que son eternas. En segundo lugar, debemos buscar la manera de invertir nuestros tesoros en el cielo. Jesús mismo dijo: «El tesoro de un hombre consiste en lo que guarda en su corazón». La mejor manera de invertir en el cielo es invertir nuestras vidas en las personas y en los principios eternos de Dios. En tercer lugar, debemos recordar que nuestros corazones siempre estarán donde estén nuestros tesoros. Si queremos que nuestros corazones estén en el cielo, debemos enfocarnos en las verdaderas riquezas eternas.

Qué dice Mateo 6 21

«No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos?
Porque los Gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas ellas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
No os afanéis, pues, por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su afán.

En Mateo 6:21, Jesús nos enseña que no debemos preocuparnos por nuestras necesidades materiales, porque Dios sabe lo que necesitamos y nos proveerá. En cambio, debemos buscar primeramente el reino de Dios y confiar en que él nos dará todo lo que necesitamos. Jesús nos dice que no debemos preocuparnos por el día de mañana, porque cada día trae su propio afán. Debemos confiar en Dios y en su promesa de que nos dará todo lo que necesitamos.

¿Dónde está el corazón del ser humano?

El corazón es el órgano que se encarga de bombear la sangre en todo el cuerpo, pero también es un símbolo de lo que es importante para nosotros. En la Biblia, el corazón se usa como una metáfora para nuestras actitudes y nuestros pensamientos.

Dios ve el corazón y él sabe lo que está dentro de nosotros. Por eso, debemos cuidar nuestros corazones y purificarlos. Deuteronomio 6:5 dice: «Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.»

Eso significa que debemos amar a Dios con todo lo que somos. Debemos ponerlo en primer lugar en nuestras vidas. Mateo 6:21 dice: «Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.»

Lo que más nos importa es lo que está en nuestro corazón. Si nuestro tesoro está en las cosas del mundo, entonces nuestro corazón estará en las cosas del mundo. Pero si nuestro tesoro está en el cielo, entonces nuestro corazón estará en el cielo.

Colosenses 3:2 dice: «Pone la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.» Debemos mirar hacia las cosas eternas y no hacia las cosas temporales.

Efesios 5:15-16 dice: «Así que, cuídense bien de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. No sean imprudentes, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.»

Debemos vivir de manera sabia, aprovechando el tiempo que Dios nos ha dado. No debemos vivir como necios, sin pensar en las consecuencias de nuestras acciones.

1 Corintios 2:9-10 dice: «Pero, así como está escrito: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han llegado al corazón del hombre», son las que Dios ha preparado para los que lo aman. Pero a nosotros Dios nos las ha revelado por medio de su Espíritu, porque el Espíritu todo lo examina, aun lo profundo de Dios.»

Dios tiene planes maravillosos para nosotros, pero debemos buscarlo de todo corazón. Si lo buscamos de todo corazón, Dios nos revelará sus planes para nosotros.

Proverbios 4:23 dice: «Sobre toda cosa cuidadosa guarda tu corazón, porque de él mana la vida.»

Debemos cuidar nuestro corazón porque de él mana la vida. Debemos purificar nuestro corazón y llenarlo de amor, de alegría, de paz, de paciencia, de bondad, de fe, de humildad y de autocontrol.

Si llenamos nuestro corazón de estas cosas, estaremos llenos de la vida de Dios.

La Escritura nos enseña que nuestras verdaderas riquezas no se encuentran en los bienes terrenales, sino en nuestro amor por Dios y nuestro servicio a los demás. Si nuestro corazón está lleno de amor por Dios y compasión por los necesitados, entonces estaremos guardando nuestros tesoros en el lugar correcto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba