Desde el principio, el hombre ha sido testigo del ciclo de la vida: el día y la noche, el verano y el invierno, la sementera y la cosecha. Y en todo momento, este ciclo nos ha recordado que hay un orden en el universo. Dios es el Creador de todas las cosas, y él tiene un plan perfecto para cada una de ellas.
A veces, en nuestras vidas, parece que todo está en oscuridad. No vemos el camino claramente ante nosotros, y nos sentimos perdidos y solos. Pero la Biblia nos dice que cuando más oscuro está, es porque ya va a amanecer. Dios está siempre con nosotros, y él promete que nos guiará a través de todas las dificultades.
Confía en Dios, y sigue adelante. El sol siempre sale después de la tormenta.
Qué significa que la noche sea más oscura que el amanecer
La noche es la parte del día en que aparece la oscuridad. El amanecer es el momento en que el sol comienza a salir. A veces, la noche parece más oscura que el amanecer, como si la oscuridad estuviera aumentando.
La noche es un momento de descanso y de reflexión. La oscuridad nos permite ver las estrellas y la luna. Nos da tiempo para pensar en lo que ha sucedido durante el día y para planificar el día siguiente. La noche también es un momento de intimidad, ya que podemos estar solos con nuestros pensamientos.
A veces, la noche parece más oscura porque estamos pasando por un momento difícil. Puede ser un momento de tristeza o de preocupación. O puede ser un momento en que nos sentimos solos. Cuando estamos pasando por momentos así, la oscuridad parece aumentar.
Pero la noche no siempre es oscura. A veces, la luna está llena y brilla con tanta fuerza que podemos leer un libro sin necesidad de luz artificial. Y cuando estamos rodeados de amigos, la noche puede ser tan brillante como el día.
Así, la noche es un momento de contrastes. Puede ser oscura y triste, o puede ser brillante y alegre. Y a veces, la noche es más oscura que el amanecer.
Qué dice la Biblia sobre la luz y la oscuridad
La Biblia dice que Dios es luz, y que en Él no hay oscuridad (1 Juan 1:5). Jesús es la luz del mundo (Juan 8:12). En Mateo 5:14-16, Jesús enseñó que los seguidores de Cristo son «luz del mundo.» De la misma manera, en Juan 12:46, Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
La Biblia habla de la luz como un símbolo de la verdad, la bondad y la vida eterna. También se menciona la oscuridad como un símbolo del mal, la maldad y el pecado. En Juan 3:19-21, leemos: «Y este es el juicio, que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.»
La Biblia también habla de la luz como un símbolo de Dios y de Su Santidad. En 1 Pedro 2:9 leemos: «Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz.»
En conclusión, la Biblia usa la luz y la oscuridad como símbolos opuestos. La luz representa a Dios, la verdad, la bondad y la vida eterna. La oscuridad, por otro lado, representa el mal, la maldad y el pecado. Dios nos llama a salir de las tinieblas y a entrar en Su luz. Al hacerlo, tendremos vida eterna con Él.
Quién es la oscuridad según la Biblia
Según la Biblia, la oscuridad es un lugar de tinieblas donde habitan los espíritus malignos. En la Escritura, se usa como una metáfora del mal y de la maldad. La oscuridad es sinónimo de muerte, pecado, infierno y maldición. Es el opuesto de la luz, que representa la vida, la santidad, el cielo y la bendición.
¿Cuál es la hora más oscura?
«¿Cuál es la hora más oscura?» Esta es una pregunta que muchos se hacen. La Biblia nos dice que la hora más oscura está por venir.
«Porque el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo, se derretirán, y la tierra, y las obras que en ella hay, se quemarán.
Así que, puesto que todas estas cosas han de ser dissolvédas, ¿qué tal debéis vosotros ser en santas conversaciones y piedad, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, se dissolverán, y los elementos, siendo fundidos, se quemarán?
Mas nosotros, según su promesa, esperamos cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Por lo cual, oh amados, esperando estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados por él sin mancha e irreprochables, en paz.
Y considerad los unos a los otros para provocar al amor y a las buenas obras, no dejando de congregaros, como algunos tienen por costumbre, antes bien exhortándoos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo, mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredáis de nuevo en ellas y arrastráis a otros consigo, vosotros mismos pereceréis necesariamente.
Y llegará el fin, cuando él entregará el reino al Dios y Padre, después de destruir todo principado, toda autoridad y todo poder.
Porque él tiene que reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
El último enemigo que será destruido es la muerte.
Porque todas las cosas han sido puestas debajo de sus pies. Pero cuando dice que todas las cosas han sido puestas debajo de él, es evidente que esto no se incluye a aquel que le puso todas las cosas debajo de él.
Y cuando todas las cosas le hayan sido sometidas, entonces el mismo Hijo se sujetará también al que le sometió todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Así que, oh amados, ya que tenéis estas promesas, purificaos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Recemos también unos por otros, para que nos libre el Señor de todo mal. Y el mismo que hace que las oraciones y las peticiones sean oídas de nosotros, es Dios,
El cual nos hace también progresar en nuestro santo propósito, y hace que nuestras obras sean agradables delante de él, por Jesucristo.
Por él, pues, oh amados, orando constantemente, no os canséis de hacerlo por todos los santos,
Y por nosotros, para que el Señor nos abra un camino para la palabra, a fin de que podamos hablar del mystery de Cristo, por el cual, aun estoy preso,
Para que lo haga conocer, como me conviene hablar.
Mirad por vosotros mismos, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha constituído obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó para sí mediante su propia sangre.
Yo sé, y estoy persuadido en el Señor Jesús, que nada es inmundo de aquello que se come; pero para aquel que piensa que algo es inmundo, para él es inmundo.
Porque si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme a la caridad. Destruye, pues, por causa de la comida, a aquel por quien Cristo murió.
Así que, oh amados, esto es lo que os ruego y conjuro en el Señor: que de la manera en que habéis recibido de nosotros cómo debéis andar y agradar a Dios, así también andéis, para que abundéis más y más.
Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por orden del Señor Jesús.
Porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
Que os mande hacer justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con vuestro Dios.
También os ruego, oh amados, que recordéis nuestros trabajos y fatigas, cómo estuvimos de día y de noche trabajando para no ser gravosos a ninguno de vosotros,
Os predicamos el evangelio de Dios, no buscando gloria de hombres, ni de vosotros, ni de otros,
Aunque nosotros pudimos seros gravosos como apóstoles de Cristo.
Con todo, siendo apasionados, fuimos blandos entre vosotros; como una nodriza que cuida de sus propios hijos,
Así, teniendo afecto por vosotros, os exhortábamos, porque queríamos presentaros como a nuestros hijos más amados.
Por esta causa, os amonestamos y os conjuramos en el Señor Jesús, que de la manera en que habéis recibido de nosotros, de qué manera debéis andar para agradar a Dios, así también andéis, para que abundéis más y más.
Porque ya sabéis cuáles instrucciones os dimos por orden del Señor Jesús.»
La biblia nos enseña que Dios es fiel y que siempre cumplirá su promesa. Aunque en nuestras vidas pueda haber momentos oscuros, podemos estar seguros de que Dios nos llevará a la luz.