Qué Dice la Biblia Sobre el Infierno

La idea del infierno como un lugar de tormento eterno es una de las principales enseñanzas de la Biblia. Hay muchas referencias a este concepto en las Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, se menciona el infierno en varias ocasiones, como en la historia de la muerte de Sodoma y Gomorra. En el Nuevo Testamento, Jesús mismo habla del infierno en varias ocasiones, como en la parábola del rico insensato. La Biblia también enseña que el pecado lleva al infierno, y que la única manera de evitarlo es arrepentirse y creer en Jesús.

Qué es el infierno para la Biblia

La idea de un lugar de tormento después de la muerte es una creencia común a muchas religiones. La Biblia también habla de un lugar de castigo eterno para los pecadores. Sin embargo, la naturaleza del infierno es diferente en la Biblia que en otras religiones. En la Biblia, el infierno no es un lugar físico, sino un estado de separación eterna de Dios.

La idea del infierno como un lugar de tormento físico se basa en una mala interpretación de un pasaje de la Biblia. En la traducción King James, se dice que el lugar de castigo de los malos es un «lago de fuego y azufre». Esto se interpretó como un lugar físico de tormento, pero en realidad se trata de una metáfora. El «lago de fuego y azufre» es una forma de describir el castigo eterno, no un lugar físico.

La Biblia enseña que el infierno es un estado de separación eterna de Dios. En el libro de Mateo, Jesús dice que los malos serán separados de Dios para siempre. Esta separación es el tormento eterno. No se trata de un lugar físico con fuego y azufre, sino de estar separado de la presencia de Dios. La Biblia enseña que Dios es amor, y que estar separado de él es el mayor tormento posible.

En la mayoría de las religiones, la idea del infierno es un lugar de tormento físico. La Biblia, por otro lado, enseña que el infierno es un estado de separación eterna de Dios. Esta separación es el mayor tormento posible, ya que Dios es amor.

Qué dice el Apocalipsis del infierno

En el Apocalipsis, el infierno es descrito como un lugar de tormento eterno, donde los malvados son castigados por sus pecados. Se trata de un lugar de oscuridad, en donde hay llamas y donde los condenados sufren constantemente.

El infierno está situado en lo más profundo de los abismos, y está separado del cielo por un gran abismo. En el Libro de los Hechos, se describe cómo el apóstol Pedro vio a Jesús en el infierno, después de su crucifixión.

En el Libro de los Hechos, también se describe cómo el apóstol Pablo vio al infierno, y vio a los malvados que estaban siendo castigados allí.

En el Nuevo Testamento, el infierno es descrito como el lugar de castigo eterno para los malvados. No se trata de un lugar de olvido, sino de un lugar de tormento eterno.

Qué es el infierno y quiénes van al infierno

El infierno es un lugar de tormento eterno, separado de la presencia de Dios. La Biblia describe el infierno como un lugar de oscuridad, tinieblas, calor y sufrimiento. Quienes van al infierno, son los que han rechazado a Jesús como Salvador. No hay salvación fuera de Cristo, porque Él es la única manera de tener acceso a la vida eterna.

Jesús mismo nos habló mucho acerca del infierno. En Mateo 25:41, él describe el infierno como el lugar donde irán los malos ángeles: «Entonces el rey dirá a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; peregrino fui, y me recogisteis; desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel estuve, y vinisteis a mí’. Entonces los justos le responderán diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos; sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos peregrino, y te recogimos; o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a ti?’ Y respondiendo el Rey, les dirá: ‘De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis’. Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; peregrino fui, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel estuve, y no me visitasteis’. Entonces responderán también aquellos, diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o peregrino, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?’ Entonces les responderá diciendo: ‘De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeños, ni a mí lo hicisteis’. Y éstos irán al tormento eterno, y los justos a la vida eterna».

En Lucas 16:19-31, Jesús nos cuenta la historia de un hombre rico y un pobre llamado Lázaro, para enseñarnos más acerca del infierno. En esta historia, el hombre rico muere y va al infierno, mientras que Lázaro muere y va al cielo. El hombre rico sufre en el infierno, mientras que Lázaro descansa en paz en el cielo. Jesús nos enseña que el infierno es un lugar de sufrimiento eterno, donde los pecadores serán castigados por sus pecados.

La Biblia nos enseña que el infierno es un lugar de separación de Dios. En Mateo 7:23, Jesús dice: «Entonces diré yo a aquellos que estén del lado de la condenación: ‘Apártaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles'». En Lucas 16:26, el hombre rico en el infierno pide a Abraham que le envíe a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque su lengua, pero Abraham le responde: «Hijo, acuérdate que en tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro igualmente males; ahora, pues, él está aquí consolado, y tú atormentado. Y además de todo esto, entre nosotros y vosotros está un grande abismo, de modo que los que quisieran pasar de aquí a vosotros, no pudieran, ni tampoco de allá pasar acá».

En Juan 3:36, Jesús mismo dice: «El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él». La Biblia nos enseña que el infierno es un lugar de castigo eterno para los que no creen en Jesús.

En 2 Pedro 2:4, la Biblia describe el infierno como un lugar de tinieblas: «Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a las cárceles de tinieblas, reservándolos para el juicio». En Apocalipsis 20:15, la Biblia describe el infierno como un lugar de calor: «Y el que no fue hallado inscrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego«.

En conclusión, el infierno es un lugar de sufrimiento, castigo, separación y tinieblas, donde los que han rechazado a Cristo irán después de la muerte. No hay salvación fuera de Cristo, así que si aún no has aceptado a Jesús como Salvador, házlo hoy mismo. Él es la única manera de tener acceso a la vida eterna.

¿Quien cuida las puertas del infierno según la Biblia?

Según la Biblia, el infierno está protegido por ángeles. En Mateo 25:41, Jesús describe el infierno como «un lugar de tormento, en el que el fuego nunca se apagará». Y en el libro de Apocalipsis, se describe un «lago de fuego y azufre» que es el destino final de los malvados. Los ángeles que protegen el infierno son llamados «los querubines». En la mitología judía, los querubines eran seres alados con cuerpo de león u otro animal. En la Biblia, los querubines son guardianes de los lugares sagrados, como el Paraíso o el templo de Dios. No está claro cuántos querubines hay, pero se les describe como «innumerables».

En Mateo 18:10, Jesús describe el infierno como un lugar de oscuridad, en el que los malvados son atormentados por el diablo y sus ángeles. La palabra «infierno» viene del latín «infernus», que significa «abajo». El infierno es también conocido como «Gehenna» o «Hades». Gehenna era un valle al sur de Jerusalén, en el que se quemaban los cadáveres de los criminales. Hades es el nombre griego del infierno. En la Biblia, el infierno es descrito como un lugar de tormento, en el que los malvados son atormentados por el diablo y sus ángeles.

La Biblia enseña claramente que el infierno es un lugar real de tormento eterno. No es un lugar de «descanso» para las almas, sino un lugar de castigo eterno. Los que mueren en pecado sin Cristo están condenados al infierno.

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