Qué significa Decretos en la Biblia

En la Biblia, el término «decreto» se usa de varias maneras. A veces se usa para referirse a un edicto real o a una ordenanza religiosa. También puede referirse a la voluntad de Dios o a una promesa de Dios. A menudo, los decretos bíblicos se relacionan con la protección y la bendición de Dios.

Qué es un decreto en el mundo espiritual

Un decreto es una ordenanza, una ley, un edicto o una orden que viene directamente de Dios. En el mundo espiritual, un decreto es la voluntad de Dios para nuestras vidas que se manifiesta a través de Su Palabra.

Los decretos de Dios nos guían, nos protegen y nos dan dirección. Son una forma en que Dios nos habla y nos muestra Su voluntad para nuestras vidas. A veces, Dios nos da un decreto para una situación específica, otras veces nos da un decreto que nos guía en general.

Los decretos de Dios siempre están disponibles para nosotros, pero a veces tenemos que buscarlos activamente. Podemos encontrar decretos en la Biblia, en la oración y en la profecía.

La Biblia es una fuente de decretos de Dios. Encontramos decretos en toda la Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis. Dios ha hablado a Su pueblo a través de Su Palabra desde el principio, y Su Palabra sigue siendo una fuente de sabiduría y guía para nosotros hoy.

La oración también es una forma en que Dios nos da decretos. En la oración, buscamos la voluntad de Dios para nuestras vidas y le pedimos que nos guíe. Dios siempre está dispuesto a responder a nuestras oraciones, y a veces nos da un decreto específico a través de ellas.

La profecía también puede ser una forma en que Dios nos da decretos. A veces, Dios habla a través de un profeta para darnos un mensaje específico. Otras veces, Dios nos habla a través de la profecía para darnos un mensaje general.

Los decretos de Dios siempre están disponibles para nosotros, pero a veces tenemos que buscarlos activamente. Podemos encontrar decretos en la Biblia, en la oración y en la profecía. Busca la voluntad de Dios para tu vida, y pídele que te guíe a través de Su Palabra, oración y profecía.

Cómo ejecutar Dios sus decretos

«Porque no hablamos de cosas que estén ocultas en tinieblas, sino de las que están a plena luz del día; de lo que se manifiesta y se hace evidente a nuestra conciencia, aunque también de lo que en un futuro ha de manifestarse. Porque aunque haya algunas cosas que en un futuro habrán de manifestarse, en cambio, las que ahora son evidentes, son para nuestra condena. Porque lo evidente de las cosas es lo que a todos nos es conocido; y por eso no tenemos excusa. Porque, habiendo conocido a Dios, no le honramos ni le damos gracias como debiéramos hacerlo, sino que nos desviamos de él por concebir una mentira en nuestros corazones, pues el hombre es perverso y incapaz de hacer el bien. No sabe glorificar a Dios ni darle gracias, ni siquiera sabe qué es lo que debe hacer; se extravía en sus vanos discursos, y su corazón está lleno de maldad. Es un necio, incapaz de comprender, y sus ojos no ven, sus oídos no oyen, y su mente no piensa; y así, para él, no hay esperanza.

Pero a los que le temen y obedecen sus mandatos, les da a conocer su pacto, y les recuerda que él, el Dios de sus antepasados, es el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Él es el Dios Todopoderoso, y ellos le sirven; ellos le temen y le buscan constantemente, para ver si de verdad cumplen con todos los decretos que él les ha dado.

Pero, aunque nuestro Dios es bondadoso con todos, no deja de ejecutar sus juicios contra los malos. Porque él conoce el corazón de todos, y sabe todo lo que hacemos. Y no perdonará a nadie que cometan maldades, sino que los castigará conforme a sus obras.

Pero a los que le temen y le obedecen, les dará vida eterna, y los bendecirá con todos los bienes que prometió a nuestros antepasados.

Así que, amados hermanos, temamos a nuestro Dios, y cumplamos con todos los decretos y mandamientos que él nos ha dado. Entonces podremos prosperar en todo lo que hagamos, y tendremos éxito en todas nuestras empresas.»

Cuál es el acta de los decretos

En Romanos 13:1-7 Pablo dice que toda persona está sujeta a las autoridades que hay sobre ella, porque Dios ha establecido a esas autoridades. Los gobernantes no son un terror para el bien sino para el mal. Por lo tanto, quienes no hacen lo malo no tienen nada que temer de los gobernantes. Los gobernantes están al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme, porque ellos no llevan la espada en vano. Los gobernantes son servidores de Dios para tu bien, pero si haces lo malo, entonces debes temerles, porque no llevan la espada en vano. Son servidores de Dios y vengadores que castigan al que hace lo malo. Por lo tanto, debes someterte, no solo por causa del castigo, sino también por conciencia.

Pablo dice que debemos estar sujetos a las autoridades, porque Dios las ha establecido. Debemos someternos a ellas, no solo por causa del castigo, sino también por conciencia. Esto significa que debemos darnos cuenta de que las autoridades están allí para nuestro bien, y debemos cooperar con ellas.

En Romanos 13:8-10 Pablo dice que el mandamiento principal es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Si amamos a los demás, cumpliremos la ley. Los diez mandamientos se resumen en este mandamiento. El que ama no cometerá adulterio, no matará, no robará, no codiciará.

Pablo dice que el mandamiento principal es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Si amamos a los demás, cumpliremos la ley. Los diez mandamientos se resumen en este mandamiento. El que ama no cometerá adulterio, no matará, no robará, no codiciará.

En Romanos 13:11-14 Pablo dice que debemos vivir en paz y amarnos los unos a los otros. Debemos ayudar a los que tienen necesidad y celebrar la fiesta de la Pascua con temor. No debemos dejar que la noche nos alcance en pecado. Resplandezcamos como el día, vistiéndonos de ropa limpia.

Pablo dice que debemos vivir en paz y amarnos los unos a los otros. Debemos ayudar a los que tienen necesidad y celebrar la fiesta de la Pascua con temor. No debemos dejar que la noche nos alcance en pecado. Resplandezcamos como el día, vistiéndonos de ropa limpia.

¿Qué es guardar los estatutos de Dios?

La Biblia dice en Deuteronomio 5:29 “Oh, guardar los estatutos y las ordenanzas que hoy os mando cumplir.”. Guardar los estatutos y las ordenanzas de Dios significa obedecerlos de todo corazón y de toda alma. Es amar a Dios de todo nuestro ser y ponerlo por encima de todas las cosas. Es seguir sus mandamientos y hacer lo que él nos dice que hagamos. La Biblia dice en Deuteronomio 11:1 “Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus mandamientos, y sus estatutos, y sus judicios, y sus mandamientos, de todo tu corazón, y de toda tu alma.” Obedecer a Dios de todo corazón significa que lo amamos de todo nuestro ser y que estamos dispuestos a hacer lo que él nos dice sin importar lo que nos cueste. La Biblia dice en Mateo 22:37-39 “Jesús le dijo: “‘Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.’ Este es el primer y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’” Guardar los estatutos y las ordenanzas de Dios es ponerlo por encima de todas las cosas y seguir sus mandamientos.

¿Qué es un estatuto y un decreto?

Al hablar de estatutos y decretos, la mayoría de las veces se hace referencia a las leyes que rigen a una nación. En la Biblia, los estatutos y decretos se usan para referirse a las ordenanzas y leyes que Dios ha establecido para su pueblo.

Los estatutos son leyes que se han establecido para regular la conducta de las personas. En muchos casos, estos estatutos se establecen para proteger a la gente de hacer algo que les perjudique. Los estatutos pueden establecerse por un gobierno, una religión o incluso por una organización.

Por otro lado, un decreto es una ordenanza que se dicta en respuesta a una situación específica. A diferencia de un estatuto, que establece una ley general, un decreto se dicta para resolver un problema concreto.

En la Biblia, Dios estableció una serie de estatutos y decretos para guiar y proteger a su pueblo. Estos estatutos y decretos se encuentran en la Torah, que es el primer libro de la Biblia hebrea. La Torah contiene los Diez Mandamientos, así como una serie de otras leyes que regulan la conducta de las personas.

Algunos de los estatutos y decretos de Dios se refieren a las relaciones interpersonales, mientras que otros se centran en la forma en que se debe adorar a Dios. Dios también dictó estatutos y decretos para establecer cómo se deben resolver los conflictos, así como para establecer las penas por el incumplimiento de sus leyes.

Aunque los estatutos y decretos de Dios fueron dictados hace miles de años, todavía son relevantes para las personas de hoy en día. Esto se debe a que Dios no cambia, por lo que sus leyes también son eternas.

Las personas pueden seguir los estatutos y decretos de Dios de varias maneras. Algunas personas eligen seguir estas leyes de forma voluntaria, mientras que otras personas son obligadas a hacerlo por un gobierno o una religión.

Independientemente de la forma en que se elijan seguir los estatutos y decretos de Dios, es importante tener en cuenta que estas leyes fueron establecidas para proteger a las personas de hacer daño a sí mismas o a los demás. Al seguir los estatutos y decretos de Dios, las personas pueden estar seguras de que están haciendo lo correcto.

Los decretos de Dios están destinados a darnos dirección y esperanza en nuestras vidas. Debemos buscar su guía y sabiduría a fin de que podamos seguir sus instrucciones con confianza. Dios siempre cumple sus promesas, por lo que podemos estar seguros de que sus decretos siempre nos llevarán a la vida y a la prosperidad.

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