El Evangelio de Marcos señala que «todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá». Esta promesa de Jesús es una de las más conocidas de la Biblia y es una de las bases de la oración cristiana. Pero, ¿qué significa realmente esta promesa? ¿Qué podemos esperar cuando oramos a Dios?
Qué nos dice Marcos 11 24
En Marcos 11: 24, Jesús le dice a la gente que si tienen fe y no dudan, podrán decirle a este monte que se vaya y se irá a donde ellos quieran. Jesús también les dice que todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán.
Qué quiere decir Mateo 21 22
«Entonces Jesús le dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: — Esto es lo que ustedes me pedían. Yo les digo que si ustedes me hacen esto, Dios los maldecirá por siempre.
23 »Desde ahora ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y venir sobre las nubes del cielo».
24 Entonces los sumos sacerdotes y todo el Consejo se pusieron a buscar cómo matar a Jesús, pero no podían encontrar ningún motivo para hacerlo. 25 Y es que muchos de ellos decían: «Este hombre no habla con razón. ¿Quién puede hacerle frente a él?».
26 Otros decían: «¡Está tratando de hacerse pasar por el Cristo! ¡Eso es imposible!».
27 Entonces Pilato les dijo: «Ustedes tienen autoridad para juzgarlo, porque él les ha ofendido a ustedes. 28 Pero yo no tengo ningún motivo para condenarlo».
29 Y es que los líderes del pueblo le habían dicho a Pilato: «Este hombre está subvirtiendo a nuestro pueblo. Él enseña a nuestros habitantes a hacer lo malo, y en todas partes él va en contra de nuestra ley. 30 Por eso debemos condenarlo a muerte».
31 Pilato les dijo a los líderes del pueblo: «Ustedes me trajeron a este hombre, y yo no he encontrado ninguna razón para condenarlo. 32 Ni siquiera Herodes, que también lo ha juzgado, ha encontrado ningún motivo para condenarlo. 33 Por lo tanto, después de todo esto, yo lo pondré en libertad».
34 Pero ellos gritaron: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!».
35 Pilato les dijo: «¿Qué mal ha hecho él?».
Pero ellos gritaron aún más fuerte: «¡Crucifícalo!».
36 Entonces Pilato les dijo: «¡Muy bien! ¡Como ustedes quieran! ¡Crucifícalo!».
37 Los soldados llevaron a Jesús al interior de la fortaleza y lo reunieron con todos los demás presos. 38 Luego lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura.
39 Entonces se inclinaron delante de él y le dijeron: — ¡Salve, Rey de los judíos!
40 Luego lo escarnecieron, le colocaron una corona de espinas en la cabeza y le echaron al hombro una caña. Luego se inclinaban delante de él y le decían: — ¡Honra al Hijo del hombre!
41 Después de eso, lo llevaron afuera de la ciudad para crucificarlo. Allí crucificaron también a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda.
42 Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
Luego los soldados echaron suertes para repartirse entre ellos sus ropas.
43 Y después de eso, Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
44 Después de eso, los líderes del pueblo le dijeron a Pilato: «¡Ya basta! ¡Mátalo de una vez! ¿Acaso no sabes que él está tratando de hacernos perder a nuestro pueblo?».
45 Pero Pilato les dijo: «¿Acaso ustedes no tienen autoridad para juzgarlo?».
Entonces los líderes del pueblo dijeron: «¡Nosotros tenemos autoridad para juzgarlo a muerte, porque él mismo ha dicho: “Yo soy el Hijo de Dios”!».
46 Cuando Pilato oyó esto, tuvo miedo y dijo: «¡Este hombre es realmente inocente!».
47 Entonces Pilato fue afuera y dijo a la gente: «He aquí que yo lo pondré en libertad».
48 Pero los líderes del pueblo gritaron: «¡Si lo pones en libertad, tú eres amigo de él! ¡Cualquiera que se declare a sí mismo rey, se está poniendo en contra del emperador!».
49 Cuando Pilato oyó esto, llevó a Jesús de nuevo al interior de la fortaleza y le dijo: «¿De verdad eres el Rey de los judíos?».
50 Jesús le respondió: «¿Desde tu punto de vista, lo soy yo? Tu propia palabra lo ha dicho».
51 Entonces Pilato dijo: «¿Acaso yo soy judío? Tu propio pueblo y los líderes de los sacerdotes me han entregado a ti. ¿Qué has hecho?».
52 Jesús le respondió: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis seguidores pelearían para que yo no fuera entregado a los líderes de los sacerdotes. Pero mi reino no es de aquí».
53 Entonces Pilato dijo: «¿Así que tú eres rey?».
Jesús le respondió: «Tú mismo lo has dicho. Yo soy rey. Yo nací para eso, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, me escucha».
54 Pilato le dijo: «¿Qué es la verdad?».
Después de decir esto, salió de nuevo afuera y dijo a la gente: «Yo no he encontrado ningún motivo para condenarlo».
55 Y es que los líderes del pueblo le habían dicho: «Este hombre está subvirtiendo a nuestro pueblo. Él enseña a nuestros habitantes a hacer lo malo, y en todas partes él va en contra de nuestra ley. 56 Por eso debemos condenarlo a muerte».
57 Pero uno de los miembros del Consejo, un fariseo llamado Gamaliel, les dijo: «¡Escúchenme! 58 Si este hombre es realmente del plan de Dios, ustedes no podrán hacer nada contra él. ¡Miren lo que pasó con Teudas y con Judas el Galileo! Ellos también se hicieron pasar por hombres importantes, y la gente los siguió. 59 ¡Pero al final, ambos murieron, y todos sus seguidores se dispersaron y se fueron por todas partes!
60 »Así que ahora les aconsejo que dejen de actuar contra este hombre. Porque si es cierto que él es del plan de Dios, ustedes no podrán hacer nada contra él. ¡Y sería muy peligroso para ustedes actuar contra el plan de Dios!».
61 Los líderes del pueblo se sintieron amenazados por esto, y entonces empezaron a buscar otra forma de matar a Jesús. Pero no podían encontrar ninguna. 62 Y es que muchos de ellos decían: «Este hombre no habla con razón. ¿Quién puede hacerle frente a él?».
63 Otros decían: «¡Está tratando de hacerse pasar por el Cristo! ¡Eso es imposible!».
Pero Pilato seguía buscando cómo poder ponerlo en libertad. 64 Un día de fiesta, Pilato dijo a la gente: «¡Miren! ¡Aquí está el hombre que ustedes dicen que está subvirtiendo a nuestro pueblo! ¡Miren! Lo he puesto aquí, delante de ustedes, para que ustedes vean que no tengo ningún motivo para condenarlo».
65 Pero ellos gritaron: «¡Crucifícalo! ¡Crucifíc
Que todo lo que pidiereis en oración
Mateo 7:7-11 «Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra? ¿O si el pescado, le dará un serpiente? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar goodas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidieren?»
En estos versículos, Jesús nos enseña que debemos pedir, buscar y llamar para recibir lo que necesitamos. También nos dice que Dios es bueno y nos dará lo que le pidamos, si le pedimos con fe. Debemos ser persistentes en nuestras peticiones y no dudar. Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros.
¿Cuándo pidan pidan creyendo?
Jesús dijo: «Todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Os aseguro que si alguno pide algo en mi nombre, yo lo haré.» (Juan 14:13-14)
Pedir en el nombre de Jesús significa orar a Dios en virtud de quién Jesús es y de lo que ha hecho. Significa orar a Dios en dependencia de Jesús, para que Dios nos conceda lo que necesitamos en virtud de la obra de Jesús. (Juan 15:16)
Creyendo significa tener fe en Jesús y en lo que él ha dicho. (Juan 14:1)
Por lo tanto, cuando pidamos al Padre en el nombre de Jesús, debemos orar con fe, creyendo que Dios nos concederá lo que le pedimos en virtud de la obra de Jesús.
La Biblia enseña claramente que Dios es fiel y que responderá a nuestras oraciones si le pedimos con fe. Esta promesa nos da esperanza y nos alienta a seguir adelante, sabiendo que Dios está escuchando y que nos dará lo que necesitamos.