Desde el principio, Dios ha estado obrando en el mundo a través del Espíritu Santo. En la Creación, el Espíritu Santo fue quien movió sobre la faz de las aguas (Gén. 1:2). En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo fue quien dio poder a los hombres de Dios para hacer grandes cosas. Por ejemplo, el Espíritu Santo fue quien le dio a José el don de interpretar sueños (Gén. 41:38). También fue el Espíritu Santo quien dio a Moisés el poder de hacer milagros (Éxodo 3:20).
En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo sigue obrando en la vida de los creyentes. Jesús mismo prometió que el Espíritu Santo vendría a los seguidores después de su ascensión (Juan 14:16-17). Y así fue. En el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y los llenó de poder (Hech. 2:1-4). A partir de entonces, el Espíritu Santo ha estado obrando en la iglesia y en la vida de los creyentes.
El Espíritu Santo es uno de los tres aspectos de la Trinidad. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo son un solo Dios. Pero cada uno de ellos tiene un papel específico en la obra de Dios. El Espíritu Santo es el que nos da poder para vivir como cristianos. Él es quien nos guía a la verdad (Juan 16:13). Él es quien nos da los dones espirituales (1 Cor. 12:4-11). Él es quien nos ayuda a orar (Rom. 8:26). Y es el Espíritu Santo quien nos da esperanza de vida eterna (Efes. 1:13-14).
Cómo se manifiesta la presencia del Espíritu Santo hoy en la Iglesia
La presencia del Espíritu Santo se manifiesta de muchas maneras en la Iglesia de hoy. En primer lugar, el Espíritu Santo da a los miembros de la Iglesia el don de la fe. La fe es la capacidad de creer en las promesas de Dios y de confiar en su poder para cumplirlas. Sin el don de la fe, la Iglesia no podría existir. El Espíritu Santo también da a los miembros de la Iglesia el don de la esperanza. La esperanza es la seguridad de que Dios cumplirá sus promesas y que nosotros podemos confiar en él. La esperanza nos da la fuerza para seguir adelante, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. El Espíritu Santo también da a los miembros de la Iglesia el don de la caridad. La caridad es el amor de Dios que se derrama en nuestros corazones. La caridad nos motiva a amar a Dios y a los demás, incluso a los que no son fáciles de amar. La caridad es la esencia del Evangelio y es lo que nos hace verdaderamente seguidores de Cristo.
Cuando llega el Espíritu Santo a una persona
En primer lugar, es importante aclarar que el Espíritu Santo habita en todos los creyentes desde el momento en que entienden y aceptan a Jesucristo como su Señor y Salvador. Efesios
2:22 dice: «En él (Jesucristo) todos nosotros, tanto los judíos como los gentiles, hemos sido hechos hijos de Dios por medio del Espíritu Santo».
Después de aceptar a Cristo, el Espíritu Santo nos ayuda a vivir de acuerdo a los principios de la Palabra de Dios .
Gálatas 5:16 dice: «Porque el Espíritu himself da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios».
Otra forma en que el Espíritu Santo nos ayuda es guiándonos a través de la vida.
Santiago 4:5 dice: «¿O pensáis que la Escritura habla en vano? ¿Acaso el espíritu que nos anima y nos guía no es el mismo que habló por medio de los profetas?».
El Espíritu Santo también nos capacita para el ministerio.
1 Corintios 12:11 dice: «Pero todas estas cosas las hace un mismo y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere».
En resumen , el Espíritu Santo vive en todos los creyentes desde el momento en que aceptan a Jesucristo como su Señor y Salvador. Nos ayuda a vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, nos guía a través de la vida y nos capacita para el ministerio.
Cómo se manifiesta el Espíritu Santo versiculo
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. El Padre y el Hijo enviaron al Espíritu Santo para que morara con nosotros. El Espíritu Santo nos da vida y nos guía a la verdad. También ayuda a que tengamos una relación personal con Dios.
El Espíritu Santo se manifiesta de muchas maneras. A veces, se manifiesta en una forma sobrenatural, como cuando los apóstoles hablaban en lenguas. Otras veces, se manifiesta a través de los dones espirituales, como el don de profecía. También se manifiesta en nuestros corazones, guiándonos y dándonos sabiduría.
Cada vez que leemos la Biblia, el Espíritu Santo nos habla. A veces, el Espíritu Santo nos habla a través de otros cristianos. Otras veces, nos habla directamente a través de nuestra conciencia. Siempre que buscamos a Dios de todo corazón, Él se manifiesta a nosotros de alguna manera.
El Espíritu Santo se manifiesta en varias formas en la Biblia. Algunas de estas formas incluyen dando vida a los muertos, anunciando el futuro, dando sabiduría, y curando. El Espíritu Santo es uno de los tres elementos de la Trinidad y es esencial para la vida cristiana.
