Desde tiempos inmemoriales, los animales han sido una parte integral de la vida humana. Nos proporcionan compañía, leche, carne, pieles, cuero, lana, huevos y muchos otros productos. También nos ayudan en el trabajo, en la caza y en la guerra. A lo largo de la historia, muchas culturas han rendido homenaje a los animales y han considerado a algunos de ellos como símbolos sagrados. En la tradición cristiana, uno de los santos más queridos y venerados es San Antonio, el patrono de los animales.
Por qué San Antón es el patrón de los animales
San Antón es conocido como el patrón de los animales, y esto se debe a que él era un gran amante de los animales. Él creía que todos los animales eran iguales a los humanos en la eyes de Dios, y que todos merecían el mismo respeto y amor. San Antón siempre estaba ayudando a los animales, y trataba de cuidarlos lo mejor posible. Él incluso ayudó a una vez a un perro que estaba siendo atacado por un lobo. El perro le agradeció mucho, y desde entonces San Antón siempre ha sido considerado el patrón de los animales.
Cuál es el santo patrón de los animales
No hay un santo patrón de los animales en la religión católica. Sin embargo, existen santos conocidos por sus actos de compasión y misericordia hacia los animales y las personas que trabajan con ellos. Estos santos incluyen a San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Santa Rita de Cascia y San Juan Bautista.
San Francisco de Asís, también conocido como el «Padre de los Pobres», fue un santo italiano del siglo XIII. Su acto más famoso de compasión hacia los animales ocurrió cuando detuvo a un niño que estaba a punto de golpear a un pájaro con un palo. Enseñó al niño que todos los seres vivos deben ser tratados con misericordia y respeto.
San Antonio de Padua, un santo franciscano del siglo XIII, es conocido como el «Patrón de los Animales». Se cuenta que una vez ayudó a un burro a librarse de una carga excesiva de trigo. También se dice que San Antonio curó a un cerdo enfermo de la peste.
Santa Rita de Cascia, una santa italiana del siglo XIV, es conocida como la «Abogada de las Causas Impossibles». Una vez, cuando una vaca le pisó un pie, ella oró por la vaca y la sanó. También se dice que Santa Rita curó a un niño enfermo de rabia después de que lo mordió un perro.
San Juan Bautista, un santo del siglo I, es el «Patrón de los Ecologistas». En la Biblia, se cuenta que cuando estaba en el desierto, las aves venían a él y comían de su mano. También se dice que San Juan Bautista predicó contra el maltrato de los animales.
Cuál es el santo de los perros y gatos
La Biblia no habla directamente sobre los perros y gatos, pero hay una referencia indirecta a ellos en el libro de Isaías. En el versículo 65:25, Isaías habla de un tiempo en el futuro en el que las bestias salvajes vivirán en paz con los animales domésticos: «La loba y el cordero pacerán juntos, el león comerá paja como el buey, y el serpiente de tierra se alimentará de polvo. No habrá mal ni violencia ni destrucción en todo mi Monte Santo, dice el SEÑOR».
Este versículo describe una escena de armonía total, en la que los animales salvajes y domésticos conviven en paz. Esto sugiere que, en el futuro, los perros y gatos (y todos los demás animales) serán santos.
En la actualidad, los perros y gatos no son santos, pero son un regalo de Dios. En Mateo 6:26, Jesús dijo: «¿No sabéis que aun los cabellos de vuestra cabeza son todos contados? No temáis; más valeis vosotros que muchos pájaros».
Jesús enseñó que cada persona es valiosa a los ojos de Dios, incluso más que los animales. Esto significa que los perros y gatos son especiales para Dios, y debemos cuidarlos y amarlos.
No hay ninguna conclusión bíblica sobre este tema.