No importa quién eres o lo que has hecho, todos cometemos errores. Confiar en el hombre es uno de ellos. Dondequiera que mires, el hombre falla una y otra vez. Sin embargo, a pesar de sus fallas, el hombre sigue siendo el hombre. El hombre es débil e imperfecto, pero es nuestra única esperanza.
Qué dice maldito el hombre que confía en el hombre
«Maldito el hombre que confía en el hombre y pone su carne como la de los perros, y aparta su corazón del SEÑOR. Maldito el que se apoya en brazos de flesh.y no tiene en mi Santo Espíritu. Jeremías 17:5-6»
Qué dice la Biblia en Jeremias 29 11
«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros —dice el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. En ese día os llamarán y no volveréis a llamarme “Fugitivos de Jehová”. Porque sacaré de Babilonia al resto de mi pueblo —dice el SEÑOR—, y los regresaré a la tierra que compré y levanté para mi propia gloria.
Yo soy el SEÑOR, vuestro Dios, el que te hace andar por lugares escarpados sin que te lastimes los pies. Yo, el que te guía por el camino en que debes andar.
¡Cuando anduvisteis perdidos en el desierto sin rumbo alguno, me encontrasteis!
¡Cuando vuestro país estaba en ruinas, yo lo restauré! ¡Cuando estaba en ruinas y destruido, lo reconstruí!
¡Ellos recibirán doble por su maldad y tendrán que beber el cáliz de ira del SEÑOR! Porque “Así dice el SEÑOR Todopoderoso, Dios de Israel: Yo prepararé una calamidad para todos los habitantes de esta tierra. Los reyes de Judá, sus jefes, sus sacerdotes y el pueblo de esta tierra, que pasen por este cáliz de ira, lo beberán y quedarán aturdidos. Entonces pondré mi mano contra ellos para destruirlos por completo. Pero, después de destruirlos, volveré y tendré misericordia de ellos. Haré que sus antepasados y sus hijos me reconozcan como el SEÑOR. Y cuando envié a ellos por medio de sus siervos, los profetas, a decir: ‘No hagan ustedes esta abominación que yo odio’, no me escucharon ni me dieron oídos. Entonces hice que la comida y el agua se les agotaran, y los dejé que fueran destruidos por la espada delante de sus ojos”.
«Maldito el hombre que confía en el hombre y pone su carne como escudo, y aparta su corazón del SEÑOR. Será como espinos que brotan en los brazos del brazo, y su confianza será como brea en medio de las llamas, que no podrá apagar, y arderá con fuego y espada, y no habrá quien libre.» (Jeremías 17: 5-6)