Acuerdate de tu Creador en los días de tu Juventud

«Acuerdate de tu Creador en los días de tu Juventud» es una admonición bíblica que nos recuerda la importancia de estar atentos a nuestro Creador, especialmente en nuestra juventud. Debemos recordar que Dios nos ha creado y que nos ama, y que nos llama a seguirle fielmente durante toda nuestra vida.

Qué quiere decir Acuerdate de tu Creador en los días de tu juventud

Acuerdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los días malos y lleguen los años en que digas: «No tengo ningún gozo en ellos»,

antes de que se oscurezca el sol, la luna y las estrellas, y las nubes vuelvan después de la lluvia;

cuando se tambaleen los guardianes de la casa, y se encorven los hombres fuertes, y se cesen las molineras porque son pocas, y se apaguen las que miran por las ventanas;

y se cierren las puertas de la calle para que el ruido del molino deje de oírse, y se apague el grito del ave, y sean silenciadas las voces;

cuando se acerquen los hombres a la muerte, y los que miran hacia el final, y sean puestos sobre ellos los sepulcros;

cuando el hombre sea sacudido de su casa, y sea llevado en pleno día, y sean puestos los golpes de muerte sobre él;

cuando el hombre deje de ser, y no sea más recordado, y el hombre sea cortado como la hierba, y perezca como la planta del campo;

pero el hombre no permanece en el orgullo, sino que es igualado con los animales que perecen, y las mismas cosas les suceden a uno y a otro. Todo el mundo es vanidad.

Todo el mundo es vanidad, y todo su trabajo es una mera ilusión. Como el que se agacha hacia el agua y no la alcanza,

y espera en vano que las aguas se levanten, así es el que se aparta de Dios y no lo encuentra.

Todos sus días son oscuros, y sus años son llenos de angustia y de aflicción. Cuando muere, el hombre es sacudido de su casa, y se va como una rama.

El hombre es igualado con los animales que perecen, y las mismas cosas les suceden a uno y a otro. Todo el mundo es vanidad.

Qué dice en Eclesiastés 12 1

Eclesiastés 12:1 dice: «Recuerda a tu Creador en los días de tu juventud, antes que venga el día malo y los años acaben sin esperanza.» (NVI)

El libro de Eclesiastés es una reflexión sobre la vida, y el capítulo 12 es una exhortación a vivir de acuerdo a los principios de Dios. El versículo 1 nos dice que debemos recordar a nuestro Creador en los días de nuestra juventud. Debemos buscar a Dios mientras somos jóvenes, antes de que llegue el «día malo» – el día en que envejecemos y nuestros años se acaben sin esperanza.

La juventud es un tiempo de vida en el que debemos buscar a Dios de todo corazón. Es un tiempo en el que debemos aprender acerca de él y de su voluntad para nuestras vidas. No debemos dejar que pase este tiempo sin aprovecharlo para establecer una relación personal con Dios.

El versículo 2 nos dice que debemos seguir los preceptos de Dios mientras somos jóvenes. Debemos vivir de acuerdo a sus principios y enseñanzas, antes de que llegue el día en que ya no podamos hacerlo. Debemos aprovechar nuestra juventud para aprender y obedecer los mandamientos de Dios. Si lo hacemos, podremos evitar muchos problemas y dificultades en nuestras vidas.

El versículo 3 nos dice que debemos temer a Dios mientras somos jóvenes. Debemos respetarlo y reverenciarlo, antes de que llegue el día en que ya no podamos hacerlo. Debemos aprovechar nuestra juventud para aprender acerca de Dios y de su poder. Si lo tememos, podremos evitar muchos peligros y problemas en nuestras vidas.

Quién dijo Acuerdate de tu Creador en los días de tu juventud

«Recuerda siempre a tu Creador, en los días de tu juventud, antes de que lleguen los días malos, y lleguen los años en que digas: ‘No tengo ningún gusto en ellos'».

Este versículo de la Biblia nos enseña que debemos recordar a nuestro Creador en todo momento, especialmente en nuestra juventud. Debemos aprovechar los años de nuestra juventud para servirlo y glorificarlo, antes de que lleguen los días difíciles. Cuando envejecemos, es fácil olvidar lo que es importante en la vida y perder el gusto por las cosas que antes disfrutábamos. Por eso, debemos asegurarnos de recordar a nuestro Creador mientras somos jóvenes y estamos llenos de energía y entusiasmo. Si lo hacemos, podremos enfrentar los años difíciles con fe y esperanza, sabiendo que él está con nosotros.

¿Qué quiere decir Eclesiastes 12?

Eclesiastés 12 dice que todo tiene su tiempo y momento oportuno bajo el cielo: hay tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado, tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar, tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de lamentar y tiempo de bailar, tiempo de esparcir piedras y tiempo de recogerlas, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar, tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de desechar, tiempo de romper y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar, tiempo de amar y tiempo de odiar, tiempo de guerra y tiempo de paz.

El libro de Eclesiastés es una reflexión sobre la vida, y en este pasaje, el autor está diciendo que todo en la vida tiene su tiempo y su lugar. No hay nada que no tenga su propio tiempo y momento oportuno. Esto es una verdad básica de la vida, y es algo que todos podemos reconocer. Podemos ver esto en nuestras propias vidas, en el ciclo de la vida y en el ciclo de las estaciones. Todo tiene su tiempo, y todo lo que sucede en la vida sucede por una razón.

Esto es algo que debemos tener en cuenta cuando vemos las cosas que suceden a nuestro alrededor. A veces vemos cosas que no entendemos, pero debemos tener fe de que todo sucede por una razón. Debemos confiar en que el tiempo lo pondrá todo en su lugar. No podemos controlar todo lo que sucede en la vida, pero podemos controlar nuestra actitud hacia ello. Debemos aceptar las cosas que suceden y confiar en que todo sucede por una razón.

Ecclesiastés 12:1-7

La Biblia nos dice que debemos acordarnos de nuestro Creador en los días de nuestra juventud. Debemos hacer esto mientras somos jóvenes y fuertes, antes de que lleguen los días de enfermedad y vejez. Debemos aprovechar al máximo los años de juventud, para servir a Dios y cumplir Su propósito para nuestras vidas. Dios nos dio la vida y nos ha llamado a seguirle. Debemos responder a Su llamado y servirle con todo nuestro corazón.

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