El libro de Joel relata una profecía sobre un día en el que «el Señor derramará su Espíritu sobre toda carne» (Joel 2:28). Esta profecía se cumplió el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y los llenó de poder para predicar el Evangelio (Hechos 2:1-4). Desde entonces, Dios ha estado derramando su Espíritu sobre todos los que le piden, y estos son algunos de los beneficios que podemos disfrutar:
Qué quiere decir el derramamiento del Espíritu Santo
El derramamiento del Espíritu Santo se refiere a la acción de Dios de enviar Su Espíritu a los seres humanos para cumplir Su propósito en el mundo. En la Biblia, vemos esto ocurriendo de manera sobrenatural en numerosas ocasiones, como en el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y los llenó de Su poder y de Su presencia. Esto les permitió hablar en lenguas extranjeras y testificar audazmente del evangelio a todos los que los escuchaban. Desde entonces, el derramamiento del Espíritu Santo ha sido una promesa de Dios para todos los que creen en Jesús. Él es el Espíritu de Dios que mora en nosotros y nos da poder para vivir como hijos de Dios. Él nos guía, nos enseña, y nos ayuda a permanecer fieles a Dios.
El derramamiento del Espíritu Santo es vital para la vida cristiana. Sin el poder y la presencia del Espíritu Santo, no podemos hacer nada para agradar a Dios. Somos débiles y pecaminosos de naturaleza, y necesitamos de Su ayuda para llevar a cabo Su voluntad. Cuando permitimos que el Espíritu Santo llene nuestras vidas, Él nos da la fuerza para vencer el pecado y vivir de una manera que agrada a Dios. También nos da el poder para compartir el evangelio con otros y testificar de Jesús de manera eficaz. sin el derramamiento del Espíritu Santo, la iglesia no existiría, y el mundo no conocería el amor de Dios.
¿Cómo puedo recibir el derramamiento del Espíritu Santo? Si todavía no has recibido el Espíritu Santo, puedes orar pidiéndole a Dios que te derrame Su Espíritu. Dios promete responder a esta oración, y cuando Él envía Su Espíritu, serás lleno de poder y de la presencia de Dios. También podrás comenzar a hablar en lenguas extranjeras, y tendrás el poder para testificar del evangelio de manera eficaz. Si deseas saber más sobre el derramamiento del Espíritu Santo, puedes leer este artículo: https://www.estudiospentecostales.com/2020/12/derramamiento-del-espiritu-santo.html
Qué dice el libro de Joel 2 28
«Y sucederá después de esto, que derramaré mi Espíritu sobre todo flesh; y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos sueños; vuestros jóvenes visiones. Y aun sobre los siervos y sobre las siervas en aquellos días derramaré mi Espíritu.
Yo mostraré maravillas en el cielo y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto. Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo; porque en el monte Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho el Señor, y en los remanentes a quienes el Señor llamará.»
Donde dice en los postreros días
«En los postreros días» se menciona en varias ocasiones en las Escrituras. La primera vez que se usa el término en la Biblia es en Génesis 49:1, donde Jacob bendijo a su hijo José. Jacob dijo: «Los días de los años de mi peregrinación son 130 años. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no alcanzarán los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación». Aunque muchos años habían pasado desde que Jacob tuvo esta visión, él todavía se encontraba en lo que llamó «los días de mi peregrinación», o sea, su vida terrenal. En ese sentido, «los postreros días» pueden referirse a nuestra vida actual, la cual es transitoria en comparación con la eternidad.
Otra referencia a «los postreros días» se encuentra en Deuteronomio 4:30, donde Moisés dijo a Israel: «Cuando hayas pasado por todas estas cosas y las hayas cumplido, volverás a Jehová tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma. Pondrás por obra todas las palabras de esta ley que hoy te mando, para que temas a Jehová tu Dios, para que guardes todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando hoy». Aquí, «los postreros días» parecen referirse a un tiempo futuro en el que Israel habría cumplido su propósito divino y estaría en completa obediencia a Dios.
El profeta Jeremías también usó el término «los postreros días» para referirse a un tiempo futuro. En Jeremías 23:20, dijo: «Así ha dicho Jehová: Si no me hubierais obedecido para glorificar mi nombre en vuestras palabras, entonces enviaría a mi maldición sobre vosotros, y maldeciría vuestros bendecidos. Ciertamente, ya he decidido y he puesto por obra esto, porque no se ha vuelto atrás de su maldad vuestra mano». Aquí, el profeta habla de un tiempo en el que Dios castigará a Israel por su rebelión, después de haberle dado muchas oportunidades de arrepentirse.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pedro también usó el término «los postreros días». En 2 Pedro 3:3, dijo: «Sabed esto primeramente: que en los postreros días vendrán escarnecedores, andando según sus propias concupiscencias». Pedro aquí se refiere a un tiempo futuro en el que habrá muchos falsos profetas y enseñanzas erradas.
En suma, «los postreros días» pueden referirse a nuestra vida actual, la cual es transitoria en comparación con la eternidad, o bien puede referirse a un tiempo futuro en el que se cumplirán todas las Escrituras.
¿Donde dice la Biblia que los jóvenes verán visiones?
En el libro de los Hechos, el apóstol Pablo relata cómo él y los demás discípulos tuvieron una visión: «Después de esto, miré en la visión dela noche, y he aquí un cuerno que salía del mar, hiriendo con gran violencia al sol, y quemándolo; y asoló la tierra con sus frutos» (Hechos 7:42-43).
También se describe otra visión en el libro de Apocalipsis, en la que el autor, Juan, ve una «multitud innumerable, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y del Cordero, vestidos de blanco, con palmas en las manos» (Apocalipsis 7:9).
En la Biblia se relatan muchas más visiones, y algunas de ellas fueron experimentadas por jóvenes. El profeta Jeremías tuvo una visión cuando tenía sólo 20 años de edad, y el rey Josías tuvo una visión a los 13 años de edad.
El derramamiento de mi Espíritu sobre toda carne significa que todas las personas, sin importar quiénes son, pueden recibir mi Espíritu y ser transformadas por Él. Esto es un llamado a todos, para que se arrepientan y se vuelvan a mí, para que puedan recibir mi Espíritu y ser cambiados por Él.