Como el Perro que Vuelve a su Vomito

La Biblia nos enseña muchas lecciones sobre cómo vivir una vida piadosa, y una de ellas es el pasaje de Proverbios 26:11. En este versículo, Dios nos advierte contra el peligro de volver a nuestros propios vómitos, como lo hace un perro. Esta es una lección que nos puede ayudar a permanecer fieles a Dios y a evitar los peligros de la apostasía.

Qué quiere decir el proverbio 26

El proverbio 26 dice: «Como el nudoso roble que cae en el agua, así es el hombre malvado que acaba en el infierno».

Este proverbio nos enseña que, al igual que un árbol que cae en un río, el hombre malvado también acabará en el infierno.

El infierno es un lugar de tormento eterno, donde los malvados sufrirán por sus pecados.

Así como un árbol cae en el agua y se ahoga, el hombre malvado también acabará en el infierno, donde sufrirá eternamente.

Qué dice Segunda de Pedro 2 22

En segunda de Pedro 2: 22, leemos: «Pero fue reprendido por su maldad, un ángel de Dios enviado especialmente para llevarlo al castigo. Aunque tenía cuidado de no ofender, su orgullo fue su perdición. Fue atrapado por la mentira, y se convirtió en esclavo de la maldad. »

Este versículo nos enseña que, aunque cuidamos de no ofender, el orgullo puede ser nuestra perdición. Fue atrapado por la mentira, y se convirtió en esclavo de la maldad.

Como la puerca vuelve al lodo

La Biblia dice mucho acerca de los animales y cómo se relacionan con nosotros, los seres humanos. En una ocasión, Jesús se compadeció de una multitud que lo seguía y les dijo: «¿De qué me serviría darles de comer si no tienen hambre? ¿De qué les serviría darles de beber si no tienen sed? ¿De qué me serviría darles de vestir si no tienen ropa? ¿De qué me serviría visitarlos si no están enfermos o en prisión?» Luego agregó: «Si no hacen estas cosas para los demás, tampoco Yo las haré para ustedes» (Mateo 25:31-46).

Jesús enfatiza aquí que debemos preocuparnos por los demás, incluso si no son de nuestra familia o amigos. Debemos estar dispuestos a ayudar a los necesitados, aunque no tengamos nada en común con ellos. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de esto y nos preocupamos solo por nosotros mismos.

Una de las maneras en que mostramos esta actitud egoísta es cuando tratamos a los animales de manera inhumana. A menudo, los animales son tratados como si fueran cosas y no seres vivos. Se les maltrata, se les encierra, se les priva de su libertad y se les obliga a hacer cosas que no quieren hacer. Todo esto ocurre porque los animales no pueden hablar o defenderese por sí mismos. Sin embargo, Dios sabe lo que les sucede a los animales y está en contra de este trato. En la Biblia, Dios condena el maltrato de los animales (Proverbios 12:10; Salmo 50:7-15; Eclesiastés 3:19-21; Mateo 10:29-31).

En Mateo 7:6, Jesús compara a las personas que maltratan a los animales con los que maltratan a los niños. Esto significa que el maltrato de los animales es tan malo como el maltrato de los niños. Los que maltratan a los animales generalmente son crueles con otros seres humanos también.

Dios no quiere que maltratemos a los animales, pero esto no significa que debamos tratarlos como si fueran seres humanos. Debemos tener cuidado de no darles más importancia de la que tienen. Los animales son criaturas de Dios, pero no son seres humanos. No tienen alma ni espíritu, y no pueden ir al cielo. Por esta razón, no debemos adorarlos ni hacer sacrificios a ellos. Debemos respetarlos y cuidarlos, pero no debemos darles más importancia de la que Dios les ha dado.

¿Qué dice la Biblia sobre las malas lenguas?

La Biblia habla claramente sobre el poder de las palabras y el impacto que pueden tener en nuestras vidas. Las Escrituras nos instruyen a controlar nuestra lengua y a utilizar nuestras palabras de forma sabia y edificante.

«La lengua puede ser un fuego, un mundo de maldad. La lengua está situada entre nuestros dientes y contamina todo el cuerpo. El que controla su lengua controla todo su cuerpo.» Santiago 3:6 (NVI)

«El hombre bueno dice cosas buenas del Señor, pero el malvado habla mal de él.» Salmos 52:2 (NVI)

«La gente mala habla de forma engañosa, labios mentirosos actuando con maldad.» Proverbios 6:12 (NVI)

«La boca del justo es fuente de vida, pero la lengua perversa cubre de muerte.» Proverbios 10:11 (NVI)

«El que guarda su lengua guarda su alma, el que abre sus labios cae en desgracia.» Proverbios 13:3 (NVI)

«No te apresures en hablar, ni te apresures en salir a hablar. Porque la lengua del hombre es un peligro y no puede ser controlada. Todos los hombres tienen que controlar su lengua, para que todos sus días sean vida.» Salmos 141:3-4 (NVI)

«El hombre piensa en el bien, pero habla el mal. El hombre piensa en hacer el bien, pero fracasa.» Proverbios 16:23-24 (NVI)

«La lengua es una pequeña parte del cuerpo, pero puede hacer grandes cosas. Mira, un pequeño fuego puede quemar un gran bosque.» Santiago 3:5 (NVI)

«La lengua es un peligroso veneno. ¡Qué aflicción trae la lengua! La lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está situada entre nuestros dientes y contamina todo el cuerpo. El que controla su lengua controla todo su cuerpo.» Santiago 3:6-8 (NVI)

No hay nada mas repugnante para Dios que el pecado. No importa cuantas veces lo cometamos, siempre sera detestable a Sus ojos. La Biblia dice que el pecado es como el vomito, y que el que lo vuelve a hacer es como el perro que vuelve a su propio vomito. No hay nada que Dios odia mas que el pecado, y no hay nada mas repugnante para El que los que lo cometen una y otra vez.

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