Desde los tiempos antiguos, la gente ha buscado a Dios en momentos de dificultad. A veces, cuando las cosas van mal, parece que ni siquiera los santos pueden ayudar. La gente puede orar, rezar y hacer todo lo posible por cambiar las cosas, pero a veces parece que Dios no está escuchando. Esto puede ser muy frustrante e inquietante.
Cuando Dios no quiere ni los santos pueden Como dice el dicho actores
«¿Cuando Dios no quiere ni los santos pueden Como dice el dicho actores?»
No hay nada que los seres humanos puedan hacer cuando Dios no quiere ni los santos pueden. Como dice el dicho, «actores» – es decir, aquellos que representan a Dios en la tierra – no pueden hacer nada cuando Dios no quiere. No importa qué oraciones digan, no importa qué actos realicen, no importa qué santos invoquen, si Dios no quiere, no habrá nada que puedan hacer.
Esto es algo que debemos aceptar. No podemos forzar a Dios a hacer algo que no quiere hacer. No podemos obligarlo a que nos dé lo que queremos o necesitamos. No podemos manipularlo para que actúe de una manera u otra. Debemos aceptar que, a veces, Dios no quiere ni los santos pueden.
Esto no significa que Dios no nos ama. Muy por el contrario, a menudo significa que Dios nos ama demasiado para darnos lo que queremos. Sabe que lo que le pedimos no es lo mejor para nosotros, y por eso se niega. A veces, lo que pensamos que necesitamos no es lo que realmente necesitamos, y Dios nos lo está protegiendo.
Así que, la próxima vez que nos encontremos en una situación en la que parece que Dios no quiere ni los santos pueden, recordemos que podemos confiar en que Él sabe lo que hace. Aunque no podamos entender sus motivos, podemos estar seguros de que siempre actúa en nuestro mejor interés.
Cuando Dios nos quiere ni los santos pueden
¿Cuándo Dios nos quiere, ni los santos pueden? – 2 Samuel 22:31-33
Al Señor le agrada cuando andamos en su camino, cuando vivimos de acuerdo a sus enseñanzas. Y cuando estamos en su camino, él nos protege de todo mal. Ni siquiera los santos pueden evitar que Dios nos proteja. Él es nuestro fortaleza y nuestro protector. Él es quien nos lleva a salvo de todos nuestros enemigos.
Así que cuando Dios nos quiere, ni los santos pueden impedir que nos proteja. Él es nuestra roca y nuestro refugio. Con él a nuestro lado, nada ni nadie puede hacernos daño.
La conclusion biblica sobre este tema es que Dios es soberano y todopoderoso, y nada ni nadie puede cambiar su voluntad.