¿Alguna vez te has sentido solo? ¿Como si nadie te entendiera? A veces la vida puede ser difícil y parece que no hay nadie a quien acudir. Pero hay uno que siempre está dispuesto a escuchar: Dios. En la Biblia, Dios dice: “Clama a mí, y yo te responderé” (Jeremías 33:3). Dios no solo escucha nuestras oraciones, sino que también nos responde. A veces la respuesta no es la que esperamos, pero Dios siempre tiene un propósito. En este estudio bíblico, veremos algunos ejemplos de personas que clamaron a Dios en la Biblia y cómo Dios respondió a sus necesidades.
Qué enseñanza nos deja Jeremias 33
Jeremias 33 es una de las muchas promesas de Dios de restauración. Dios le habló a Jeremias de Su plan para restaurar el lugar de Su nombre y Su pueblo. Dios promete que Su nombre será glorificado y que Su pueblo será establecido en paz. Dios también promete que Su pueblo será perdonado y que recibirán Su misericordia. Jeremias 33 es una gran enseñanza de la fidelidad de Dios. Aunque el pueblo de Israel fue cautivo, Dios no los abandonó. Dios sigue siendo fiel a Su promesa de restauración. Esta es una lección importante para nosotros hoy. Aunque podamos pasar por tiempos difíciles, Dios nunca nos abandonará. Dios siempre será fiel a Su palabra.
Qué significa la palabra clama a mí
Rabino Akiva dijo: «¿Qué es clama? Es el grito de un hombre en su extremo angustia, cuando no tiene más remedio que gritar a Dios, pidiendo misericordia. Como está escrito (Lamentaciones 3:55-56): «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no sabes»
La Torá nos dice (Deuteronomio 4:7): «Porque esta es tu sabiduría y tu inteligencia en la vista de los pueblos, que oirán todos estos decretos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es esta. Porque ¿qué nación grande tiene Dios cercano, como tu Dios está contigo, a todo cuanto tú le llamas?»
Cuando uno de nosotros está en angustia, y clama a Dios, Dios nos responde inmediatamente. Como está escrito (Isaías 65:24): «Antes que clamaran, respondí; aun mientras hablaban, oí». Y también está escrito (Salmos 34:15): «Los ojos de Yahweh están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus clamores».
Dios nos responde de acuerdo a nuestra necesidad, y a nuestra capacidad de entender Su respuesta. Como está escrito (Proverbios 3:5-6): «Confía en Yahweh de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. A todos tus caminos reconócelo, y él enderezará tus veredas». Y también está escrito (Isaías 55:8-9): «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, declara Yahweh. Como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos».
A veces, cuando oramos, no entendemos por qué Dios no nos responde inmediatamente. Como está escrito (Isaías 40:27-28): «¿Por qué dirás, Jacob, y hablarás, Israel: Mi camino está escondido de Yahweh, y de mi Dios se ha apartado mi juicio? ¿No has sabido, ni has oído? Yahweh, el Hacedor de los extremos de la tierra, no se cansa ni se fatiga. Su entendimiento es insondable».
Pero debemos tener fe, y saber que Dios responderá a su tiempo. Como está escrito (Santiago 5:7-8): «Sed pacientes, hermanos, hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que reciba la lluvia temprana y tardía. Sed también vosotros pacientes, y fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca».
Qué dice en la Biblia Jeremias 33 3
Jeremias 33:3 dice: «Clama a mí, y responderé a ti, y te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no sabes.»
Dios le dice a Jeremias que clame a El, y El responderá. Dios promete mostrarle a Jeremias cosas grandes y ocultas que él no sabe. Esta es una promesa de Dios de revelar más de Su Palabra a aquellos que le piden con fe.
¿Que nos quiere decir Jeremías 31 3?
«Así me dijo el SEÑOR: El amor de un padre por un hijo es tan intenso como el de una madre por su hijo. 4 Yo, el SEÑOR, te amo; y por eso siempre te muestro mi amor. Cuando estabas en peligro, te rescaté; 5 te saqué del país de Egipto y te liberé del país donde vivías como esclavo. Te dije: “Yo soy el SEÑOR tu Dios; por eso debes obedecerme. 6 Si te portas bien y me obedeces, entonces en todo el país donde vives tendrás abundancia de alimento”. 7 “Sin embargo —le dije—, si no me obedeces y haces lo malo, aunque te alimentes, yo te enviaré la espada para matarte. Yo, el SEÑOR, lo he dicho”. 8 »Esto me dijo el SEÑOR: “Así como se encuentra el vino nuevo en la cuba, así también Israel y Judá estarán llenos de mi bendición. 9 ”Pero —acepta este mensaje del SEÑOR—, si ellos me abandonan y no obedecen a este mensaje, yo haré que ellos sean esclavos de otros reyes y naciones, porque no han obedecido mis órdenes”. 10 »Así me dijo el SEÑOR: “En esta parte del territorio de Israel que estaba en ruinas y donde nadie vivía, se oirá de nuevo el canto de alegría. 11 Se cantará y se dirá: ‘Alaben al SEÑOR; porque él ha hecho maravillas. Nunca más volverá a destruir la tierra como lo hizo en el pasado, cuando arruinó al hombre y a los animales’. 12 Aunque el mundo entero sea como el desierto de Geba, aunque no haya nadie que viva en ella, vendrán a vivir allí los pastores y harán sus rebaños dormir en los campos de Basán y Galaad. 13 En ese tiempo, los rebaños de Israel y Judá dormirán tranquilos, porque nadie les molestará ni los atacará. Entonces —dice el SEÑOR—, 14 yo haré que Israel y Judá volvieran a su tierra, la tierra que di a sus antepasados. 15 ”Les dije: ‘Si ustedes me obedecen de todo corazón y de toda alma, entonces comerán de este buen trigo’. 16 ”Pero ellos dijeron: ‘Nosotros no iremos; porque haremos lo que queramos, y adoraremos a Baal’. »Entonces —dice el SEÑOR—, no les envié a ninguno de los profetas que envié a ustedes para advertirles de mi mensaje. 17 »Pero ellos me dijeron: ‘No nos advertirás; porque querremos hacer lo que queramos, y adoraremos a Baal’. »Entonces —dice el SEÑOR—, 18 ¡miren! Llegarán días —dice el SEÑOR— en que yo enviaré hambre al país, no hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír el mensaje del SEÑOR. 19 La gente se comerá a su propio hijo y a su hija, y se comerá el trigo y el vino, hasta quedar totalmente destruida. 20 »Pero aun en aquellos días —dice el SEÑOR—, cuando ellos hayan quedado destruidos, no me arrepentiré de ellos ni trataré de destruirlos. Aunque Israel y Judá hayan sido totalmente destruidos, 21 yo me arrepentiré del pacto que hice con todo ser viviente —dice el SEÑOR—. No quiero que el ser humano, los animales, las aves y los reptiles sean destruidos de la tierra porque son criaturas que yo hice”. 22 »Así me dijo el SEÑOR: “Como se encuentra el nuevo cordero en el desierto, así se encontrará Israel cuando vuelva a su tierra”. 23 Cuando el SEÑOR, el Dios de Israel, haga volver a su pueblo del exilio, ellos encontrarán una tierra limpia y fértil. Todo ser humano y animal malvado habrá sido destruido. 24 »Porque ellos seguirán las enseñanzas del SEÑOR y vivirán de acuerdo a sus ordenanzas. Ellos habitarán en la tierra que el SEÑOR dio a nuestros antepasados; y nunca más volverán a ser expulsados de su tierra”.
Dios siempre responderá a nuestras oraciones. Debemos buscarlo de todo corazón, y él nos dará la respuesta que necesitamos.