Desde el principio, el hombre ha estado en guerra contra Dios. Esta rebelión contra el Creador se manifiesta en el pecado, que separa al hombre de Dios y le impide alcanzar la felicidad eterna. El pecado contra el Espíritu Santo es la manifestación máxima de esta rebelión, y es el único pecado que no puede ser perdonado.
Cuál es el pecado contra el Espíritu Santo
El pecado contra el Espíritu Santo es uno de los pecados más graves que se pueden cometer. Es el pecado de blasfemia, lo cual significa hablar mal de Dios o de Su Santo Espíritu. Dios nos dice en Su Palabra que este pecado es imperdonable, y que la única forma de evitarlo es arrepentirse de él.
«Porque todo aquel que hable contra el Hijo del Hombre, será perdonado; pero el que hable contra el Espíritu Santo, no será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.» (Mateo 12:32)
«De tal manera que, si alguno habla, habla conforme a las palabras de Dios; si alguno ministeria, ministeria conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.» (1 Pedro 4:11)
Qué pasa si blasfemo contra el Espíritu Santo
En Mateo 12:31-32, Jesús dijo: “Por tanto, os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada. Y a cualquiera que hable contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”
¿Qué significa blasfemar contra el Espíritu Santo? La blasfemia contra el Espíritu Santo es un pecado que no puede ser perdonado. Es decir, si una persona comete este pecado, Dios no la perdonará. Este pecado es diferente de otros pecados, como la idolatría o el asesinato. La blasfemia contra el Espíritu Santo es un pecado contra el Espíritu Santo, y es el único pecado que no puede ser perdonado.
¿Por qué? La blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado de rechazar el Espíritu Santo. Es decir, es el pecado de no aceptar a Jesús como Salvador. La Biblia dice que el Espíritu Santo es quien convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8). Así, cuando una persona rechaza el Espíritu Santo, está rechazando a Dios. Y Dios no puede perdonar a aquellos que rechazan su perdón.
Algunas personas piensan que la blasfemia contra el Espíritu Santo es un pecado que se comete cuando se insulta a Dios o cuando se habla mal de Él. Pero esto no es cierto. La blasfemia contra el Espíritu Santo es el único pecado que Dios no puede perdonar porque es el pecado de negarse a aceptar a Jesús como Salvador.
Cuál es el pecado que no será perdonado
En Mateo 12:31-32, Jesús dice que la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada, ni en este mundo ni en el venidero. ¿Qué quiso Jesús decir con esto?
La blasfemia es hablar mal de Dios o de algo relacionado con él. La blasfemia contra el Espíritu Santo es decir que el Espíritu Santo es malo. Jesús dijo que este pecado no será perdonado porque es un pecado contra el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo es quien nos ayuda a arrepentirnos de nuestros pecados.
Al decir que este pecado no será perdonado, Jesús no quiso decir que la persona que lo cometió no puede arrepentirse. Todos los pecados pueden ser perdonados si la persona se arrepiente de verdad. Pero si una persona no se arrepiente de este pecado en particular, entonces ese pecado no será perdonado.
Jesús también dijo que este pecado no será perdonado ni en este mundo ni en el venidero. Esto significa que si una persona muere sin arrepentirse de este pecado, entonces ese pecado no será perdonado ni en este mundo ni en el próximo.
¿Qué es el pecado espiritual?
«Pecado» es una palabra que se usa mucho, pero ¿qué significa realmente? La Biblia dice que el pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4).
El pecado es, ante todo, rebelión contra nuestro Creador. Es decirle a Dios: «No te quiero obedecer. No te quiero reconocer como mi Señor. No quiero vivir de acuerdo a tus principios».
El pecado es oponerse a Dios y vivir de acuerdo a nuestros propios deseos y planes, en lugar de seguir a Dios. Es poner nuestra voluntad por encima de la de Dios. El pecado es, en última instancia, desobediencia a Dios.
La Biblia dice que todos los seres humanos han cometido pecado y que el pecado nos separa de Dios (Isaías 59:2; Romanos 3:23). El pecado también nos hace sufrir y nos aleja de la felicidad que Dios quiere que tengamos (Proverbios 14:12).
Pero el pecado no solo es un acto, sino también un estado de ser. Es decir, el pecado no solo es algo que hacemos, sino que también es algo que somos. El pecado es una parte integral de nuestra naturaleza, de lo que somos como seres humanos (Efesios 2:3).
Por lo tanto, el pecado no es solo algo que cometemos, sino también algo con lo que nacemos. Y el único remedio para el pecado es el nuevo nacimiento, un cambio radical de nuestra naturaleza que solo Dios puede hacer (Juan 3:3-5).
El nuevo nacimiento es el acto de Dios de darnos una nueva vida, una vida en abundancia (Juan 10:10). Es una vida en la que ya no estamos dominados por el pecado, sino que estamos libres para servir a Dios de todo corazón (Romanos 6:17-18).
Si quieres saber más sobre el nuevo nacimiento, puedes leer este artículo: https://es.wikipedia.org/wiki/Nuevo_nacimiento
«El Pecado Contra el Espiritu Santo» es una realidad y su consecuencia es la separación eterna de Dios.