Desde el momento en que Dios nos creó, Él ya tenía planes para cada uno de nosotros. Dios nos ama tanto que nos dio Su mejor regalo, a saber, Su Hijo Jesucristo, para que podamos tener vida eterna. Dios también nos ha dado muchas promesas en Su Palabra, la Biblia. Estas promesas son especialmente para los hijos, porque son una parte muy importante de Su plan.
Cuál es la promesa de Dios para sus hijos
Por medio de la fe ustedes alcanzan la salvación que Dios ha ofrecido; y esta es su promesa: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para alcanzar la salvación.
Pues la Escritura dice: «Todo aquel que en él confía, no será avergonzado».
Porque no hay diferencia entre judíos y griegos; todos tienen un mismo Señor, que es abundante en misericordia para con aquellos que le invocan.
Porque: «Cualquiera que invoque el nombre del Señor, será salvo».
¿Pero cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, de los que anuncian el evangelio de la paz!»
Pero no todos obedecieron el evangelio. Porque Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?»
Así que, la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Cristo.
Pero digo: ¿Acaso no han oído? Ciertamente han oído, porque: «La voz del Señor ha resonado por toda la tierra, y sus palabras han llegado hasta el confín del mundo».
Pero digo: ¿Acaso Israel no ha entendido? Primero Moisés dice: «Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es mío; con una nación insensata os provocaré a ira».
Isaías también se atreve a decir: «Me he encontrado con aquel que no buscaba, me he manifestado a aquel que no preguntaba por mí».
Pero en cuanto a Israel dice: «Todo el día he extendido mis manos a un pueblo rebelde y reacio».
Cuál es el salmo para bendecir a los hijos
El Salmo 127 es uno de los salmos más breves de la Biblia, pero es uno de los más poderosos para los padres que desean bendecir a sus hijos. Este salmo enfatiza la importancia de la familia y la proclama que los hijos son una bendición de parte de Jehová. Como tal, los padres no solo deben orar por sus hijos, sino también enseñarles a orar y a buscar a Jehová.
El Salmo 127 es un canto de alabanza a Jehová por su protección y provisión para la familia. En este salmo, se reconoce que todo lo que uno tiene viene de Jehová y que, sin él, nada es posible. Así, la familia entera debe rendirle honor y gratitud a Jehová.
Este salmo también nos enseña que los hijos son un don de Jehová y que debemos cuidarlos y protegerlos. Debemos orar por ellos y enseñarles a orar, para que puedan llevar una vida plena y abundante.
En el Salmo 127, se nos insta a confiar en Jehová y a no poner nuestra confianza en las cosas del mundo. Debemos recordar que Jehová es nuestro fortress y nuestro protector, y que él es quien nos bendice.
Este salmo es una gran inspiración para los padres que desean bendecir a sus hijos. Es un recordatorio de que Jehová es el único que nos puede dar todo lo que necesitamos, y que debemos enseñar a nuestros hijos a orar y a buscar a Jehová.
Cómo bendecir a los hijos según la Biblia
La Biblia habla mucho acerca de la importancia de bendecir a nuestros hijos. Dios mismo nos bendijo a nosotros y quiere que hagamos lo mismo con nuestros hijos. Bendecir a los hijos es un acto de amor y de fe. Al bendecirlos, estamos mostrándoles nuestro amor y confiando en Dios para que les dé todo lo que necesitan en la vida. La Biblia nos da algunos consejos sobre cómo podemos bendecir a nuestros hijos.
Una de las formas en que podemos bendecir a nuestros hijos es enseñándoles a seguir los mandamientos de Dios. Cuando enseñamos a nuestros hijos a obedecer a Dios, estamos ayudándoles a vivir una vida abundante y feliz. La Biblia dice: “Educa a tu hijo en el camino en que debe andar, y cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).
Otra forma en que podemos bendecir a nuestros hijos es orando por ellos. Debemos orar para que Dios les dé sabiduría, fortaleza, protección y todo lo que necesiten para llevar una vida feliz y abundante. La Biblia dice: “El Señor es quien da sabiduría; de su boca proceden el conocimiento y el entendimiento” (Proverbios 2:6).
También debemos alabar a nuestros hijos. Debemos alabar sus logros y animarlos a seguir adelante cuando enfrentan dificultades. La Biblia dice: “Alábenlo [a Dios] por sus grandes obras, por su inmenso poder” (Salmos 150:2).
En resumen, la Biblia nos enseña que debemos enseñar a nuestros hijos a seguir los mandamientos de Dios, orar por ellos y alabarlos. Estas son algunas de las formas en que podemos demostrarles nuestro amor y confiar en Dios para que les dé todo lo que necesitan.
¿Qué dice Proverbios de los hijos?
Los hijos son el espejo en el que los padres se miran.
Proverbios 29:17 dice: «Si castigas al hijo con disciplina, y con amor lo corriges, nunca morirá».
Los hijos son un regalo de Dios, y debemos cuidarlos y amarlos.
Proverbios 22:6 dice: «Instruye al niño en el camino que debe seguir, y aun cuando sea viejo no se apartará de él».
Es nuestra responsabilidad enseñarles a nuestros hijos lo que es correcto, y orar por ellos.
Proverbios 31:25 dice: «Sus hijos se levantarán y lo llamarán bienaventurado; su esposa también lo alabará».
Podemos orar para que nuestros hijos sean bendecidos por Dios, y que sean una bendición para los demás.
Proverbios 20:7 dice: «El hombre justo camina en su integridad; sus hijos son los que después de él se levantan».
Orar para que nuestros hijos sean hijos de Dios, y que caminen en su senda.
La Biblia tiene muchas promesas para los hijos, tanto para aquellos que son hijos espirituales de Dios como para aquellos que son hijos naturales de los creyentes. Algunas de estas promesas se encuentran en Génesis 12:1-3, Salmo 127:3-5, Efesios 6:1-4 y Colosenses 3:20-21. Estas promesas nos enseñan que Dios es nuestro Padre, que nos ama y que nos bendice. También nos enseñan que debemos ser obedientes a nuestros padres y honrarlos.