La mayoría de las religiones occidentales celebran el sábado como el día de reposo, pero ¿es esto lo que la Biblia realmente enseña? Aunque el sábado es mencionado muchas veces en la Biblia, no se le da el mismo peso que se le da al domingo. De hecho, la Biblia no enseña que el sábado es el día de reposo, sino que el domingo es el día de reposo.
Cuál es el día de reposo en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, se cita el día de reposo como el sábado (ver Lucas 4:16; Hechos 13:14, 42, 44; 17:2; 18:4). Aunque el sábado se menciona más de cincuenta veces en el Nuevo Testamento, no se da ninguna instrucción clara y directa sobre cómo debemos guardarlo. Debido a esto, algunos cristianos han llegado a la conclusión de que el sábado fue abolido en el Nuevo Testamento. Pero esto no es lo que vemos en las Escrituras. Más bien, el sábado es un símbolo de la libertad y la salvación que encontramos en Cristo.
En el Antiguo Testamento, el sábado se presenta como un mandamiento para el pueblo de Israel. Después de que Dios liberó a Israel de Egipto, los guió por el desierto durante cuarenta años y los estableció en la Tierra Prometida, les dio esta instrucción: «Recuerda el día de reposo para consagrarlo. Seis días trabajarás, pero el séptimo día es el sábado para honrar a Jehovah tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni los extranjeros que viven en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava puedan descansar lo mismo que tú. Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y Jehovah tu Dios te liberó de allí con gran poder y con un brazo extendido. Por eso Jehovah tu Dios te ordena que cumplas el día de reposo» (Éxodo 20:8-11).
En el Nuevo Testamento, el sábado se presenta como un día de libertad. Ya no estamos bajo el mandamiento de guardar el sábado, sino que ahora estamos libres de seguirlo o no. Pablo escribió: «Porque la verdadera circuncisión no es externa y consiste en el despojo del cuerpo carnal, sino en la circuncisión del corazón, mediante el Espíritu, no según la letra. Su alabanza, pues, no viene de los hombres, sino de Dios» (Romanos 2:28-29). En otras palabras, el sábado es un símbolo de la libertad que encontramos en Cristo. No estamos obligados a seguirlo, pero podemos elegir hacerlo como un acto de adoración.
El sábado también es un símbolo de la salvación que encontramos en Cristo. Pablo escribió: «Porque el Evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en él se revela la justicia de Dios por fe y para fe, según está escrito: Mas el justo por la fe vivirá» (Romanos 1:16-17). En otras palabras, el sábado es un símbolo de la salvación que encontramos en Cristo. No estamos obligados a seguirlo, pero podemos elegir hacerlo como un acto de adoración.
Cuál es el séptimo día de reposo según la Biblia
La Biblia nos enseña que Dios ordenó que se guardara el séptimo día como un día de reposo y de descanso. (Éxodo 20:8-11) El séptimo día es el día del Señor, y debemos dedicarlo a él. (Isaías 58:13)
El séptimo día de reposo es un día especial para los creyentes. Debemos guardar este día para adorar a Dios y para descansar de nuestras labores. (Deuteronomio 5:12-15)
No debemos trabajar en el séptimo día, sino dedicarlo a Dios. Debemos pasar este día en oración, en la lectura de la Palabra de Dios y en el culto a Dios. También debemos dedicar este día a nuestras familias y amigos, y a hacer actividades que nos ayuden a relajarnos.
Quién fue el que cambió el sábado por el domingo
La Biblia no lo dice explícitamente, pero hay muchas pistas que nos llevan a una respuesta clara. En primer lugar, debemos entender que el sábado originalmente era un día de descanso para Dios después de haber completado Su creación. Él lo santificó y lo apartó como un día especial para el hombre. En Exodo 20: 8-11, Dios dice:
«Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es el día de reposo para Jehová tu Dios. No hagas en él ningún trabajo tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días Jehová hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó».
Aquí vemos que el sábado fue originalmente un día para descansar, no para trabajar. Dios también lo santificó, lo que significaba que era un día especial para Él. Debido a que era un día santo, era un día en que debíamos guardarlo y no hacer ningún trabajo.
En Mateo 12: 1-8, vemos a Jesús y Sus discípulos recogiendo espigas de trigo en el día de reposo. Los fariseos le pidieron a Jesús si era lícito hacer eso en el día de reposo. Jesús les respondió citando el ejemplo de David, quien comió los panes de la proposición cuando él y los hombres que estaban con él tenían hambre. Luego, Jesús les dijo: «El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo».
Jesús estaba diciendo claramente que Él era el Señor del sábado. Él era el que lo había santificado originalmente, y Él era el que tenía el poder de decidir cómo sería utilizado. Esto es muy importante de entender, porque Jesús es quien cambió el sábado por el domingo.
En Hechos 20: 7, vemos que los discípulos estaban reunidos para partir el pan el primer día de la semana. Esto fue después de la resurrección de Jesús. No estaban reunidos en el séptimo día de la semana, sino que lo hicieron el primer día.
Pablo también habló del cambio en 1 Corintios 16: 1-2, donde dijo: «Por lo demás, hermanos, os hago saber que el primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte para guardar, como limosna, lo que haya prosperado, para que no se hagan entonces las colectas cuando yo vaya».
Aquí vemos que Pablo instruyó a los creyentes a que guardaran el primer día de la semana, no el séptimo. Esto es muy importante, porque Pablo era un hombre que vivió y enseñó de acuerdo con la voluntad de Jesús. Si Jesús hubiera querido que sus seguidores guardaran el sábado, eso es lo que Pablo habría enseñado.
En conclusión, podemos ver claramente que fue Jesús quien cambió el sábado por el domingo. Él es quien lo santificó originalmente, y Él es quien lo cambió después de Su resurrección. Debemos seguir Su ejemplo y guardar el primer día de la semana como nuestro día de adoración y descanso.
¿Por qué el domingo es el día del Señor?
En el libro de Génesis, Dios creó el cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos en seis días, y el séptimo día descansó. Dios bendijo este día y lo santificó como un día de descanso especial. En Exodo 20:8-11, Dios le dijo al pueblo de Israel que observaran este día como un día de descanso santo. Dios también ordenó que este día fuera un día de adoración.
En el Nuevo Testamento, Jesús y sus seguidores observaban el sábado como un día de descanso y de adoración (Lucas 4:16; Mateo 12:1-8). Sin embargo, después de la muerte y resurrección de Jesús, él mismo declaró que el día del Señor era el primer día de la semana y que este día sería un día de descanso y de adoración para su pueblo (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2).
El domingo es el día del Señor porque es el día en que Jesús resucitó de los muertos. En su resurrección, Jesús venció a la muerte y al pecado. Él es el Señor de la vida. Al observar el domingo como el día del Señor, estamos celebrando la victoria de Jesús sobre la muerte y nuestra esperanza de vida eterna en él.
La verdad es que no hay un día específico en la Biblia que señale cuál es el «día de reposo». En realidad, la Biblia enseña que cada día es un día de reposo para los seguidores de Cristo. Dios nos llama a descansar en Él cada día de nuestras vidas.