Desde los tiempos antiguos, la Biblia ha sido una fuente de inspiración para muchos. En ella se cuentan las historias de personajes bíblicos que han pasado por momentos diffciles y han salido victoriosos. También se narran las historias de amor y de familia. En el libro de Génesis, se cuenta la historia de los hijos de Dios y las hijas de los hombres. La historia comienza cuando los hijos de Dios se enamoran de las hijas de los hombres y deciden tomarlas por esposas. Esto enfurece a Dios y él castiga a los hijos de Dios. Esta es una historia de amor, de familia y de fe.
Cuáles eran los hijos de Dios
En la Biblia, se presenta a los ángeles como seres espirituales puros, sin embargo, esto no significa que no puedan tener relaciones sexuales. Algunos ángeles, como los que se rebelaron contra Dios, tuvieron relaciones sexuales con mujeres humanas y tuvieron hijos con ellas. Estos hijos de ángeles y mujeres humanas se conocen como nefilim.
La Biblia no dice mucho sobre los nefilim, pero algunos versículos sugieren que eran seres gigantes y malvados. En Números 13:33, los israelitas se encontraban explorando la Tierra Prometida cuando vieron a los nefilim. Estos seres les asustaron tanto que los israelitas decidieron no entrar en la tierra.
Los nefilim también aparecen en Génesis 6:4, que dice: «Los nefilim eran gigantes en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y tuvieron hijos con ellas. Estos fueron los héroes de antaño, hombres de renombre».
Este versículo sugiere que los nefilim eran seres gigantes, pero también sugiere que eran malvados. Esto se debe a que los nefilim eran hijos de ángeles caídos, que se rebelaron contra Dios. Al tener relaciones sexuales con mujeres humanas, los ángeles caídos contaminaron la línea de descendencia de Adán y Eva.
En Mateo 22:30, Jesús también habló de los nefilim, diciendo: «Porque en el tiempo de la resurrección, ni los hombres ni las mujeres serán marrieds, sino que serán como los ángeles en el cielo».
Esto indica que los nefilim no resucitarán, ya que son seres malditos. Dios los destruyó junto con toda la Tierra Prometida cuando envió el Diluvio Universal. Solo Noé y su familia se salvaron, ya que estaban en la arca.
En resumen, los nefilim eran seres gigantes y malvados que eran hijos de ángeles caídos y mujeres humanas. Dios los destruyó junto con todos los demás seres malvados cuando envió el Diluvio Universal.
Qué significa en la Biblia los hijos de los hombres
En la Biblia, los hijos de los hombres se refería a los descendientes de Adán y Eva, o a la humanidad en general. A veces se usaba para diferenciar a los seres humanos de los ángeles o de Dios. Los hijos de los hombres también se podían referir a los malvados, a aquellos que no seguían a Dios.
En el Antiguo Testamento, Dios llamó a los seres humanos «hijos de los hombres» en Génesis 6:2, 4, 5 y 7. Aunque los seres humanos eran sus hijos, su maldad había aumentado tanto que Dios se arrepintió de haberlos hecho. En Salmos 8:4, el salmista se maravilla de que Dios haya puesto a los hijos de los hombres a cargo de las bestias del campo. Él cita este pasaje en Mateo 8:20, donde Jesús se refiere a los seres humanos como «hijos de los hombres».
El término «hijos de los hombres» también se usaba como una forma de referirse a la humanidad en general. En Eclesiastés 3:18, el autor habla de «la muerte de los hijos de los hombres». En Mateo 24:37-39, Jesús dice que en el día del juicio final, los hijos de los hombres serán separados unos de otros, como las aves son separadas del grano. Y en Mateo 25:31-46, Jesús describe el juicio final en términos de cómo tratamos a «los más necesitados de entre los hijos de los hombres».
A veces, los hijos de los hombres se usaba para diferenciar a los seres humanos de los ángeles. En Mateo 18:10, Jesús dice: «Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre que está en el cielo». Y en Juan 12:25, Jesús dice: «El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna». Aquí, Jesús se refiere a sí mismo como el «Hijo del Hombre», y dice que los que aborrecen sus vidas en este mundo, guardarán sus vidas para la vida eterna. Esto nos muestra que Jesús es el Hijo de Dios, pero también un ser humano.
A veces, los hijos de los hombres se usaba para referirse a los malvados, a aquellos que no seguían a Dios. En Mateo 7:6, Jesús dice: «No deis a los perros las cosas santas, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan para atacaros». Y en Mateo 16:4, Jesús dice a los fariseos: «Una generación malvada y adúltera busca un señal milagrosa, pero no se le dará señal alguna, excepto la señal del profeta Jonás». En ambos pasajes, Jesús se refiere a los malvados como «hijos de los hombres».
En Mateo 23:15, Jesús dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque recorréis mar y tierra para hacer que un solo prosélito se convierta, y cuando lo lográis, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros». Aquí, Jesús se refiere a los fariseos como «hijos del infierno», o malvados. Y en Mateo 25:41, Jesús dice: «Entonces dirá también a los que estén a su derecha: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles'». Aquí, Jesús se refiere a los malvados como «malditos».
En resumen, la Biblia usa el término «hijos de los hombres» para referirse a los seres humanos, a veces en contraposición con los ángeles, y a veces para referirse a los malvados. Esto último es especialmente cierto en el Nuevo Testamento, donde se usa a menudo como un sinónimo de «maldito».
Cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres
En la Biblia se nos cuenta que antes del Diluvio, los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y tuvieron hijos con ellas. Los hijos que nacieron de esta unión eran gigantes y malvados. Dios no estaba contento con ellos y decidió enviar el Diluvio para destruirlos. Sin embargo, algunos de ellos se salvaron junto con Noé y su familia. Después del Diluvio, Dios les dijo a los hijos de Noé que no se unieran a las hijas de los hombres, porque ellas eran malvadas. A pesar de esto, muchos de los hijos de Noé se unieron a las hijas de los hombres de nuevo y tuvieron hijos con ellas. Estos hijos eran también malvados y Dios no estaba contento con ellos. Dios decidió entonces confundir su lenguaje para que no pudieran comunicarse entre ellos. A partir de ese momento, las familias y las tribus se dispersaron por toda la tierra y se desarrollaron las diferentes lenguas y dialectos.
¿Cómo se llaman los ángeles hijos de Dios?
Los ángeles son seres espirituales creados por Dios. No se les dio el nombre de «hijos de Dios» hasta después de la creación del hombre. Los ángeles son mencionados por primera vez en Génesis 1:26, donde Dios dice: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». Esto indica que Dios creó a los ángeles antes que al hombre.
Los ángeles fueron creados como seres espirituales perfectos, pero algunos de ellos se rebelaron contra Dios. Estos ángeles caídos son los que se mencionan en Mateo 25:41, donde Jesús los llama «hijos del mal».
La Biblia no da muchos detalles sobre los ángeles, pero nos dice que son seres espirituales que sirven a Dios y están a su disposición. Algunos de ellos tienen nombres, como Miguel y Gabriel, pero no se nos dice cuántos ángeles existen. Los ángeles son seres espirituales poderosos que están dotados de inteligencia, pero no son omniscientes ni omniscientes. Dios les ha dado libre albedrío, por lo que pueden elegir obedecerlo o no.
En la Biblia, Dios es el Creador de todos los seres humanos, y todos los seres humanos son sus hijos e hijas.