El Amor se Demuestra Con Hechos

En la Biblia, hay muchos ejemplos de cómo se demuestra el amor. Jesús mismo dijo que el amor es el mandamiento más importante. Pero, ¿cómo se demuestra el amor? A través de nuestras acciones. Jesús nos dio el ejemplo de servir a los demás, y esto es una forma de demostrar el amor. También podemos demostrar el amor a través de nuestras palabras y nuestras actitudes. Cuando amamos a nuestro prójimo, estamos siguiendo el mandamiento de Jesús.

Cómo se demuestra con hechos el amor

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16).

«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados» (1 Juan 4:10).

«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad» (1 Corintios 13:4-6).

«Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios; si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros» (1 Juan 4:11-12).

«Pero ahora, después que habéis conocido a Dios, o mejor dicho, después que él ha sido manifestado a vosotros, ¿cómo es que os volvéis a los débiles y miserables rudimentos, a los cuales queréis otra vez esclavizaros? ¡Observáis los días, los meses, las estaciones y los años! Temo por vosotros, que haya en vano trabajado en vosotros» (Gálatas 4:9-11).

Qué es demostrar con hechos

Toda buena profesión requiere de hechos y no solo de palabras. Los hechos hablan por sí mismos. Lo mismo pasa con la vida cristiana. No basta con decir que somos cristianos; debemos demostrarlo con nuestras obras. Nuestra fe estará completa cuando nuestros actos coincidan con nuestras palabras. La falta de armonía entre lo que decimos y lo que hacemos es hipocresía.

La vida de Jesús es el mejor ejemplo de cómo vivir una vida de fidelidad a lo que se predica. Él siempre anduvo en el camino de la verdad. Él mismo dijo: “El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Jesús no solo predicó el Evangelio; lo vivió en su totalidad. Él fue fiel a su misión hasta el final.

Así también nosotros, si deseamos ser verdaderos seguidores de Cristo, no debemos solo limitarnos a decir que creemos en Él. Debemos demostrarlo con nuestras obras y nuestra forma de vivir. El apóstol Santiago nos exhorta a esto, diciendo: “Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma” (Santiago 2:17).

La fe que no se traduce en obras es una fe muerta, inservible. En cambio, la fe viva es aquella que produce buenos frutos. De esto nos habla el apóstol Pablo en Gálatas 5:22-23: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley”.

La fe verdadera produce en nosotros el fruto del Espíritu Santo. Este fruto se manifiesta en actitudes y obras de amor, de gozo, de paz, de longanimidad, de benignidad, de bondad, de mansedumbre, de templanza. En otras palabras, la fe genuina produce en nosotros un cambio de actitud y de vida. Nos transforma en seres nuevos, en hijos de Dios.

La Biblia nos enseña que la fe es algo más que una simple creencia intelectual. La fe es una decisión personal de entregar nuestra vida a Cristo y de seguirlo de todo corazón. Y esto no queda en una decisión estática, sino que se traduce en una opción activa y continuada de vivir conforme a los principios de nuestra fe.

La fe es un don de Dios, pero debemos cultivarla y cuidarla. El apóstol Pablo nos exhorta a esto en 1 Timothy 4:14-16: “No deseches la gracia de Dios, que te es dada para hacer buenas obras. Medita estas cosas y ocúpate en ellas, para que tu progreso sea evidente a todos. Cuida de ti mismo y de la doctrine; persevera en ellos, pues haciendo esto salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.

La biblia dice que el amor se demuestra con hechos y no solo con palabras. Esto significa que debemos demostrar nuestro amor a los demás con nuestras acciones, no solo con nuestras palabras. Debemos ser serviciales y ayudar a los demás, especialmente a aquellos que están pasando por momentos difíciles. Esto es lo que demuestra el verdadero amor.

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