Desde el principio, Dios estaba en una comunión perfecta consigo mismo. Como dice en Juan 1:1, “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios”. Dios estaba en una relación íntima y perfecta consigo mismo, y en ese estado de comunión, decidió crear. Dios no necesitaba nada ni nadie fuera de sí mismo, pero en su amor y bondad, decidió crear un mundo y habitar en él.
Qué significa que el Padre y yo somos uno
Jesús le dijo a los fariseos:
“Ustedes dicen que soy yo. En realidad, ustedes me están dando testimonio de sí mismos, porque no son de mi Padre.
”
“Si ustedes fueran mis seguidores, harían las mismas obras que yo hago.
”
“Les aseguro que el que sigue mis enseñanzas, y hace lo que yo hago, tendrá la vida eterna.
”
“Yo le doy vida eterna a mi protegido, y él no será destruido jamás.
”
“Nadie puede arrebatarlo de mi mano.
”
“Mi Padre, que me lo ha dado todo, es más grande que todos. Nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.
”
“Yo y el Padre somos uno”.
Después de que Jesús dijo estas palabras, los fariseos intentaron arrestarlo, pero él se les escapó de las manos.
Jesús le dijo a los fariseos que él y el Padre eran uno. Esto significa que Jesús era igual al Padre en naturaleza, pero no igual en poder. Jesús tenía el poder de hacer milagros, pero el Padre no. Jesús tenía el poder de perdonar pecados, pero el Padre no.
Jesús tenía el poder de resucitar a los muertos, pero el Padre no. Sin embargo, Jesús y el Padre eran iguales en naturaleza. Jesús era Dios.
Qué dice San Juan 1030
«En aquel día, el Señor extenderá su mano por segunda vez para recuperar el resto de su pueblo» (Isaías 11:11).
«Entonces el remanente de Jacob volverá a ser apoyo en el Señor, y en él se apoyará el remanente de Israel» (Isaías 11:10).
El versículo 1030 de San Juan dice: «En aquel día el Señor extenderá su mano por segunda vez para recuperar el resto de su pueblo».
Este versículo se refiere a la segunda venida de Cristo. En su primera venida, Cristo vino a buscar y salvar a los perdidos (Lucas 19:10). Pero en su segunda venida, Cristo vendrá como Rey de reyes y Señor de señores para establecer su reino eterno (Apocalipsis 19:11-16).
Algunos creen que el versículo 1030 de San Juan se refiere a la primera venida de Cristo, pero esto no es correcto. En la primera venida de Cristo, él no recuperó «el resto de su pueblo». De hecho, la mayoría de la gente rechazó a Cristo cuando vino (Juan 1:11).
El versículo 1030 de San Juan se refiere a la segunda venida de Cristo, cuando él vendrá para recuperar a todos los que hayan creído en él. Esto incluye a todos los que hayan muerto en la fe, así como a todos los que estén vivos en ese momento.
Cristo vendrá como Rey de reyes y Señor de señores para establecer su reino eterno. Y todos los que hayan creído en él serán parte de ese reino.
Qué dice en Juan 8 23
Jesús les dijo: «Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo.
Por lo tanto, les dije a ustedes que morirán en sus pecados; porque si no creen que yo soy, morirán en sus pecados.»
«¿Quién eres tú?», le preguntaron. Jesús les respondió: «¿Por qué me preguntan a mí? Yo soy la verdad. Les he hablado de la manera en que me encuentro con el Padre, y ustedes no me han creído.
¿Quién de ustedes me acusa de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué ustedes no me creen?
El que está de parte de Dios, oye las palabras de Dios. Por esto ustedes no me oyen, porque no están de parte de Dios.»
¿Qué dice en Juan 20 28?
Después de que Jesús resucitó de los muertos, apareció ante sus seguidores y les dijo: «¡Alégrense!» Entonces les mostró las heridas en sus manos y en su costado. Y los seguidores se alegraron al verlo.
Jesús les dijo: «Como el Padre me envió a mí, también yo los envío a ustedes.» Luego les dio el Espíritu Santo a los seguidores. Y les dijo: «Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes. Entonces les daré las mismas señales que he dado a ustedes. Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.»
«El Padre y Yo Uno Somos» es una enseñanza de Jesús que nos llama a estar unidos con Él. Debemos buscar nuestra unidad con Jesús, ya que Él es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Con nuestra unidad con Jesús, podremos tener una relación íntima con el Padre y vivir en plena armonía con Su voluntad.
