Dios es Nuestro Amparo Nuestra Fortaleza

El Salmo 46 dice: «Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, socorro muy presente en las angustias. Por eso no tememos, aunque la tierra tiemble y los montes se desplomen al corazón del mar, aunque bramen y se agiten sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su furor. Selah Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario más hermoso del Altísimo. Dios está en medio de ella, no vacilará; Dios la ayudará al amanecer. Naciones tumultuosas se levantan, reinos caen; Dios da voz, la tierra se derrite. Jehovah de los ejércitos está con nosotros, nuestro castillo es el Dios de Jacob. Selah Vengan, contemplemos las obras de Jehovah, quienes hace cosas tremendas en la tierra. El detiene las guerras hasta el extremo de la tierra; quiebra el arco, rompe la lanza, quema los carros en el fuego. Deténganse, y reconozcan que yo soy Jehovah, exaltado entre las naciones, exaltado en la tierra. Jehovah de los ejércitos está con nosotros, nuestro castillo es el Dios de Jacob. Selah»

Este salmo nos habla de la protección y la fortaleza que Dios ofrece a su pueblo. Aunque la tierra pueda temblar y los montes se derrumben, Dios está en medio de nosotros y nos ayudará en nuestras angustias. Las naciones pueden estar en guerra, pero Dios está con nosotros y nos protegerá. Este salmo nos alienta a reconocer que Dios es Jehovah, el Dios de los ejércitos, y que él es nuestro castillo y nuestra fortaleza.

Donde dice en la Biblia que Dios es nuestro amparo y fortaleza

La Biblia nos enseña que Dios es nuestro amparo y fortaleza. En el libro de Salmos, David escribe: «El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador; Dios es mi roca, en quien me refugio; mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte y mi refugio» (Salmos 18:2). En el libro de Deuteronomio, Dios le dice a su pueblo: «No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo; te sostengo con mi mano victoriosa» (Deuteronomio 31:6). Dios es nuestro amparo y fortaleza porque nos ama y nos quiere proteger. Él es nuestra roca, nuestro refugio y nuestra fuerza. Cuando estamos angustiados o temerosos, debemos acudir a Dios y pedirle que nos dé su paz y sufortaleza. Él estará con nosotros siempre y nos dará la victoria.

Qué dice el texto del salmo 27 1

El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿de quién me temeré?

Cuando me atacan los malvados
y los enemigos me rodean,
me alegro en el Señor,
porque sé que él me salvará.

Levántate, Señor, y ven a mi ayuda;
¡dame fuerzas para que me libere!

Tú eres mi Dios y mi salvador;
¿a quién temeré?

El Señor es mi protector;
¡me dará fuerzas para superar mis dificultades!

Miren, los enemigos se acercan,
pero no tengo miedo!
Miren, atacan,
pero no me preocupo!


¡Mi confianza está en el Señor!
Sé que él me protegerá.

No me dejará caer ni me abandonará,
aunque todos mis enemigos se unan contra mí.

¡Levántate, Señor!
¡Ven a mi ayuda!

Qué significa la palabra amparo y fortaleza

La palabra «amparo» se usa tres veces en las Escrituras Hebreas, y cada una de ellas se traduce como «protección», «abrigo» o «resguardo». En la primera ocurrencia, se usa en el Salmo 61:3, donde David pide a Dios que sea su «escudo», su «refugio» y su «fortaleza». En la segunda ocurrencia, se encuentra en Proverbios 18:10, donde se dice que «El nombre del Señor es una torre fuerte; el justo corre a ella y es exaltado». Esto significa que Dios es nuestro amparo, y que podemos encontrar protección y refugio en Él. Y en la tercera ocurrencia, se encuentra en Mateo 6:13, donde Jesús enseña a sus discípulos a orar, «Y no nos metas en tentación, sino líbranos del mal». En esta última ocurrencia, la palabra «amparo» se traduce como «libración», y nos enseña que Dios nos puede librar de todo mal.

En cuanto a la palabra «fortaleza», esta se usa en las Escrituras Hebreas un total de 98 veces, y se traduce como «fuerza», «valor» o «poder». En algunas de estas ocurrencias, la palabra se usa para describir la fuerza física, como en 1 Samuel 2:4, donde se dice que «El Señor hace fuertes al débil y al cansado». Pero en la mayoría de los casos, la palabra se usa para describir la fortaleza espiritual que Dios da a aquellos que confían en Él. Por ejemplo, en Salmos 18:2, se dice que «El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi baluarte y mi refugio». Esto significa que Dios es nuestra fortaleza, y que podemos confiar en Él para que nos dé la fuerza que necesitamos en todas las situaciones de la vida.

En conclusion, podemos decir que la palabra «amparo» se refiere a la protección y refugio que Dios nos da, mientras que la palabra «fortaleza» se refiere a la fuerza y el poder que Dios nos da para enfrentar todos los retos de la vida. Espero que esto haya sido de ayuda.

¿Qué dice en Efesios 6 13?

En Efesios 6:13, Pablo instruye a los creyentes a que «fortalezcan sus corazones con la fe y la perseverancia». La fe, entendida como una confianza absoluta en Dios, es una de las principales armas que tenemos para enfrentar las dificultades de la vida. Pero la fe no es solo una actitud mental; también implica perseverar en el camino de la obediencia, aun cuando las circunstancias sean difíciles. Esto nos lleva a la segunda parte de la instrucción de Pablo: la perseverancia. La perseverancia es una virtud que nos ayuda a mantenernos firmes en nuestras convicciones, incluso cuando todo parece estar en contra. Es una de las características más necesarias para cualquier persona que quiera seguir a Cristo de manera fiel.

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, y nos ayuda en todas las tribulaciones que enfrentamos. Él es nuestro protector, y siempre estará a nuestro lado para ayudarnos.

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