Señales de que es una Mala Persona

La Biblia es clara acerca de lo que constituye a una mala persona. La maldad es un atributo de carácter que se manifiesta de diversas maneras. A continuación se presentan seis señales de que usted puede ser una mala persona.

Cómo identificar a una mala persona

La Biblia nos da algunas indicaciones de cómo identificar a las personas que no son de fiar. En primer lugar, debemos fijarnos en su conducta. Si una persona es mentirosa, egoísta, malintencionada o cruel, es probable que no sea de fiar. En segundo lugar, debemos fijarnos en su forma de hablar. Si una persona habla de forma irrespetuosa, engañosa o insultante, probablemente no sea de fiar. Y en tercer lugar, debemos fijarnos en su trato hacia los demás. Si una persona es descortés, maleducada o abusiva, probablemente no sea de fiar. Si vemos estas señales en alguien, es probable que no sea una persona de confianza.

Qué es lo que hace una mala persona

«Hay muchas cosas que hacen a una persona mala. La Biblia dice que la maldad viene del corazón. Las maldades que hacemos son el resultado de nuestros pensamientos y deseos malvados. La maldad es algo que hacemos a propósito, y es algo que elegimos hacer. La maldad es algo que no viene naturalmente a nosotros, sino que es algo que aprendemos. Aprendemos a ser malos cuando vemos a otros haciendo cosas malas y decidimos imitarlos. Aprendemos a ser malos cuando vemos el mal como algo que nos beneficia. Aprendemos a ser malos cuando pensamos que el mal es algo normal o aceptable. Aprendemos a ser malos cuando dejamos de luchar contra la maldad en nosotros mismos. La maldad es algo que se nutre de nuestro silencio. La maldad es algo que se nutre de nuestra aceptación. La maldad es algo que se nutre de nuestra indiferencia.»

La biblia nos dice que debemos estar alerta de las señales de una mala persona. Estas señales incluyen el hablar mal de los demás, el hacer promesas que no se pueden cumplir, el robar, el mentir y el ser violento. Si vemos estas señales en alguien, debemos alejarnos de esta persona y no tratar de cambiarla. Dios nos llama a amar a nuestros enemigos, pero esto no significa que debemos estar cerca de ellos.

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