Echa Sobre el Señor tu Carga

La carga que llevamos a diario puede ser pesada. Nuestras preocupaciones, miedos y problemas pueden oprimirnos y dejarnos sin aliento. En momentos así, podemos sentirnos solos y aislados. Pero la Biblia nos dice que no estamos solos. Dios está aquí con nosotros y nos invita a echar nuestras cargas sobre él.

Qué dice Dios de las cargas

En Mateo 11:28-30, Jesús dijo: «Venid a mí, todos vosotros los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga».

Jesús está diciendo que si nos acercamos a él y le pedimos ayuda, él nos la dará. También dice que debemos aprender de él, porque él es manso y humilde de corazón. Si hacemos esto, encontraremos descanso para nuestras almas.

En Juan 14:27, Jesús dijo: «La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como el mundo la da. No se angustien ni se perturben».

Jesús está diciendo que nos deja la paz, y que su paz es diferente a la del mundo. No debemos estar angustiados ni perturbados.

En Filipenses 4:6-7, dice: «No se angustien por nada, sino en todo, mediante oración y súplica, con acción de gracias, presenten sus peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús».

Aquí se nos dice que no debemos angustiarnos por nada, sino que debemos presentar todas nuestras peticiones a Dios mediante la oración y la acción de gracias. Y la paz de Dios guardará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús.

En 2 Corintios 1:3-4, dice: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, mediante la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios».

Aquí se nos dice que Dios es un Padre misericordioso y que nos consuela en todas nuestras tribulaciones. Y también nos dice que debemos consolar a los que están pasando por alguna tribulación, ya que nosotros mismos hemos sido consolados por Dios.

En resumen, Dios nos dice que no debemos angustiarnos por nada, sino que debemos acercarnos a él y pedirle ayuda. También debemos aprender de él y dejar que su paz reine en nuestros corazones. Debemos orar y dar gracias, y él nos consolará. Y debemos ayudar a los demás, ya que nosotros mismos hemos sido ayudados.

Qué dice Salmo 55 22

El Salmo 55 es un salmo de lamento, en el que el autor pide ayuda a Dios en medio de su angustia. El salmo comienza con el autor pidiendo a Dios que escuche su oración, y que se apiade de él. El autor reconoce que ha pecado, y que merece la justicia de Dios. Sin embargo, implora a Dios que tenga misericordia de él, y que lo libere de sus enemigos. El autor se siente traicionado por aquellos que se suponía eran sus amigos, y pide a Dios que castigue a sus enemigos. El salmo termina con una petición de misericordia, y una promesa de alabanza al Señor.

Donde dice en la Biblia que dejemos nuestras cargas

«Cargas» puede referirse a muchas cosas diferentes en la Biblia, pero generalmente se refiere a algo que nos está pesando espiritualmente. Podría ser algo tan simple como preocupaciones diarias o sentimientos de ansiedad, o podría ser algo más pesado como el resentimiento, el rencor o el odio. No importa cuál sea nuestra carga, la Biblia nos dice que podemos dejarla a los pies de Jesús.

En Mateo 11:28-30, Jesús dice: «Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga».

Aquí, Jesús nos invita a llevar nuestras cargas a él, prometiendo aliviarnos. Él mismo llevó nuestras cargas en la cruz, y sabe lo que es sentir el peso del mundo sobre nosotros. En Mateo 6:19-21, Jesús nos dice que no deberíamos almacenar tesoros en este mundo, porque nuestras cargas serán más pesadas. En cambio, debemos buscar el «tesoro» de la vida eterna, que es Jesús mismo.

En Juan 14:27, Jesús dice: «La paz dejo con vosotros, mi paz os doy; no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga temor».

Aquí, Jesús nos promete que su paz es diferente a la paz del mundo. La paz del mundo es temporary- puede ser interrumpida por cualquier problema o preocupación. La paz de Jesús, por otro lado, es duradera y eterna. En Filipenses 4:6-7, Pablo dice: «No os afanéis por nada; sino en todo, mediante oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean hechas conocidas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».

Aquí, Pablo nos dice que la paz de Dios es lo que necesitamos para calmar nuestros corazones y mentes. No podemos tener la verdadera paz si nuestras mentes están llenas de preocupaciones y temores. Pero cuando dejamos nuestras cargas a los pies de Jesús, podemos tener la paz que solo él puede dar.

Es una ordenanza divina que nos invita a cargar todas nuestras preocupaciones, problemas y miedos a Dios. Él es nuestro cabeza y sabe cómo ayudarnos en todas las situaciones de nuestras vidas.

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