La Biblia dice muchas cosas acerca de nuestras acciones y su influencia en nuestras vidas. Esta enseñanza es especialmente evidente en el principio de «cosechar lo que sembramos». Este principio se encuentra en varias partes de las Escrituras, y nos muestra que nuestras acciones tienen consecuencias, tanto buenas como malas.
Qué significa cada quien siembra lo que cosecha
La Biblia tiene mucho que decir sobre el tema de siembra y cosecha. En una de las parábolas más famosas, Jesús habla de un hombre que siembra buena semilla en su campo. Pero, durante la noche, un enemigo viene y siembra semillas de cizaña entre las buenas. Cuando las plantas salen, es difícil discernir cuál es cuál. Pero, al final del tiempo de la cosecha, se hace evidente que las malas plantas producen frutos malos y las buenas plantas producen frutos buenos. Jesús explica que esta parábola se aplica a la vida de cada persona: «El que siembra el mal grano de cizaña es el diablo; la cosecha es el fin del mundo; los segadores son los ángeles. Así, como la cizaña es quemada en el fuego, así será en el fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que causan pecado y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, oiga».
Esta parábola nos enseña que cosechamos lo que sembramos. Si sembramos buenas acciones, cosecharemos el bien. Si sembramos malas acciones, cosecharemos el mal. Esto es cierto tanto en nuestra vida personal como en nuestra vida como cristianos. Como cristianos, somos llamados a sembrar el Evangelio a los que no lo conocen. Si lo hacemos de una manera amorosa y respetuosa, cosecharemos el amor y el respeto. Pero, si lo hacemos de una manera egoísta y manipuladora, cosecharemos el rechazo. Es importante tener esto en cuenta cuando compartimos nuestra fe con los demás.
La Biblia también nos enseña que cosechamos lo que sembramos en cuanto a nuestras relaciones. Si sembramos amor, cosecharemos amor. Si sembramos resentimiento, cosecharemos resentimiento. Si sembramos perdón, cosecharemos perdón. Si sembramos relaciones sanas y establecidas sobre la base del amor, cosecharemos relaciones sanas y estables. Pero, si sembramos relaciones tóxicas y destructivas, cosecharemos relaciones tóxicas y destructivas. Esto es cierto tanto en nuestras relaciones personales como en nuestras relaciones como iglesia.
En resumen, podemos ver que la Biblia enseña que cosechamos lo que sembramos. Esto es cierto tanto en nuestro crecimiento personal como en nuestro testimonio como cristianos. Debemos esforzarnos por sembrar el bien en todo lo que hagamos, ya que de esta forma cosecharemos el bien.
Qué dice la Biblia de la siembra y la cosecha
En muchas ocasiones, la Biblia habla de la siembra y la cosecha como una metáfora para el trabajo y el esfuerzo. La siembra representa el trabajo que se realiza y la cosecha representa el resultado de ese trabajo. A menudo, se dice que la cosecha será mayor si la siembra es abundante.
La siembra y la cosecha también pueden representar la plantación y el cuidado de una familia o de una comunidad. En este contexto, la siembra representa el amor y el cuidado que se les da a los hijos, y la cosecha representa el resultado de ese amor y ese cuidado.
«Porque el Señor es quien da la lluvia para la tierra y hace brotar el agua de los manantiales. El da la semilla al que siembra y el pan para comer al que tiene hambre. El Señor es quien da la vida y la muerte, el que hace brotar la luz y la oscuridad. Él es quien hace prosperar a su pueblo y quien destruye a sus enemigos.
El Señor es quien da la victoria y da la derrota. Él es quien da la riqueza y la pobreza. El es quien da la paz y la guerra. Él es quien decide todo.
El destino de todos nosotros está en sus manos. Él es quien nos da todas las cosas y nos quita todo. Él es quien nos da la vida y la muerte. Él es quien nos hace prosperar y quien nos destruye.
Nadie puede cambiar el destino que el Señor ha decidido para nosotros. Todo lo que podemos hacer es seguir sus mandamientos y esperar su misericordia.»
Qué quiere decir el que sabe lo que siembra no le teme a la cosecha
El que sabe lo que siembra no le teme a la cosecha significa que el agricultor que sabe lo que está haciendo no tiene miedo de lo que va a recoger. Esto es cierto en la mayoría de los casos, pero no siempre. A veces, el agricultor puede tener todo el conocimiento y la experiencia necesarios, pero las cosas aún salen mal. Esto se debe a que hay muchos factores que influyen en el éxito o el fracaso de una cosecha, como el clima, la calidad del suelo, los insectos, etc.
¿Cómo se llama cuándo se recoge la siembra?
«Después de mucho tiempo, la viña dio fruto. Entonces pedí a los labradores que me vinieran a cobrar la cosecha. Pero me dijeron: ‘Señor, esa viña no es tuya. Se vendió hace mucho tiempo.’ Y yo les pregunté: ‘¿Entonces por qué sigue aquí la cosecha?’ Entonces me dijeron: ‘El dueño de la viña ha estado enfermo y no ha podido venir a recogerla.’ »
«Así que les dije: ‘¿Quién me dará ahora la viña?’ Y me dijeron: ‘Tú eres el único que puede hacerlo, señor. Si la quieres, tienes que comprarla de nuevo.'»
«Entonces les pregunté cuánto querían por ella. Me dijeron: ‘Treinta monedas de plata.’ Así que les di todo el dinero y la viña fue mía otra vez.»
«Pero después de un tiempo, volví a pedirles que me trajeran la cosecha. Y me dijeron: ‘Señor, la viña no ha dado fruto. Todavía no es tiempo de la cosecha.'»
esto significa que necesitamos cosechar las buenas cosas que queremos en nuestras vidas. Si sembramos actos de amor y bondad, cosecharemos lo mismo. Si sembramos egoísmo y odio, cosecharemos lo mismo. El resultado de nuestras acciones es responsabilidad nuestra.