Desde niños, nos esforzamos por aprender cosas nuevas y por mejorar en lo que ya sabemos hacer. A medida que crecemos, estos esfuerzos se traducen en éxitos académicos, logros deportivos y profesionales, y en una mayor independencia y satisfacción personal. Sin embargo, también nos enfrentamos a desafíos y dificultades que ponen a prueba nuestra fortaleza y nos hacen cuestionar si podremos superarlos. Es en estos momentos cuando necesitamos recordar las palabras de Jesús: «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en todo lo que emprendas» (Josué 1:9).
Qué quiere decir Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente
«Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas»
Estas palabras fueron pronunciadas por Dios a Josué, después de que la nación de Israel hubo pasado 40 años en el desierto. Dios le estaba dando instrucciones a Josué para que tomara posesión de la tierra que él había prometido a Abraham, Isaac y Jacob. Dios le mandó a Josué que fuera esforzado y valiente, y que no tuviera miedo ni desmayara, porque Dios estaría con él en todo lugar a donde fuera.
Estas mismas palabras se pueden aplicar a nosotros hoy en día. Dios nos manda a seguir sus mandamientos y a ser valientes. Debemos confiar en Dios y no tener miedo, porque él estará con nosotros en todo momento. Dios nos dará la fuerza y el coraje que necesitamos para hacer su voluntad.
Que nos enseña Josué 1 6 9
«Cuando os acercasteis a la tierra de vuestros hermanos, los amorreos, los que habitaban en Heshbon, les dijeron: ‘Desistid de pelear contra nosotros; nosotros somos mucho más numerous que vosotros’. Pero nosotros tuvimos en cuenta el mandato que el Señor, tu Dios, nos había dado: ‘No temáis ni os intimide ningún enemigo, porque el Señor, tu Dios, es quien pelea por vosotros’.
Entonces os dijimos: ‘Subid y atacad’. El Señor, vuestro Dios, los entregó en vuestras manos, y fuisteis muy crueles con ellos, como el Señor, vuestro Dios, os había mandado.
Desde Aroer, que está junto al torrente Arnón, hasta el monte Sirión, o sea, hasta el territorio de los amonitas, todos los pueblos que habitaban en la Arabá fueron destruidos por nosotros, como el Señor, nuestro Dios, nos había mandado.
Algunos de esos reinos no atacamos, porque Moab, el reino de Sehón, rey de los amorreos, había hecho con nosotros un tratado.
Pero el Señor, nuestro Dios, no quiso que lo respetáramos, porque Sehón había ido en busca de todos los israelitas para destruirlos.
Así pues, el Señor, nuestro Dios, lo entregó en nuestras manos, y lo derrotamos junto con todo su ejército.
Desde Aroer, que está junto al torrente Arnón, hasta la ciudad situada en la cuesta, en medio del valle, lo destruimos, como habíamos hecho con Sehón, rey de Hesbón.
Pero Moab, porque era el reino de Sehón, no nos atacó.
También destruimos la ciudad de Ar, en la montaña de Seir, y matamos a todos sus habitantes, como habíamos hecho con Hesbón.
Entonces todos los pueblos de la montaña de Seir, y todos los de Edom, nos temían y no se atrevían a pelear contra nosotros.
El Señor, nuestro Dios, nos dijo: ‘No ataquéis a los edomitas, porque yo, el Señor, vuestro Dios, os he dado el territorio de Sehón, rey de los amorreos.
Los habitantes de Seír habitaban ese territorio, y nosotros los destruimos, como habíamos hecho con Sehón, rey de Hesbón.
Pero no atacamos a nadie de Edom, porque los edomitas eran parientes de Esaú.
El Señor, nuestro Dios, nos dio instrucciones: ‘No dañéis ni a los moabitas, ni a los amonitas.
Moab, el reino de Sehón, rey de los amorreos, era pariente de Lot, y los amonitas, eran descendientes de Lot’.
Como vosotros habéis visto, el Señor, nuestro Dios, no quiso darnos ese territorio, porque el rey de Sehón, de Hesbón, había ido en busca de todos los israelitas para destruirlos, y no respetó el tratado que había hecho con nosotros.
El Señor, nuestro Dios, nos dijo: ‘Subid y atacad’. El Señor, vuestro Dios, los entregó en vuestras manos, y fuisteis muy crueles con ellos, como el Señor, vuestro Dios, os había mandado».
Que nos enseña Josué 7
Josué 7 nos enseña la importancia de la fidelidad a Dios. Los israelitas habían pecado al tomar posesión de la tierra prometida a pesar de las advertencias de Dios. Aunque Dios había concedido a los israelitas la victoria sobre sus enemigos, el pecado de Achan había impedido que Dios los bendijera completamente.
Por medio de la profecía de Josué, Dios le ordenó a Achan que confessara su pecado. Achan reconoció su culpa y fue castigado por su desobediencia. Esta historia nos enseña que debemos ser fieles a Dios y obedecer sus mandamientos.
¿Qué dice la Biblia Esfuérzate y sé valiente?
En la Biblia, Dios nos dice muchas veces que debemos esforzarnos y ser valientes. Él nos dice que no debemos tener miedo, que debemos confiar en Él y que Él estará con nosotros siempre. Él nos dice que debemos luchar contra nuestros enemigos y no rendirnos. Dios nos dice que debemos ser fuertes y valientes, y que Él estará con nosotros siempre.
Dios nos dice en Deuteronomio 31:6 «Esfuérzate y sé valiente, no temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas». Dios nos dice también en Josué 1:9 «Esfuérzate y sé valiente. No temas ni te desanimes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas».
En la Biblia, Dios nos dice que debemos ser fuertes y valientes, y que Él estará con nosotros siempre. Así que, esfuérzate y sé valiente, no temas ni te acobardes, porque Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Enviado por Dios, aunque nos veamos rodeados de dificultades, debemos ser valientes y esforzarnos, ya que Él está con nosotros.