La gente a menudo recurre a la oración para pedir ayuda para superar el mal de ojo y la envidia. Estos dos males son muy antiguos y se han mencionado en la Biblia. La oración puede ser una forma efectiva de lidiar con estos problemas.
Que rezar para alejar el mal
«No seguirás a otros dioses, ni los adorarás, ni los servirás, porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me abandonan, pero muestra misericordia por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos.» Éxodo 20:5-6
«El Señor es bueno, un refugio en el día de la angustia. El que confía en él encontrará una protección.» Nahum 1:7
«El Señor es mi luz y mi salvación; ¿quién temerá? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré miedo? Cuando me rodean peligros, me rodearán de cuidado; y cuando estoy en medio de dificultades, me librarán y me pondrán en alto.» Salmo 27:1-2
«El Señor es mi pastor; nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hará descansar. Junto a aguas de reposo me conducirá. Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia, por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me protegerán. Prepararás mesa delante de mí en presencia de mis enemigos. Ungirás mi cabeza con aceite. Mi copa rebosará. Bondad y misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por largos días.» Salmo 23
«No te dejaré ni te abandonaré.» Hebreos 13:5
«El Señor es mi ayuda, no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?» Salmo 56:4
«¿Acaso dejará el Señor para siempre, o se olvidará para siempre de su misericordia? ¿Se acabará su misericordia, o se acabará su promesa para todas las generaciones? ¿Se olvidará el Señor de tener misericordia, o se cansará de perdonar? He aquí, por su misericordia se nos ha dado para alejar el mal.» Salmo 106:45-48
Cómo se santigua a una persona
La santificación es el proceso mediante el cual Dios nos separa para Su propio uso, nos limpia de nuestras iniquidades y nos capacita para servirle fielmente. En otras palabras, la santificación es el acto mediante el cual Dios nos hace aptos para entrar en Su presencia. La santificación también es un don que Dios nos otorga, y es un proceso continuo que dura toda nuestra vida.
La santificación comienza con el nuevo nacimiento. En el momento en que recibimos a Cristo como nuestro Salvador, Dios nos limpia de nuestros pecados y nos separa para Su propio uso. Él nos da Su Espíritu Santo como el principio de nuestra santificación, y a partir de ese momento, el Espíritu Santo comienza a transformarnos a la imagen de Cristo.
La santificación es un proceso continuo que dura toda nuestra vida. A medida que vivimos para Cristo y dejamos que Su Espíritu Santo nos guíe, seguimos siendo transformados a Su imagen. El propósito final de la santificación es que nos volvamos cada vez más semejantes a Cristo, hasta que un día, cuando Él venga, seamos glorificados y estemos con Él para siempre.
La santificación también es un don que Dios nos otorga. Aunque es un proceso continuo que dura toda nuestra vida, Dios nos da Su Espíritu Santo como el principio de nuestra santificación en el momento en que somos salvos. El Espíritu Santo es quien nos capacita para vivir para Cristo y nos guía en el proceso de la santificación.
Cómo saber si mi hijo tiene mal de ojo
«¿Cómo saber si mi hijo tiene mal de ojo?»: biblicamente, el mal de ojo se define como una enfermedad que se produce cuando una persona es expuesta a la mirada de alguien que tiene mala intención o envidia. La enfermedad puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo dolores de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, fiebre, erupciones cutáneas, dolores en el cuerpo y cambios de humor. En algunos casos, el mal de ojo puede causar la muerte.
La Biblia no habla directamente sobre el mal de ojo, pero hay versículos que se pueden aplicar a este tema. En Mateo 18:10, Jesús dijo: «Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque yo les digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos». Esto nos enseña que Dios tiene cuidado de los niños y que ellos son importantes para él.
En Mateo 6:22-23, Jesús dijo: «El ojo es el lámpara del cuerpo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará en la luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¡cuántas tinieblas habrá!» Esto nos enseña que nuestros ojos son importantes y que debemos cuidarlos.
En 1 Juan 3:15, dice: «Cualquiera que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene eterna vida permaneciendo en él». Esto nos enseña que el odio es un pecado grave y que nos separa de Dios.
En Santiago 4:11-12, dice: «Hermanos míos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de otro o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Sólo hay una ley, y esa es la ley de Cristo. Así que, si ustedes juzgan a los demás, están violando la ley y, por lo tanto, son culpables de hacerlo». Esto nos enseña que debemos amar a nuestros hermanos y no hablar mal de ellos.
En conclusion, si sospecha que su hijo puede tener mal de ojo, lo mejor es llevarlo a un médico o a una persona que pueda ayudarlo a determinar si esto es un problema real o no.
¿Cuáles son las causas del mal de ojo?
El mal de ojo es una creencia popular según la cual una persona puede ser dañada o enfermarse por la mirada de otra. La idea del mal de ojo es muy antigua y se encuentra en muchas cultures.
La gente cree que el mal de ojo es causado por la envidia o el deseo de hacer daño a otra persona. Algunas personas creen que el mal de ojo es un don especial que algunas personas tienen. Otros creen que el mal de ojo puede ser causado por la mala energía o la mala voluntad de otra persona.
Hay muchas maneras de protegerse del mal de ojo. Algunas personas llevan amuletos o collares especiales. Otras personas tratan de evitar el contacto visual con aquellos que creen que tienen el poder de causar el mal de ojo.
Si crees que has sido víctima del mal de ojo, hay muchas maneras de tratar de curar el mal. Algunas personas se bañan en agua salada o hierbas, otras personas usan amuletos especiales. También se puede pedir a un brujo o curandero que realice un ritual de curación.
«Oh Dios mío, escucha mi oración, y llega a mi con tu ayuda. Libérame de toda maldad y protegeme del mal de ojo y la envidia. Que tu luz brille sobre mí y me guíe por el camino correcto. Amén».
La oración es una petición sincera a Dios para que nos proteja de todo mal, especialmente del mal de ojo y la envidia. Dios escucha nuestras oraciones y nos responde con su ayuda. Debemos pedirle a Dios que nos guíe por el camino correcto y que su luz brille sobre nosotros.