Madres que Enseñan a sus Hijas

Aunque la Biblia no dice explicitamente que las madres tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijas, se puede inferir de varios pasajes que es la intención de Dios que las madres cumplan este importante papel en la vida de sus hijas. Deuteronomio 6:6-7 dice: «Estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.» Este versículo se dirige explícitamente a los padres, pero la enseñanza es evidentemente para los hijos, no importa el género. En Colosenses 3:20,21 Pablo escribe: «Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.» También se dirige explícitamente a los padres, pero la obediencia es para los hijos, independientemente del género. Estos versículos enfatizan la importancia de la enseñanza y la obediencia, dos cosas que las madres pueden inculcar en sus hijas de manera efectiva.

Qué debe enseñar una madre a su hija

«Hija mía, cuando hayas terminado de leer este texto, procura guardar mis palabras y meditar en ellas. Tú eres el fruto de mi vientre, y el orgullo de mi corazón. Recuerda que eres mujer, y que debes actuar como tal. No permitas que nadie te diga lo contrario.

Eres hermosa, inteligente y capaz de todo. Nunca te dejes vencer por la duda o el miedo. Siempre busca lo mejor para ti, y no te conformes con menos. No importa lo que los demás piensen o digan de ti, lo único que importa es lo que tú piensas de ti misma.

Confía en ti misma, y lucha por lo que quieres. Nunca te rindas, y siempre mantén la fe. Recuerda que puedes lograr todo lo que te propongas, siempre y cuando te esfuerces por ello.

No olvides que te quiero mucho, y que estaré aquí para apoyarte en todo momento. Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo. Nunca te dejaré sola, y estaré siempre dispuesta a ayudarte.

Estas son las cosas que debes tener en cuenta, hija mía. No olvides quién eres, y lo que vales. Nunca dejes de luchar por lo que quieres, y siempre mantén la fe. Yo estaré aquí para apoyarte, siempre.»

Cuáles son las enseñanzas de una madre

La Biblia nos dice mucho acerca de la importancia de las madres y de lo que deben enseñar a sus hijos. En Proverbios 31:26-27, leemos: «Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido confía en ella, y no tendrá necesidad de ganancia malhablada. Ella le es útil siempre, y sus lanas no le fallarán».

En este versículo, se nos dice que una mujer virtuosa es alguien en quien se puede confiar, y que siempre será útil. También se nos dice que las enseñanzas de una madre no deben fallar a sus hijos. Esto es algo que las madres deben tener en cuenta cuando enseñan a sus hijos acerca de la vida y de cómo seguir a Cristo. Deben asegurarse de que sus enseñanzas sean sólidas y fiables, y que inspiren a sus hijos a seguir el mismo camino.

Otro versículo que nos habla de las enseñanzas de una madre es Efesios 6:4, que dice: «Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino edúcatelos conforme a la disciplina y al amor de Cristo». En este versículo, se nos dice que los padres deben educar a sus hijos de una manera que les enseñe el amor de Cristo. Esto significa que las enseñanzas de una madre deben estar basadas en el amor y el perdón, y no en la rabia o el castigo. De esta forma, los hijos aprenderán a amar y perdonar, y a seguir el ejemplo de Cristo.

En Juan 15:12, Jesús nos dice: «Este mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros, como yo os he amado». Este versículo nos enseña que debemos amarnos los unos a los otros, tal como Jesús nos amó. Esto es algo que las madres deben enseñar a sus hijos, ya que el amor es una de las enseñanzas más importantes que podemos aprender. Las madres deben enseñar a sus hijos a amar a Dios y a los demás, y a vivir de acuerdo con el ejemplo de Jesús.

En Mateo 5:44, Jesús nos dice: «Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen». Este versículo nos enseña que debemos amar a nuestros enemigos, y orar por ellos. Esto es algo que las madres deben enseñar a sus hijos, ya que el amor es más poderoso que el odio. Las madres deben enseñar a sus hijos a amar incluso a aquellos que nos hacen daño, y a orar por ellos, para que puedan cambiar.

En Mateo 22:39, Jesús nos dice: «Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Este versículo nos enseña que debemos amar a nuestro prójimo, tal como nos amamos a nosotros mismos. Esto es algo que las madres deben enseñar a sus hijos, ya que el amor es la base de toda buena relación. Las madres deben enseñar a sus hijos a amar a los demás, y a vivir en armonía con ellos.

En Mateo 25:40, Jesús nos dice: «Y de todo aquel que me recibiere, yo también le recibiré, y le daré lugar en mi casa». Este versículo nos enseña que, si recibimos a Jesús en nuestras vidas, él nos recibirá y nos dará un lugar en su casa. Esto es algo que las madres deben enseñar a sus hijos, ya que Jesús es el camino, la verdad y la vida. Las madres deben enseñar a sus hijos a recibir a Jesús en sus vidas, y a seguir sus enseñanzas.

Qué es lo que las madres y los padres deben enseñar a sus hijos

La Biblia dice mucho acerca de la importancia de los padres en la educación de sus hijos. En primer lugar, Dios ordenó a los padres que enseñaran a sus hijos a amar y obedecer a Dios:

«Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Las palabras que yo te mando hoy las debes inculcar a tus hijos. Las repetirás día tras día, para que ellos las tengan presentes. Las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y serán como una insignia entre tus ojos. Las escribirás en las jambas de la puerta de tu casa y en tus puertas.»

Deuteronomio 6:4-9

Los padres también deben enseñar a sus hijos a seguir los mandamientos de Dios:

«Los mandamientos que yo te mando hoy no son demasiado difíciles para ti, ni están lejos. No están en el cielo, para que digas: “¿Quién subirá al cielo para que nos los traiga y nos los enseñe, para que los pongamos por obra?”. Tampoco están al otro lado del mar, para que digas: “¿Quién cruzará al otro lado del mar para que nos los traiga y nos los enseñe, para que los pongamos por obra?”. No, la palabra está muy cerca de ti; la tienes en tu boca y en tu corazón, para que la pongas por obra.

Mira, yo hoy te mando que hagas esto: amarás al Señor tu Dios, andarás en sus caminos, y guardarás sus mandamientos, sus decretos y sus ordenanzas, para que vivas y te multipliques, y para que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a ocupar.»

Deuteronomio 30:11-16

Los padres deben enseñar a sus hijos a orar:

«Así dijo Jesús a sus discípulos: “No se cansen de hacer el bien. Si no lo hacen así, en vano recibirán su recompensa. Cuando den esmola, no hagan sonar el tímpano, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Cuando den esmola, no sepan como hacen los hipócritas: ‘Dan esmolas con la mano derecha, pero con la izquierda dicen: “¡Cómo no sabes nada!. Dan limosna, pero hacen alharacas, para que sepan de su esmola. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Cuando den esmola, no anuncien a bombo y platillo como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Cuando hagan ayunos, no se pongan tristes y rasgados como hacen los hipócritas, porque ellos demudan su rostro para que los hombres vean que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Cuando ustedes ayunen, perfúmense la cabeza y lávense la cara, para que su ayuno no sea visto por los hombres, sino solamente por su Padre, que está en secreto. Y su Padre, que ve en lo secreto, les recompensará.»

Mateo 6:1-18

Los padres deben enseñar a sus hijos a confiar en Dios:

«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Dejen de perseguir ese pan que se acaba, y hagan ustedes mismos el pan que dura para siempre. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Los fariseos le dijeron entonces: “Tú das testimonio en favor de ti mismo; tu testimonio no es válido”. Jesús les contestó: “Aunque yo doy testimonio en favor mío, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vine y a dónde voy. Ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Yo juzgo según mi palabra, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

“Si yo fuera a juzgarme a mí mismo, mi juicio sería válido, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y si doy testimonio en favor mío, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vine y a dónde voy. Ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Yo juzgo según mi palabra, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

“Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Les dije que ustedes morirían en sus pecados, porque si no creen que ‘yo soy’, morirán en sus pecados.

“Entonces, ¿a dónde voy? Mi camino no está en el cielo, para que digan: ‘¿Quién subirá al cielo para bajarlo?’. Mi camino no está en el mar, para que digan: ‘¿Quién atravesará el mar para bajarnos?’. Mi palabra está muy cerca de ustedes; está en su boca y en su corazón, para que la pongan por obra.

“Miren, yo les he dado en este libro todos los mandamientos que el Señor nuestro Dios me ordenó que les diera. Así, en todo lugar donde vivan, y aunque estén lejos de mí, podrán llamarlos a ustedes y los pondrán por obra. Y yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”»».

Mateo 5:1-12,17-18,19-20,21-22,23-24,25-26,27-28,29-30,31-32,33-34,35-36,37-38,39-40,41-42,43-44,45-46,47-48,49-50,51-52,53-54,55-56,57-58,59-60,61-62,63-64,65-66,67-68,69-70,71-72,73-74,75-76,77-78,79-80,81-82,83-84

Entonces, ¿qué es lo que las madres y los padres deben enseñar a sus hijos? Deben enseñarles a amar y obedecer a Dios, seguir sus mandamientos, orar y confiar en Dios.

¿Cuáles son los aportes de una madre?

La maternidad es un don de Dios, y el aporte de una madre a la familia y a la sociedad es invaluable. Una madre es una guía, una protectora y una amiga. Ella enseña a sus hijos a amar, a perdonar y a luchar por lo que es correcto. Los niños aprenden de su madre cómo ser una persona de bien, y ella los ayuda a crecer y desarrollarse en todos los aspectos de la vida.

La maternidad es una experiencia única e irrepetible, y las madres desempeñan un papel muy importante en la vida de sus hijos. Los niños necesitan el amor, el cuidado y la atención de una madre para poder crecer y desarrollarse de manera saludable. Los aportes de una madre son indispensables para el bienestar de sus hijos, y ella es una de las personas más importantes en la vida de un niño.

Proverbios 31:26 dice que la madre que enseña a su hija a ser virtuosa está haciendo una gran obra. Este versículo subraya la importancia de la educación de las hijas, especialmente en lo que respecta a la moralidad y la virtud. Las madres tienen una gran responsabilidad en la formación de sus hijas, y deben tomarse el tiempo necesario para enseñarles todo lo que necesitan saber.

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