El Salmo 31 de la Biblia Católica es una oración de confianza en Dios. El salmista pide a Dios que le proteja y le dé fuerza, y expresa su confianza en que Dios lo escuchará. El salmo también es conocido como «el canto de Moisés» porque se cree que Moisés lo cantó cuando los israelitas salieron de Egipto.
Qué dice el salmo 31 de la Biblia
El salmo 31 es una oración de confianza en Dios en medio de la angustia. El salmista expresa su dolor y su necesidad de ayuda, y luego pide a Dios que lo libere de sus enemigos. El salmo termina con una declaración de confianza en que Dios lo protegerá.
Salmo 31:1-4
En ti, oh SEÑOR, me refugio; no me dejes nunca avergonzado. Líbrame en tu justicia; inclina a escucharme y rescátame. Tú eres mi roca y mi fortaleza; por amor a tu nombre, guíame y encamíname. Líbrame de la trampa que me han tendido, pues tú eres mi refugio.
Salmo 31:5
En tu mano confío mi destino; líbrame, SEÑOR, Tú que eres fiel.
Salmo 31:9-10
Oh SEÑOR, ten piedad de mí, pues estoy muy angustiado. Mis ojos se consumen de dolor, mi alma y mi cuerpo también. Mi vida se acerca a su fin, y mis años se van volando.
Salmo 31:14-15
Oh SEÑOR, mi confianza está en ti; tú eres mi roca, mi fortaleza y mi libertad. En tu mano están mis vidas; líbrame de mis enemigos y de los que me persiguen.
Qué quiere decir el salmo 31 15
Salmo 31:15
Dijo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío, Mi Dios, en quien confiaré.
El salmo 31 es una canción de alabanza a Jehová. El salmista alaba a Jehová por su protección y provisión. En este versículo, el salmista declara que Jehová es su esperanza y castillo. Él confía completamente en Jehová.
Jehová es nuestra esperanza también. Esperanza significa algo en lo que confiamos para el futuro. Jehová es nuestro castillo, un lugar de protección en medio de nuestros enemigos. Él es nuestro Dios en quien confiamos completamente.
Podemos confiar en Jehová porque él es fiel. Él nunca nos fallará. Él siempre estará con nosotros. Jehová es nuestra esperanza y castillo, en quien podemos confiar.
«Oh Dios, te alabo, porque me has librado;
has hecho maravillas,
has sido fiel al pacto que hiciste conmigo.
Me has librado de la muerte,
me has librado de la espada,
me has salvado de mis enemigos.
Oh Dios, me has dado la victoria,
me has colmado de bendiciones.
Has hecho que mi enemigo me rinda homenaje,
y me has dado la victoria.
Oh Dios, eterno es tu amor,
fiel es tu misericordia.
Oh Dios, me has hecho justicia,
y has puesto mi enemigo en mi lugar.
Oh Dios, eterno es tu amor,
fiel es tu misericordia.»