Al Cesar lo que es del Cesar

Desde el principio de los tiempos, el hombre ha estado en conflicto con otro hombre. A veces el conflicto es por causas naturales, como la lucha por la comida o el territorio. Otras veces el conflicto es causado por el hombre mismo, como la lucha por el poder o la dominación. En cualquier caso, el conflicto es una parte inherente de la condición humana.

Qué significa la frase al César lo que es del César

Esta frase se refiere a un dicho de Jesús en Mateo 22:21. En ese versículo, Jesús respondió a una pregunta sobre el pago de impuestos con esta frase. La frase completa es: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Jesús estaba enseñando sobre el reino de Dios y los líderes religiosos querían atraparlo en una trampa. Le preguntaron si era lícito pagar el impuesto romano, que era muy impopular entre el pueblo. Jesús no quería responder de una manera que lo metiera en problemas, así que dijo esta famosa frase.

Jesús estaba diciendo que debemos ser obedientes a las autoridades civiles, pero también debemos darle a Dios lo que le pertenece. Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.

La obediencia a Dios es más importante que la obediencia a las autoridades humanas. Pero eso no significa que debamos desobedecer a las autoridades. Debemos ser obedientes a las autoridades, pero no de una manera que vaya en contra de lo que Dios nos dice que hagamos.

Qué significa al César lo que es del César y que define tu riqueza

Jesús fue preguntado acerca de pagar el impuesto al césar. "¿Debería pagar el impuesto al césar?" -le preguntaron. Jesús, sabiendo la trampa que le querían tender, les preguntó: "¿Me traen un denario?" Ellos le respondieron: "Sí". Entonces, él les dijo: "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?" "Del César" -respondieron. Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" (Lucas 20:25).

Jesús enseñó aquí que debemos ser obedientes a las autoridades civiles, pero no debemos darles nuestra lealtad. Debemos dar al César lo que es del César, es decir, debemos obedecer las leyes y pagar los impuestos. Pero también debemos dar a Dios lo que es de Dios, es decir, nuestro corazón, nuestra mente y nuestra alma.

Qué quiere decir dar a Dios lo que es de Dios

JESÚS dijo:
«Padre, todas las cosas me pertenecen. No obstante, me has dado autoridad sobre todas las cosas, para que a aquellos que me diste, yo les dé vida eterna.»
Juan 17:2

Dios nos ha dado un mandato claro en su Palabra: debemos darle a él lo que es de él. Pero, ¿qué significa esto exactamente? En primer lugar, debemos entender que todo lo que existe en el universo es de Dios, ya que él es el Creador de todo (Colosenses 1:16-17). Esto significa que todo lo que poseemos, incluyendo nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestras habilidades y nuestras vidas, nos pertenecen a él. Debemos, por tanto, buscar su gloria en todo lo que hagamos y darnos a él completamente. Esto es lo que se llama vivir una vida dedicada a Dios.

En segundo lugar, debemos darnos a Dios de la misma manera en que él nos ha dado a nosotros. Debemos amarlo con todo nuestro corazón, nuestra mente y nuestra alma, y hacerlo el centro de nuestras vidas (Mateo 22:37-38). Debemos buscar su voluntad en todo lo que hagamos y seguir sus mandamientos. También debemos compartir el Evangelio con los demás, para que puedan conocerlo y tener la misma relación con él que nosotros.

En tercer lugar, debemos darle a Dios lo que él nos pide, ya que él sabe lo que es mejor para nosotros. A veces, esto significará sacrificar nuestros propios deseos y necesidades por los de él. Debemos estar dispuestos a hacer lo que él nos pida, sin importar lo que cueste, porque sabemos que él tiene un plan perfecto para nuestras vidas (Proverbios 3:5-6).

En resumen, dar a Dios lo que es de él significa vivir una vida dedicada a él, amarlo con todo nuestro ser, y hacer lo que él nos pida. Debemos buscar siempre su gloria y ponerlo en primer lugar en nuestras vidas. Si hacemos esto, podemos estar seguros de que él nos bendecirá abundantemente.

Este versículo nos muestra que debemos ser obedientes a las autoridades civiles, ya que son establecidas por Dios. Debemos honrar a aquellos que nos gobiernan y reconocer que el poder viene de Dios.

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