Desde el principio, Dios estableció el matrimonio como un pacto entre un hombre y una mujer para que vivan juntos en amor y fidelidad. Sin embargo, el divorcio ha existido desde los tiempos bíblicos y ha sido regulado por la ley mosaica. La Biblia no condena el divorcio, pero sí establece algunas causas para que un matrimonio se dissuelva. Estas causas se pueden dividir en dos categorías: las que tienen que ver con el pecado y las que no.
Qué justifica el divorcio
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Entonces los fariseos se le acercaron a Jesús para ponerle a prueba y le preguntaron:
-Maestro, ¿es lícito divorciarse de nuestras mujeres por cualquier causa?
Jesús les respondió:
-¿No han leído que el Creador desde el principio los hizo hombre y mujer?
Y dijo:
-Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Así que no son ya más dos, sino una sola carne.
Por lo tanto, lo que Dios ha unido, el hombre no lo separe.
Después de esto, los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle:
-Entonces, ¿es lícito para el hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?
Jesús les respondió:
-¿No han leído que el Creador al principio los hizo hombre y mujer?
Y dijo:
-Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Así que no son ya más dos, sino una sola carne.
Por lo tanto, lo que Dios ha unido, el hombre no lo separe.
Ellos le dijeron:
-Entonces, ¿por qué Moisés ordenó dar un certificado de divorcio y despedirla?
Jesús les respondió:
-Moisés lo permitió a ustedes debido a la dureza de sus corazones.
Pero al principio no fue así.
Yo les digo que el que se divorcia de su mujer, a no ser en el caso de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio.
Los discípulos le dijeron:
-Entonces, si el esposo se separa de su esposa, ¿es correcto que vuelva a casarse?
Jesús les respondió:
-¿No han leído que el Creador al principio los hizo hombre y mujer?
Y dijo:
-Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Así que no son ya más dos, sino una sola carne.
Por lo tanto, lo que Dios ha unido, el hombre no lo separe.
Ellos le dijeron:
-Entonces, ¿por qué Moisés ordenó dar un certificado de divorcio y despedirla?
Jesús les respondió:
-Moisés lo permitió a ustedes debido a la dureza de sus corazones.
Pero al principio no fue así.
Yo les digo que el que se divorcia de su mujer, a no ser en el caso de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio. »
Qué dice Corintios sobre el divorcio
1 Corintios 7:10-11 dice: «Por lo demás, todos tienen el mismo derecho: el marido tiene el derecho de dejar a su mujer, y la mujer tiene el derecho de dejar a su marido. Pero esto debe hacerse de tal manera que no sea pecaminoso. Y aunque vivan juntos, lo deben hacer con el propósito de orar y de buscar el consejo de Dios. Así evitarán pecar».
Dios no quiere que el matrimonio termine en divorcio, pero reconoce que a veces es necesario. Sin embargo, el divorcio debe ser una última opción, no la primera. Debe ser una decisión tomada en conjunto, con el propósito de orar y buscar el consejo de Dios. Esto ayudará a evitar el pecado.
Qué dice la Biblia sobre el divorcio en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, Jesús habló claramente sobre el divorcio en Mateo 19:3-12. En esta sección de la Escritura, Jesús está respondiendo a una pregunta sobre la legalidad del divorcio. Los fariseos querían saber si era lícito divorciarse de sus esposas por cualquier motivo. Jesús respondió con una clara y concisa negativa. Él citó a Génesis 2:24, donde Dios dice: «Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser». Jesús enfatizó que el divorcio no era parte del plan original de Dios para el matrimonio. Sin embargo, Jesús también reconoció que el divorcio era una realidad en su día. En Mateo 5:31-32, Jesús dice: «Por lo tanto, les digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, excepto en el caso de infidelidad sexual, comete adulterio contra ella. Y cualquiera que se case con una mujer divorciada, excepto en el caso de infidelidad sexual, comete adulterio». Jesús enfatizó el hecho de que el divorcio no es parte del plan de Dios, pero también reconoció que, en algunos casos, el divorcio es una realidad. En el Nuevo Testamento, Pablo también habló sobre el divorcio en 1 Corintios 7:10-16. En esta sección de la Escritura, Pablo está respondiendo a una pregunta sobre el divorcio. Los corintios querían saber si era mejor permanecer solteros o casados. Pablo respondió que cada persona debe decidir por sí misma. Sin embargo, Pablo también enfatizó el hecho de que el matrimonio es una relación sagrada. En 1 Corintios 7:39, Pablo dice: «La mujer casada está obligada a permanecer con su esposo mientras él viva. Si él muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, siempre y cuando sea en el Señor». Pablo enfatizó el hecho de que el matrimonio es una relación sagrada, pero también reconoció que, en algunos casos, el divorcio es una realidad. En conclusion, la Biblia enseña claramente que el divorcio no es parte del plan original de Dios para el matrimonio. Sin embargo, la Biblia también reconoce que, en algunos casos, el divorcio es una realidad.
¿Cuál es la base para el divorcio?
La Biblia no ofrece una respuesta directa a esta pregunta, pero podemos encontrar algunas pistas a partir de lo que nos enseña acerca del matrimonio. En primer lugar, Dios nos dice que el matrimonio es un pacto sagrado entre un hombre y una mujer (Génesis 2:24). Esto significa que el matrimonio es algo más que un simple contrato legal; es una unión de dos personas que están unidas por un lazo más profundo, espiritual.
Dios también nos dice que el matrimonio es un reflejo de la relación que Él mismo tiene con su pueblo. Él es fiel a su pueblo, a pesar de sus muchas rebeliones, y nos anima a que también seamos fieles a nuestros cónyuges (Oseas 2:16).
En Mateo 19:3-9, Jesús enseña que el matrimonio es para toda la vida, y que la única razón legítima para el divorcio es la infidelidad. Esto significa que, aunque el divorcio puede ser una opción legítima en algunos casos, no debería ser algo que buscamos activamente. De hecho, la Biblia nos dice que el divorcio es un mal (Malaquías 2:16).
En resumen, podemos decir que el divorcio debe ser entendido como una medida de último recurso, y no como una opción deseable. Dios nos llama a amar a nuestros cónyuges de forma incondicional, a perdonar sus pecados, y a buscar la reconciliación, incluso cuando el divorcio parece ser la única opción.
La Biblia enumera varias razones para el divorcio, pero el motivo principal es la infidelidad. Otras razones incluyen el abuso, la idolatría y el abandono. Aunque el divorcio es un evento trágico, la Biblia permite que ocurra en algunos casos para proteger a las personas de la tiranía y el maltrato.