Desde el inicio de su ministerio, Jesús ha estado haciendo milagros y sanando a todos los que han venido a él con fe. Esto no es solo una característica de su ministerio, sino que es una parte integral de su misión. Jesús sana a la gente porque él mismo es la fuente de vida y de salud. Él es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). En el Evangelio de Lucas, leemos acerca de uno de estos milagros de sanidad que Jesús hizo. Lucas relata que Jesús fue invitado a la casa de Simón Pedro para comer. Una vez que Jesús llegó, él sanó a la suegra de Pedro, quien estaba enferma con fiebre (Lucas 4:38-39). Jesús no solo sanó a la suegra de Pedro, sino que también echó fuera los demonios de muchas otras personas que estaban enfermas en la casa. Esta sanidad fue una prueba de la autoridad y el poder de Jesús sobre la enfermedad y el mal. Jesús sana a la gente porque él es el Rey de reyes y el Señor de señores. Él es el único que tiene el poder de sanar, y lo hace porque nos ama.
Qué hizo Jesús cuando sano a la suegra de Pedro
Jesús había llegado a la casa de Pedro, y cuando entró, vio que la suegra de Pedro estaba en cama con fiebre. Jesús le dijo: -¿Cómo estás? Ella respondió: -Bien, gracias a Dios. Jesús entonces la tocó y la fiebre la abandonó. Ella se levantó y comenzó a servirles.
Cuál es el nombre de la suegra de Pedro
La suegra de Pedro era una mujer llamada Claudia, y era muy conocida en la ciudad de Jope. Era viuda de un hombre llamado Cipriano, y tenía una hija llamada Tabita, que era ciega. Claudia y su familia eran cristianos, y acogieron a Pedro y a los otros discípulos de Jesús con amor y hospitalidad. Claudia era una mujer muy bondadosa, y muchas personas en Jope la respetaban por su carácter amable y su fe.
Qué enfermedad sufre la suegra de Simón
La suegra de Simón, quien era anciana y tenía una enfermedad, yacía en su cama. De repente, ella comenzó a tener fiebre y le pidieron a Simón que fuera a verla. Al llegar, la tocó y la levantó de la cama. Inmediatamente, la fiebre la dejó y ella les sirvió a todos.
¿Qué le dijo el centurión a Jesús?
«¡Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero di la palabra, y mi siervo sanará! Porque yo mismo soy un hombre bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi mando. Y le digo a uno: ‘Ve’, y él va; y al otro: ‘Ven’, y él viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y él lo hace”.
Jesús le dijo entonces: “No te he hallado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Te digo que muchos vendrán de oriente y de occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes”.
Y Jesús dijo al centurión: “Ve, y tu siervo sanará”. Y al instante sanó el siervo del centurión.
La biblia nos enseña que Jesús es un gran sanador. En este pasaje, vemos a Jesús sanar a la suegra de Pedro. Esto muestra que Jesús puede sanar a cualquiera, no importa qué enfermedad tengan.