Según las Escrituras, la Tierra es solo un reflejo de lo que sucede en el Cielo. De hecho, la Biblia dice que Dios hizo la Tierra como su «huella» (Salmos 115:16). Esto significa que todo lo que vemos en la Tierra es una representación de la realidad eterna que existe en el Cielo.
Qué quiere decir así en la tierra como en el cielo
Jesús oró en el huerto de Getsemaní, «Padre, si es posible, pasa de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:42). Aún así, Jesús se sometió a la voluntad de Dios y fue a la cruz. En Lucas 23:34, él oró, «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Jesús oró por sus enemigos y dio su vida por ellos. Él hizo la voluntad de Dios, a pesar del costo personal. Jesús nos llama a hacer lo mismo.
En Mateo 6:10, Jesús dijo: «Vuestro Padre celestial sabe lo que necesitáis antes de que lo pidáis». Dios conoce nuestras necesidades y nos proveerá si le pedimos. Pero debemos pedir con fe y no dudar. En Mateo 7:7-8, Jesús dijo: «Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá». Dios es fiel a sus promesas.
En Mateo 18:19-20, Jesús dijo: «Os aseguro que si dos de vosotros en la tierra se ponen de acuerdo para pedirme algo, yo lo haré por ellos, mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Jesús está dispuesto a responder a nuestras oraciones, pero debemos orar en su nombre. Esto significa orar de acuerdo con su voluntad y su palabra. Debemos buscarlo y seguirlo de todo corazón.
En Mateo 21:22, Jesús dijo: «Todo lo que pidáis en oración, creed que lo recibiréis, y lo tendréis». Debemos orar con fe, sin duda, sabiendo que Dios nos oye y responderá. Mateo 6:33 dice: «Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». Debemos poner a Dios primero en nuestras vidas y seguir sus mandamientos. Él es nuestro Padre celestial y nos ama. Él quiere lo mejor para nosotros y nos dará todo lo que necesitamos si le pedimos.
Cuando el cielo y la tierra
Dios no tiene nacimiento ni nacionalidad: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16). Dios es eterno: «Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su heredad, y los ovejas de su mano. Hoy, si oyéis su voz» (Salmos 95:6-7). El cielo y la tierra fueron creados: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Génesis 1:1). El cielo es donde Dios habita: «Porque así como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos» (Isaías 55:9). La tierra fue creada para que la habitáramos: «Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra» (Génesis 1:26). Dios nos ama, y quiere que todos lo conozcamos: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).
Quién es el director de la película así en la tierra como en el cielo
El señor es el director de la película, así como en la tierra como en el cielo. El señor es el autor de la historia, el guionista y el director. Él es el que sabe cómo va a terminar la película, y él es el único que puede decidir cómo se va a rodar. Él es el que tiene el control de todo, y él es el único que sabe lo que está pasando en todas las escenas. El señor es el que sabe qué es lo mejor para nosotros, y el único que puede saber qué es lo mejor para la película. El señor es el que tiene el control de todo, y nosotros somos sus actores. Él nos da las líneas, y nosotros las decimos. Él nos da las instrucciones, y nosotros las seguimos. Nosotros hacemos lo que él dice, y él nos guía. Él es el que tiene el control de todo, y nosotros confiamos en él. Él es el director de la película, así como en la tierra como en el cielo.
Esta es una realidad que todos experimentaremos un día. La Biblia dice que Dios habita en lo alto y que su trono está en el cielo (Isaías 66: 1; Salmos 11: 4). Pero también dice que Dios está con nosotros aquí en la tierra (Mateo 18: 20). Así que cuando lleguemos al cielo, finalmente estaremos en la misma presencia de Dios que disfrutamos aquí.