Rahab fue una mujer de Jericó durante la época de la Conquista de Canaan. Con frecuencia se la representa como una mujer de la calle, y se cree que ella era una prostituta. Sin embargo, la Biblia no nos dice nada de su vida antes de que los espías israelitas la contactaran. Rahab ayudó a los espías y, como resultado, su familia fue ahorcada cuando Jericó fue destruida. Rahab también se salvó de la destrucción y se convirtió en la madre de Boaz, uno de los antepasados de Jesús.
Qué significa el nombre de Rahab biblicamente
Rahab era una mujer cananea que habitaba en la ciudad de Jericó. La Biblia nos dice que Rahab era una meretriz, y que ella ayudó a los espías israelitas que estaban reconociendo la tierra prometida. Debido a su ayuda, Rahab y su familia fueron perdonados cuando Jericó fue conquistada.
Rahab significa “arrogante” o “altiva”. Es interesante notar que, aunque Rahab era una mujer de mala reputación, Dios la usó de una manera poderosa para cumplir Sus propósitos. Esto nos enseña que Dios no rechaza a nadie, y que Él puede usar a cualquiera para hacer Su voluntad.
Quién fue esposo de Rahab en la Biblia
La Biblia no nos dice directamente quién fue el esposo de Rahab. Sin embargo, podemos saber algo acerca de él a partir de lo que se nos dice de Rahab. Rahab era una mujer de Jericó, que era una ciudad de Canaan. Canaan era el lugar que Dios había prometido a Abraham y a su descendencia. Rahab era una mujer de la ciudad de Jericó, situada en una zona montañosa de Canaan, cerca del río Jordán. La Biblia nos dice que Rahab era una meretriz o prostituta. Es probable que Rahab tuviera un esposo, pero no se menciona su nombre en la Biblia. Lo único que sabemos de él es que era un hombre de Jericó, y que era un incrédulo. Rahab era una mujer de la ciudad de Jericó, situada en una zona montañosa de Canaan, cerca del río Jordán. La Biblia nos dice que Rahab era una meretriz o prostituta. Es probable que Rahab tuviera un esposo, pero no se menciona su nombre en la Biblia. Lo único que sabemos de él es que era un hombre de Jericó, y que era un incrédulo.
Que ordenó el rey de Jericó a Rahab y que le respondió ella
El rey de Jericó, oyendo que los israelitas estaban cerca y que querían atacar la ciudad, mandó a buscar a Rahab y le dijo: —Dime la verdad. ¿De verdad son tus huéspedes tan valientes como dicen? ¿Han venido aquí sólo para explorar el país?
Rahab respondió: —Ya sé que el Señor les ha dado esta tierra a ustedes y que el terror de ustedes ha caído sobre nosotros. Todos los habitantes de este país tiemblan de miedo ante ustedes.
Porque hemos oído cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo ante ustedes cuando salían de Egipto, y cómo destruyeron a los dos reyes amorreos de este lado del río Jordán al llegar ustedes. Sabemos también que destruyeron por completo a todos los pueblos que les pusieron obstáculos, como hicieron con Sehón y Og, a quienes ustedes destruyeron por completo.
Al oír esto, nuestro corazón se llenó de miedo, y ya no nos quedó valor ante ustedes. Porque el Señor, su Dios, es el Dios de los cielos y de la tierra.
Juro por el Señor, que nos ha dado esta tierra a ustedes, que si ustedes nos tratan con bondad y nos permiten vivir, no les haremos ningún daño.
Rahab le dijo además: —Esta es la señal de que ustedes me tratarán bondadosamente y me permitirán vivir: Cuando lleguen ustedes a nuestra tierra, ataré esta cuerda de hilo escarlata a la ventana por donde entraron.
Y Rahab dejó que los espías se escaparan por la ventana con la cuerda de hilo escarlata.
Los espías bajaron por la cuerda desde la ventana de Rahab y se pusieron en salvo. Los hombres le dijeron a Rahab: —Ten por seguro que, si nos tratas bondadosamente y nos ayudas, no te haremos ningún daño ni a ti ni a tu familia.
Cuando nosotros ataquemos la ciudad, tú debes poner esta cuerda de hilo escarlata en la ventana por donde entraron tus huéspedes. Y tú y todos los de tu familia deben reunirse en tu casa.
Cualquiera que salga de tu casa, será responsable de su propia muerte, y nosotros no seremos responsables. Pero el que esté contigo en tu casa, será considerado inocente, y así no correrá peligro.
Y si nos entregas a los hombres que vinieron aquí para explorar el país, no te haremos ningún daño.
Rahab respondió: —Estoy segura de que ustedes me tratarán bondadosamente, tal como me lo han prometido.
Así que ella les mostró el camino por donde podían escapar, y ellos fueron hacia el desierto.
Rahab, sin embargo, les dio instrucciones a los espías:
—Vayan hacia el desierto por el camino del monte de los amorreos. Cuando ustedes hayan pasado todo el territorio de los amorreos,
no vayan a la derecha ni a la izquierda. Sigan el camino hasta que lleguen a la ciudad de Jabés-galaad. Allí se encontrarán con un hombre llamado Aquís. Cuando ustedes entreguen este mensaje de parte nuestra,
les dirá a ustedes si podemos hacer alianza con ustedes.
¿Cuál era la nacionalidad de Rahab en la Biblia?
Rahab era una mujer de Jericó, una de las ciudades de Canaán, la tierra que Dios había prometido a Abraham y a su descendencia (Gén. 15:7, 18-21). Por lo tanto, Rahab era cananea. Pero cuando los espías israelitas fueron a Jericó, ella les ayudó, y se salvó de la muerte junto con su familia (Jos. 2:1-24).
Por su fe, Rahab fue considerada una ancestra de Jesús (Mt. 1:5). Y en el libro de Hebrews, se le dice que ella fue un ejemplo de fe (Heb. 11:31).
Rahab fue una mujer que vivió en Jericó durante la época de los israelitas. Ella era una prostituta, pero también era una mujer de fe. Cuando los israelitas llegaron a Jericó para conquistar la tierra, Rahab les ayudó a escapar de los soldados de Jericó. Dios le dio a Rahab un lugar en la tierra de Israel como recompensa por su fe.