Sobre Toda Cosa Guardada Guarda tu Corazon Significado

Desde el principio de los tiempos, el corazón ha sido considerado como el asiento del alma y de todas las emociones. La Biblia no es ajena a esta idea y, por el contrario, la refuerza a través de diversos pasajes. En el libro de Proverbios, por ejemplo, se dice: «Sobre todas las cosas guardadas, guarda tu corazón, porque de él mana la vida» (Proverbios 4:23). Pero, ¿qué significa esto? ¿Por qué es tan importante cuidar nuestro corazón?

Qué significa la Palabra Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón

«Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida»
Proverbios 4:23

La Biblia nos enseña que el corazón es el centro de nuestra vida. Es el lugar de nuestros afectos, nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestras decisiones. La Palabra de Dios nos dice que debemos cuidar nuestro corazón porque de él mana la vida.

El corazón es el asiento de nuestra voluntad, de nuestras afectividad y de nuestras pasiones. Es el lugar donde tomamos nuestras decisiones. Si queremos vivir una vida abundante, debemos cuidar nuestro corazón.

La Palabra de Dios nos dice que debemos guardar nuestro corazón porque de él mana la vida. Esto significa que debemos proteger nuestro corazón de todo aquello que pueda dañarlo o contaminarlo. Debemos cuidar nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras decisiones.

Si queremos vivir una vida abundante y plena, debemos cuidar nuestro corazón. Debemos protegerlo de todo aquello que pueda dañarlo. Solo así podremos vivir de acuerdo a la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Qué es el corazón en el sentido espiritual

El corazón representa el lugar de la mente y las intenciones (Proverbios 4:23). En muchas ocasiones, la Biblia usa la palabra «corazón» para referirse a la mente o al alma (Mateo 5:8; 15:18-19). Es decir, el corazón es la sede de nuestros pensamientos y nuestras emociones.

La Biblia también enseña que el corazón está involucrado en nuestras acciones. En Mateo 12:34, Jesús enseña que «de la abundancia del corazón habla la boca». Es decir, lo que la gente dice y hace viene de lo que hay en su corazón.

Así, en el sentido espiritual, el corazón es la sede de nuestros pensamientos y emociones, y también de nuestras acciones. Todo lo que hacemos y decimos proviene de lo que hay en nuestro corazón.

Qué es servir a Dios con todo el corazón

«De cierto, de cierto les digo, el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino trepa por otra parte, ése es ladrón y roba;

pero el que entra por la puerta, pastor de las ovejas es.

A éste, el portero abre, y las ovejas oyen su voz; a sus ovejas llama por nombre y las saca del redil.

Cuando ha sacado todas sus propias, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

Mas a un extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»

Jesús dijo estas cosas, y luego les añadió: «De cierto, de cierto les digo, yo soy la puerta de las ovejas.

Todos los que vienen antes de mí, ladrones son y robadores; pero las ovejas no los oyeron.

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo, y entrará y saldrá, y hallará pastos.

El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Mas el asalariado, y que no es pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir el lobo, y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata y dispersa las ovejas;

porque es asalariado, y a ellas no les importa nada.

Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas, y mis ovejas me conocen,

así como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también tengo que traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Por eso me ama el Padre, porque pongo mi vida, para volverla a tomar.

Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre».

Jesús, al hablarles otra vez, les dijo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».

Entonces los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero».

Jesús respondió y les dijo: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.

«Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie.

Y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no soy solo, sino yo y el Padre que me envió.

«En su ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.

Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí».

Entonces le dijeron: «¿Dónde está tu Padre?» Jesús respondió: «Ustedes ni a mí me conocen, ni a mi Padre; si me conocieran a mí, también a mi Padre le conocerían».

Jesús habló estas palabras en el lugar de los tesoros, enseñando en el templo; y nadie le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

¿Qué hay en tu corazón según la Biblia?

La Biblia dice mucho acerca de nuestros corazones. Mateo 15:19 dice: «Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias.» Esto nos muestra que todo lo malo que hacemos proviene de nuestros corazones.

La Biblia también nos dice que debemos guardar nuestros corazones, porque de ellos salen los manantiales de la vida. Proverbios 4:23 dice: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.» Debemos proteger nuestros corazones de las influencias del mundo, porque es allí donde residirá nuestra fuente de vida eterna.

En Lucas 6:45, Jesús dice: «El hombre bueno, del buen tesoro del corazón, saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro, saca lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.» Esto nos muestra que lo que hay en nuestros corazones se refleja en nuestras vidas. Si tenemos un corazón lleno de amor, eso se mostrará en nuestras acciones y en nuestras palabras. Pero si tenemos un corazón lleno de odio, eso también se reflejará en nuestra vida.

La Biblia también nos dice que debemos purificar nuestros corazones, porque de ellos salen nuestras acciones. 1 Juan 3:3 dice: «Todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.» Debemos buscar la pureza de corazón, porque solo así podremos reflejar la pureza de Jesús en nuestras vidas.

La Biblia nos enseña que debemos guardar nuestro corazón por encima de todas las cosas. El corazón es el centro de nuestro ser y es lo que dicta nuestras acciones y pensamientos. Si queremos vivir una vida de abundancia y propósito, debemos cuidar nuestro corazón y protegerlo de las influencias negativas del mundo.

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