La Biblia tiene mucho que decir sobre la manera en que los padres deben criar a sus hijos. En el libro de Proverbios, se dice: «Educa a tu hijo en el camino en que debe andar, y cuando ya sea viejo, no se apartará de él» (Proverbios 22:6). Esto significa que los padres tienen una gran responsabilidad en la formación de sus hijos.
La Palabra de Dios también nos dice que los padres no deben exaspear a sus hijos. En Colosenses 3:21, Pablo dice: «Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desmoralicen». Esto quiere decir que debemos tratar a nuestros hijos con amor y paciencia, y no con irritación o enojo.
Si los padres siguen este consejo, sus hijos crecerán para ser personas maduras y responsables.
Qué significa padres no Exasperen a sus hijos
La Escritura nos instruye a los padres a no exasperen a sus hijos, sino a criarlos con disciplina y amor. La Biblia también nos dice que debemos ser bondadosos y pacientes con nuestros hijos, ya que ellos no son más que una herencia del Señor. (Colosenses 3:21).
La disciplina es necesaria para que nuestros hijos aprendan a obedecer y respetar a Dios y a los demás. Debemos enseñarles con el ejemplo de nuestra propia vida, ya que somos el reflejo de Cristo para ellos. (Efesios 6:4).
La Biblia también nos exhorta a ser amorosos y misericordiosos con nuestros hijos, ya que Dios es el mismo con nosotros. Debemos perdonar sus pecados, ya que Dios nos ha perdonado a nosotros. (Lucas 6:36).
En conclusión, los padres no debemos exasperen a sus hijos, sino que debemos enseñarles con disciplina y amor. Debemos ser bondadosos y misericordiosos con ellos, ya que Dios es el mismo con nosotros. (Mateo 5:48).
Qué dice la Biblia de no hacer enojar a los hijos
«Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten» (Colosenses 3:21).
«Dejad los enojos, renunciad a la ira, no os exasperéis, no injuriéis unos a otros» (Santiago 1:19).
«Porque el Furor del hombre no produce la Justicia de Dios» (Santiago 1:20).
«No se engañen: Los que se dejan llevar por el pecado no pueden heredar el reino de Dios» (Gálatas 5:21).
«Por tanto, sed amables los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo» (Efesios 4:32).
Qué hacen los padres que frustra o hace enojar a sus hijos
Los padres son seres humanos y, como tal, tienen sus propias necesidades y deseos. A veces, sus necesidades pueden conflictuar con lo que sus hijos necesitan, y esto puede llevar a la frustración o el enojo. Algunas de las cosas que los padres pueden hacer que frustren o enojen a sus hijos son:
1. No escuchar
A los niños les encanta sentirse escuchados y valorados, pero a veces los padres pueden ignorar sus necesidades o no tomarlos en serio. Esto puede hacer que se sientan frustrados y resentidos.
2. Ser exigentes
Muchos padres son muy exigentes con sus hijos y les exigen que se comporten de cierta manera. Esto puede hacer que se sientan oprimidos y sin libertad para ser ellos mismos.
3. No ser consistentes
Los niños necesitan sentir que sus padres son consistentes en su amor y en sus límites. Si los padres no son consistentes, puede ser muy confuso y estresante para los niños.
4. No dejar espacio para la creatividad
Muchos niños son muy creativos, pero a veces los padres pueden querer controlar todo lo que hacen. Esto puede limitar la creatividad de los niños y hacer que se sientan frustrados.
5. No dar el ejemplo
Los niños aprenden mucho de lo que ven y de lo que escuchan de sus padres. Si los padres no son buenos ejemplos, puede ser muy difícil para los niños seguir sus pasos.
¿Qué es exasperar según la Biblia?
Exasperar según la Biblia significa irritar, molestar o hacer enojar a alguien. También significa provocar a alguien a que haga algo que no quiere hacer. La Biblia dice que no debemos exasperar a nuestros hijos. Debemos educarlos con amor y paciencia.
La Biblia nos enseña que los niños son un regalo de Dios. Son un don precioso. Debemos cuidarlos y amarlos. Debemos enseñarles a obedecer a Dios. Debemos ser buenos ejemplos para ellos.
La Biblia nos dice que los niños necesitan disciplina. Debemos corregirles cuando se equivoquen. Debemos hacerlo de una manera que les ayude a aprender y a cambiar. No debemos exasperarlos ni hacerles daño.
La disciplina es importante, pero debemos usar amor y sabiduría. La Biblia nos enseña que debemos ser justos y misericordiosos. Debemos perdonar y olvidar. Debemos seguir adelante y no mirar atrás.
La Escritura nos enseña que los padres no deben exaspear a sus hijos, sino más bien educarlos en el amor y el temor del Señor. Cuando los padres exasperen a sus hijos, están enseñándoles a actuar de la misma manera. En lugar de eso, los padres deben orar y buscar la orientación de Dios sobre cómo criar a sus hijos.