El apóstol Pablo escribió en 1 Corintios 6:12, «Todo me es lícito, pero no todo me conviene». Esta declaración tiene una profundidad de significado que a menudo es pasada por alto. En el contexto de la vida cristiana, «licito» significa que algo es legal o permitido. «Conviene», por otro lado, tiene que ver con lo que es beneficioso o provechoso. En otras palabras, Pablo está diciendo que, aunque la mayoría de las cosas son permitidas en el plan de Dios, no todas son beneficiosas para nuestro crecimiento espiritual.
Qué quiere decir todo me es licito más no todo me conviene
Toda actividad que no está prohibida por la ley de Dios es lícita para el cristiano. Pero eso no significa que todas las actividades sean convenientes o provechosas para nuestra vida espiritual.
La Biblia nos da principios para discernir lo que es conveniente para nuestro crecimiento espiritual. En Santiago 4:17 dice: “Pero todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.
Eso significa que debemos considerar siempre si nuestras actividades glorifican a Dios y nos ayudan a seguir a Jesús. Si la respuesta es no, entonces es mejor no hacerlas.
Qué quiere decir licito en la Biblia
«Licito» significa permitido o legal. La Biblia dice mucho acerca de lo que es y no es permitido, así que aquí hay algunos pasajes para ayudarte a comprender mejor el concepto.
En Mateo 5:17-20, Jesús dice: «No penséis que vine a abolir la Ley o los Profetas; no vine para abolirlos, sino para cumplirlos. De cierto les digo que, mientras no pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se cumpla. Así, cualquien que quebrante uno de estos mandamientos mínimos y así enseñe a los demás, será llamado mínimo en el reino de los cielos; cualquiera que los cumpla y los enseñe, será llamado grande en el reino de los cielos».
Jesús claramente dice aquí que la Ley de Dios es importante y que debemos cumplirla. No debemos pensar que podemos hacer lo que queramos, sino que debemos cumplir con lo que Dios nos ha mandado.
En 1 Timoteo 1:8-11, Pablo escribe: «Pero sabemos que la ley es buena, si se usa legítimamente, sabiendo que la ley no fue puesta para el hombre justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecaminosos, para los malos y profanos, para los padres e hijos que matan, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los ladrones de hombres, para los mentirosos, para los perjuros, y para cualquier otra cosa contraria a la sana doctrina».
Aquí, Pablo nos dice que la ley es buena, pero que solo se puede usar de manera correcta. La ley no fue hecha para los que ya son justos, sino para aquellos que necesitan ser guiados a la justicia. Así que, si estás cometiendo alguno de los pecados mencionados aquí, la ley puede ayudarte a cambiar tu comportamiento.
En resumen, «licito» significa permitido o legal. La Biblia tiene mucho que decir acerca de lo que es y no es permitido, por lo que debemos leerla cuidadosamente para comprender mejor lo que Dios quiere que hagamos.
Que nos quiere decir 1 de Corintios 10 13
«No os amoldéis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.»
Corintios 10:13 nos llama a transformarnos. La forma en que debemos hacerlo es a través de la renovación de nuestro entendimiento. Debemos estar en constante renovación de nuestro modo de pensar. No podemos seguir pensando de la misma manera que el mundo, porque el mundo está perdido. Debemos permitir que Dios nos muestre Su voluntad a través de Su Palabra. Su voluntad es perfecta y agradable. No quiere que sigamos los mismos patrones de pensamiento del mundo, porque eso nos llevará a la perdición.
¿Qué quiere decir 1 Corintios 10 23?
1 Corintios 10:23 dice: «Todo es lícito, pero no todo conviene. Todo es lícito, pero no todo edifica.»
Esto significa que, aunque todas las cosas que podemos hacer son lícitas, no todas ellas son beneficiosas para nosotros. Debemos considerar cómo nuestras acciones afectarán no solo a nosotros, sino también a los demás. Debemos buscar aquellas cosas que nos edificarán y nos ayudarán a crecer en nuestro amor y servicio a Dios.
La Biblia enseña que todo lo que no es de fe es pecado (Romanos 14:23). Debemos tener cuidado de no usar nuestra libertad para hacer lo que sabemos que es incorrecto o ofensivo a los demás. Si bien podemos hacer lo que queramos, debemos considerar siempre lo que es mejor para los demás y para nosotros mismos.