Aunque mi Padre y mi Madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá.
La Biblia nos enseña que Dios es el mejor padre que podemos tener, y que él nunca nos abandonará. Esto es especialmente cierto para aquellos de nosotros que somos hijos espirituales de Dios a través de Jesucristo. Aunque nuestros padres naturales puedan abandonarnos, Dios nunca lo hará. Él siempre estará ahí para nosotros, y nos amará incondicionalmente.
Qué salmo es Aunque mi padre y mi madre
Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me acogerá. (Salmo 27:10)
Este salmo es uno de los más populares de la Biblia, y se cita frecuentemente en momentos de dificultad. En este versículo, el salmista expresa su confianza en que aunque todos los demás lo abandonen, el Señor siempre estará ahí para acogerlo.
El salmo 27 es un salmo de confianza, y el versículo 10 es uno de los más conocidos. Este versículo es una promesa de que aunque todos los demás nos abandonen, el Señor siempre estará ahí para acogernos. Esto es especialmente comforting en tiempos de dificultad, cuando parece que todos nos han abandonado.
Donde dice Aunque mi padre y mi madre me dejaran con todo Jehová me recogerá
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo Jehová me recogerá. Salmos 27:10
Este versículo del Salmo 27 es una promesa de Dios de que él estará siempre con nosotros, incluso si nuestros padres nos abandonan. Aunque estemos solos en este mundo, Dios nos recogerá y nos dará su amor y cuidado. Esto es un gran consuelo para aquellos que han sido abandonados por sus familias, o para aquellos que se sienten solos.
Dios nunca nos abandonará, ni nos dejará solo. Él es fiel y siempre estará con nosotros, incluso en los momentos más oscuros. Esta es una promesa que podemos tener confianza, y podemos descansar en ella cuando estamos pasando por tiempos difíciles.
Aunque mi Padre y mi Madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá.
Salmos 27:10
Esta Escritura es una promesa de que Dios nos recibirá aunque nuestros padres nos abandonen. Dios es nuestro Padre eterno y nuestra Madre compasiva, y nos ama incondicionalmente. Él nos recibirá con los brazos abiertos y nos dará su amor y su grace.
