Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha estado enfrentando el problema de la maldad. Maldad que se manifiesta en la forma de violencia, injusticia, enfermedad, dolor y muerte. Aunque la maldad es una realidad innegable, no siempre es fácil encontrar respuestas satisfactorias para explicar su existencia. Si Dios es bueno y todopoderoso, ¿por qué permite que la maldad exista?
Por qué existe la maldad en el mundo
La maldad existe en el mundo porque el hombre es pecador. El pecado entró en el mundo a través de Adán, y todos los hombres han pecado desde entonces. La Biblia dice que el pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4). Debido al pecado, el hombre está separado de Dios y es objeto de Su ira.La maldad existe en el mundo porque el hombre es pecador. El pecado entró en el mundo a través de Adán, y todos los hombres han pecado desde entonces. La Biblia dice que el pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4). Debido al pecado, el hombre está separado de Dios y es objeto de Su ira.
La maldad también existe en el mundo porque Satanás es real. Satanás es un ser espiritual que se rebela contra Dios. Él es el enemigo de Dios y el enemigo de los hombres. Él quiere destruir a todos los hombres y hacerlos objeto de su propia maldad.
La maldad existe en el mundo porque el hombre es pecador. El pecado entró en el mundo a través de Adán, y todos los hombres han pecado desde entonces. La Biblia dice que el pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4). Debido al pecado, el hombre está separado de Dios y es objeto de Su ira.
Satanás es real. Satanás es un ser espiritual que se rebela contra Dios. Él es el enemigo de Dios y el enemigo de los hombres. Él quiere destruir a todos los hombres y hacerlos objeto de su propia maldad.
Qué dice la Biblia sobre las cosas malas que nos pasan
La Biblia no dice exactamente por qué pasan las cosas malas, pero nos da algunas ideas. A veces, Dios permite que las cosas malas sucedan para que podamos aprender y crecer de ellas. Otras veces, ocurren porque vivimos en un mundo caído, donde hay pecado y enfermedades. Las Escrituras nos animan a tener fe en medio de las dificultades y a confiar en que Dios está en control.
En Job 1–2, leemos acerca de un hombre bueno llamado Job, a quien le sucedieron muchas cosas malas. En un día, perdió todos sus hijos, su riqueza y su salud. Aunque Job no sabía por qué le pasaban todas estas cosas, seguía siendo fiel a Dios. Es importante tener en cuenta que, aunque las Escrituras no nos dicen por qué exactamente las cosas malas suceden, Dios sí está en control.
La Biblia nos da esperanza en medio de las cosas malas que suceden. Sabemos que Dios está con nosotros y que, al final, todo lo que suceda será para nuestro bien. Esto no significa que las cosas no vayan a ser difíciles en el camino, pero podemos tener la seguridad de que Dios está con nosotros y que todo lo usará para nuestro beneficio.
Cuáles son las principales causas que llevan al sufrimiento
La Biblia tiene mucho que decir acerca del sufrimiento. Aunque no podemos evitar todo el dolor y el sufrimiento en este mundo, la Biblia nos da una perspectiva diferente para ayudarnos a comprender por qué sufrimos. La Biblia también nos ofrece esperanza y ayuda para sobrellevar el sufrimiento.
Hay varias causas principales que llevan al sufrimiento. La primera es el pecado. El pecado es la separación de Dios. Debido al pecado, estamos sujetos al dolor y al sufrimiento. La Biblia dice: «Porque el salario del pecado es muerte, pero el don gratuito de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor» (Romanos 6:23).
Otra causa del sufrimiento es la maldición del hombre. A causa del pecado de Adán, toda la humanidad está maldita. La maldición se traduce en dolor y sufrimiento. La Biblia dice: «Por cuanto todos los hombres pecaron y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23).
También sufrimos porque vivimos en un mundo caído. Debido al pecado, este mundo está lleno de dolor y sufrimiento. La enfermedad, la muerte, la violencia y la injusticia son todos resultados del pecado. La Biblia dice: «En efecto, todas las cosas sufren vanidad; todo es vanidad» (Eclesiastés 1:2).
Por último, sufrimos porque estamos en guerra contra el maligno. Satanás es el enemigo de Dios y de todos los hombres. Él es el autor de todo el dolor y el sufrimiento en este mundo. La Biblia dice: «Porque nosotros no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios 6:12).
Aunque suframos mucho en este mundo, no estamos solos. Dios está con nosotros en nuestro sufrimiento. Él nos ama y quiere ayudarnos. La Biblia dice: «No se apartará de ti jamás, ni te dejará solo, ni Jamás temas» (Deuteronomio 31:6).
¿Qué dice la Biblia sobre el dolor y sufrimiento?
El dolor y el sufrimiento son parte de la experiencia humana. La Biblia no ofrece una respuesta fácil o simple a la cuestión de por qué Dios permite que suframos. Pero sí nos ofrece consuelo y esperanza.
La Biblia enseña que el dolor y el sufrimiento son realidades del mundo caído (Génesis 3:16-19; Juan 16:33). Debido al pecado, la muerte y el dolor han entrado en el mundo (Romanos 5:12). Pero aunque el dolor es real, no es una parte eternal de nuestras vidas. En la nueva creación, Dios ha prometido que todo dolor y sufrimiento serán eliminados (Apocalipsis 21:4).
Mientras tanto, en medio de nuestro dolor, la Biblia nos ofrece consuelo. En primer lugar, nos asegura que Dios está con nosotros en nuestro dolor (Isaías 41:10; Mateo 28:20). En segundo lugar, nos da esperanza de que nuestro dolor es temporal y que un día será eliminado (Juan 16:22; Romanos 8:18). Y en tercer lugar, nos anima a buscar ayuda y consuelo de nuestros hermanos y hermanas en la fe (Santiago 5:13-16).
Aunque no podemos evitar el dolor y el sufrimiento en este mundo, podemos tener la seguridad de que Dios está con nosotros y que un día todo dolor y sufrimiento serán eliminados para siempre.
Dios permite la maldad porque nos da libre albedrío. Él no quiere que nadie viva en pecado, pero nos da la libertad de elegir nuestro propio camino. Si eligiéramos siempre el bien, no habría maldad en el mundo. Dios nos ama y nos quiere dar la oportunidad de amarlo a Él también.