En la actualidad, existe un debate constante acerca de si el diezmo sigue siendo una práctica relevante en el contexto del nuevo testamento. Muchos argumentan que esta antigua tradición bíblica ha perdido su validez en la era moderna, mientras que otros defienden la importancia de seguir dando el diez por ciento de nuestros ingresos a la iglesia.
El diezmo, que se remonta a los tiempos del antiguo testamento, fue establecido como una forma de apoyar el ministerio y las necesidades de la comunidad religiosa. Sin embargo, ¿qué dice el nuevo testamento al respecto? ¿Es esta práctica aún aplicable hoy en día?
Según 1 Corintios 16:2, el apóstol Pablo anima a los creyentes a apartar una porción de sus ingresos cada semana para el servicio de Dios: «Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte en su casa lo que haya prosperado, según la bendición que Jehová haya dado». Esta afirmación parece respaldar la continuidad del diezmo en la era del nuevo testamento.
Por otro lado, algunos argumentan que el nuevo testamento enfatiza más la idea de la generosidad y la actitud de dar de corazón, en lugar de fijar un porcentaje específico. En 2 Corintios 9:7, se nos insta a dar de manera alegre y voluntaria, sin sentirnos obligados: «Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre». Esto plantea la pregunta de si el diezmo es una obligación o una elección personal.
El diezmo en el Nuevo Testamento: enseñanzas bíblicas.
El diezmo, como práctica de dar el 10% de los ingresos a la iglesia, es un tema controvertido y debatido en el Nuevo Testamento. Aunque algunos argumentan que el diezmo es una obligación vigente en el Nuevo Testamento, otros sostienen que esta práctica no es necesaria para los creyentes. Veamos algunas enseñanzas bíblicas relevantes:
1. Jesús y el diezmo
En el Nuevo Testamento, Jesús menciona el diezmo en Mateo 23:23, donde critica a los fariseos por su enfoque excesivo en aspectos legales y rituales en lugar de la justicia y la misericordia. Jesús no rechaza la práctica del diezmo, pero enfatiza la importancia de tener un corazón recto y una actitud generosa hacia los demás.
2. El diezmo en la iglesia primitiva
En los primeros días de la iglesia, el diezmo fue practicado por algunos creyentes. Hechos 4:32-37 menciona cómo los creyentes vendían sus posesiones y compartían los ingresos para satisfacer las necesidades de la comunidad. Sin embargo, no hay una indicación clara de que el diezmo fuera una obligación universal para todos los seguidores de Jesús.
3. La generosidad y el dar
En el Nuevo Testamento se enfatiza la importancia de la generosidad y el dar desinteresadamente.
En 2 Corintios 9:6-7, Pablo enseña que cada uno debe dar según lo haya decidido en su corazón, sin sentirse obligado o bajo presión. La enseñanza principal es que el dar debe surgir de un corazón agradecido y generoso, no de una obligación legal.
4. La libertad en Cristo
El Nuevo Testamento también habla de la libertad que los creyentes tienen en Cristo. Gálatas 5:1 declara que hemos sido liberados para vivir en libertad, no bajo el yugo de la ley. Esto implica que las prácticas legales y rituales, como el diezmo, no son requisitos para la salvación ni para vivir una vida cristiana plena.
Conclusiones
Pablo opina sobre el diezmo
Desde una perspectiva religiosa, la opinión de Pablo sobre el diezmo es clara y contundente. En las enseñanzas del Nuevo Testamento, Pablo enfatiza la importancia del diezmo como un acto de obediencia y devoción hacia Dios.
En 1 Corintios 16:2, Pablo exhorta a los creyentes a apartar el diezmo de sus ingresos de manera regular y sistemática: «Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas». Aquí, Pablo insta a los creyentes a ser diligentes en separar una parte de sus ganancias para contribuir al sostenimiento de la obra de Dios.
Además, en 2 Corintios 9:6-7, Pablo enseña que el diezmo debe ser dado con generosidad y alegría: «Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre». Aquí, Pablo resalta la importancia de dar el diezmo de manera voluntaria y con un espíritu alegre, reconociendo que Dios es quien provee todas las cosas.
Es importante tener en cuenta que Pablo no solo promovió el diezmo como una forma de sostén económico para la iglesia, sino también como un acto de fe y compromiso con Dios. Al dar el diezmo, se reconoce la autoridad y provisión divina, y se demuestra la confianza en Dios como proveedor y sustentador de todas las cosas.
El diezmo sigue siendo un tema debatido en el contexto del Nuevo Testamento. Algunos argumentan que su práctica continúa vigente, mientras que otros sostienen que no es obligatorio para los creyentes. Esta es una cuestión que cada persona debe reflexionar y decidir en base a su propia comprensión y convicciones. Gracias por tu pregunta y hasta luego.