El Nuevo Testamento nos enseña que el diezmo y la ofrenda son actos de adoración y de agradecimiento. En Mateo 23:23, Jesús dijo: “Abandonen toda maldad y toda engañosa obediencia. Sólo me adoren con sinceridad y me sirvan de todo corazón.” El contexto de esta declaración de Jesús nos muestra que él estaba enojado con los fariseos y los maestros de la ley porque no habían dado el diezmo ni la ofrenda a Dios. Aunque el diezmo y la ofrenda eran requerimientos religiosos, ellos no los habían cumplido de corazón. Jesús les dijo que debían dejar de lado su maldad y su hipocresía y en cambio, adorar y servir a Dios de todo corazón.
En Lucas 6:38, Jesús dijo: “Den y se les dará. Medirán con la misma medida con que ustedes midan, y se les dará aun más.” Jesús enfatizó el principio de la semilla y la cosecha. Cuando damos, Dios nos da. No importa cuánto demos, Dios nos bendecirá de acuerdo a su promesa. Él nos bendecirá de más, mediante el principio de la semilla y la cosecha.
En 2 Corintios 9:6-7, Pablo escribió: “Pero esto digo: El que siembra poco, también poco recogerá; y el que siembra mucho, recogerá mucho. Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.” Pablo enseñó que debemos dar de acuerdo a lo que hayamos decidido en nuestro corazón, no por obligación o tristeza. Dios nos ama y nos bendice cuando damos de forma alegre.
Qué dice el Nuevo Testamento sobre el diezmo
Aunque el diezmo fue establecido en la Ley mosaica, el Nuevo Testamento no lo manda como un requisito para los creyentes. Sin embargo, hay algunas referencias al diezmo en el Nuevo Testamento. En Mateo 23:23, Jesús critica a los fariseos por preocuparse por el diezmo de la menta, el eneldo y el comino, pero por no hacer justicia, amar a su prójimo o ser misericordiosos. Jesús dijo que eran culpables de omitir los requirements más importantes de la ley. Mateo 5:17-20 enseña que Jesús vino para cumplir la ley, no para abolirla. En estos versículos, Jesús dice que los mandamientos permanecerán en vigor hasta que se cumplan completamente. Algunos interpretan esto como que el diezmo sigue siendo un requisito para los creyentes, pero otros dicen que el diezmo fue abolido por Jesús. Hechos 5:1-11 relata la historia de Ananías y Safira, quienes vendieron un terreno y entregaron solo una parte del dinero a los apóstoles, mintiendo sobre el monto total. Como resultado, Dios los castigó a morir. Algunos interpretan este evento como una advertencia contra el engaño, mientras que otros dicen que es un ejemplo de que Dios castiga a aquellos que no diezman. En Lucas 11:42, Jesús critica a los fariseos por diezmar la menta, el eneldo y el comino, pero por no hacer justicia, amar a su prójimo o ser misericordiosos. Jesús dijo que eran culpables de omitir los requirements más importantes de la ley. Gálatas 6:6-10 enseña que los creyentes deben ayudar a los demás, especialmente a los que forman parte de su familia espiritual. Algunos interpretan esto como que debemos diezmar, mientras que otros dicen que la ayuda debe ser voluntaria. 1 Corintios 9:13-14 enseña que los que trabajan en el ministerio deben ser sostenidos por aquellos a quienes sirven. Algunos interpretan esto como que debemos diezmar, mientras que otros dicen que la ayuda debe ser voluntaria. En resumen, el Nuevo Testamento no manda el diezmo, pero hay algunas referencias al tema. Algunos interpretan estas referencias como un mandato para diezmar, mientras que otros interpretan que el diezmo fue abolido por Jesús o que la ayuda a los demás debe ser voluntaria.
Donde dice en la Biblia que el diezmo es obligatorio
El diezmo es mencionado por primera vez en la Biblia en Génesis 14:20, cuando Abraham diezmó a Melquisedec de todo lo que él había ganado en la batalla. Aunque el diezmo no fue explícitamente ordenado por Dios hasta más tarde, en Levítico 27:30-33, Abraham diezmó de forma voluntaria, y esto se consideró como un acto de adoración y de reconocimiento de que todo lo que tiene pertenece a Dios.
Abraham no fue el único a diezmar, sin embargo. Diezmar era una costumbre común entre los israelitas y otras naciones en la antigüedad. En Hechos 7:8, se dice que Jacob diezmó la décima parte de lo que había ganado a Esaú. En 2 Crónicas 31:5, se relata que el rey david ordenó que se diezmaran los primeros frutos de todos los israelitas. En Malaquías 3:8-10, Dios promete bendecir a los israelitas si diezman diezmos y ofrendas.
Aunque el diezmo no es obligatorio en la actualidad, la Biblia sigue siendo muy clara acerca de la importancia de dar. En Mateo 6:1-4, Jesús enseña que debemos dar de forma discreta, sin buscar la aprobación de los demás. En Lucas 6:38, él dice que debemos dar de forma generosa, sin esperar nada a cambio. En 2 Corintios 9:7, se nos dice que debemos dar con alegría, ya que Dios ama al que da con alegría.
En resumen, el diezmo no es obligatorio en la actualidad, pero la Biblia sigue siendo muy clara acerca de la importancia de dar. Dios bendice a aquellos que dan de forma generosa y con alegría, y este es un acto de adoración que reconoce que todo lo que tenemos nos pertenece a él.
Qué es el diezmo y por qué se sigue dando hasta el día de hoy
El diezmo es una ofrenda que se le da a Dios y consiste en diez por ciento de lo que se gana. La Biblia dice que es un mandamiento de Dios y que debemos diezmar nuestras primicias para dárselas al Levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, para que ellos también puedan adorar a Dios. (Mateo 23:23, Malaquías 3:10, Mateo 25:40)
Dios nos bendice cuando le damos diezmos y ofrendas, y esto es algo que Él ha mandado que hagamos. (Proverbios 3:9-10, 2 Corintios 9:7) Dios nos da todo lo que necesitamos y nos pide que le demos diezmos y ofrendas para que Él pueda seguir bendiciéndonos. (Mateo 6:33, Lucas 6:38)
El diezmo es una forma de reconocer que Dios es el dueño de todo y que nosotros somos sus siervos. (Levítico 27:30, Salmos 24:1, 1 Corintios 6:20) Es un acto de adoración y de agradecimiento por todo lo que Dios nos ha dado. (Colosenses 3:17, 1 Pedro 2:9)
El diezmo también es una forma de apoyar a la iglesia y a los ministros de Dios. (1 Corintios 9:13-14, Gálatas 6:6, 1 Timoteo 5:17-18) La iglesia necesita diezmos y ofrendas para poder seguir funcionando y haciendo la obra de Dios. (Hechos 4:34-37, Hechos 11:27-30)
Aunque el diezmo fue establecido en el Antiguo Testamento, (Génesis 14:20, Levítico 27:30-33) se sigue dando el diezmo hoy en día porque es un mandamiento de Dios. (Malaquías 3:10, Mateo 23:23) Diezmar es un acto de adoración y de agradecimiento a Dios, y también es una forma de apoyar a la iglesia y a los ministros de Dios. (1 Corintios 9:13-14, Gálatas 6:6, 1 Timoteo 5:17-18)
¿Cuáles son los 4 tipos de diezmos?
La Torá habla de cuatro tipos de diezmos: diezmos para el Levita (maaser rishon), diezmos para el sacerdote (maaser sheni), diezmos para el propietario (maaser ani) y los diezmos para el extranjero (maaser ani).
Los diezmos para el Levita (maaser rishon) se destinaban a los levitas, que eran los descendientes de Levi. Los levitas no tenían una porción territorial en Israel, por lo que dependían de los diezmos y de otras ofrendas para vivir. Deuteronomio 18:1-2 dice: «Los levitas, todos los que pertenecen a la tribu de Levi, no recibirán ninguna porción territorial junto con los demás Israelitas. En cambio, vivirán de los diezmos que yo, el SEÑOR su Dios, he decidido darles».
Los diezmos para el sacerdote (maaser sheni) se destinaban a los sacerdotes, que eran los descendientes de Aarón. Deuteronomio 18:4 dice: «Los diezmos de los Israelitas que ofrecen al SEÑOR como ofrenda mecida serán para los sacerdotes». Los sacerdotes también recibían una porción de las ofrendas especiales, como los sacrificios de animales y las ofrendas de cereales.
Los diezmos para el propietario (maaser ani) se destinaban a los pobres y a los extranjeros. Deuteronomio 14:28-29 dice: «Al final de cada tercer año, debes sacar todos los diezmos de tus cosechas de ese año y guardarlos en tu ciudad. Entonces los levitas que no tienen una porción territorial, los extranjeros, los huérfanos y las viudas que viven en esa ciudad podrán venir y comer hasta saciarse. Así el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas».
Los diezmos para el extranjero (maaser ani) se destinaban a los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Deuteronomio 26:12-13 dice: «Entonces preséntale al sacerdote el diezmo de todas tus cosechas. El sacerdote llevará una parte de ese diezmo como ofrenda mecida al SEÑOR tu Dios. El resto será para los levitas, los extranjeros, los huérfanos y las viudas, para que puedan comer hasta saciarse. De esta manera el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas».
En el Nuevo Testamento, se nos instruye a dar diezmos y ofrendas, no solo para ayudar a los necesitados, sino también como una forma de agradecimiento a Dios por todas Sus bendiciones. Al dar, demostramos nuestra fe y confianza en Dios, y Él siempre nos recompensará.